El Getafe venci¨® a un medroso Valladolid
La falta de ambici¨®n del Valladolid unido al coraje de que hizo gala el Getafe, fue la clave de la victoria m¨ªnima del cuadro de Las Margaritas. La justa expulsi¨®n de N¨¢rriz dej¨® a su equipo en inferioridad num¨¦rica durante 66 minutos de juego y este hecho, que pudo resultar decisivo para la suerte del encuentro, al final se qued¨® en nada por el desdoblamiento y la entrega de los hombres de Segura.Ya va siendo tradicional que los equipos que act¨²an lejos de sus feudos se agarren al sistema del 4-4-2. Y el Valladolid no fue la excepci¨®n. Durante los minutos iniciales de la primera parte el amontonamiento de hombres en la zona ancha del campo imped¨ªa cualquier acci¨®n medianamente peligrosa. Ni Getafe, ni Valladolid, conformistas en exceso, pod¨ªan hilvanar acciones que se tradujeran en el marcador. Cuando en el minuto veinticuatro N¨¢rriz fue expulsado por el colegiado, la sombra de un resultado negativo se cerni¨® sobre el Getafe. Sin embargo, los vallisoletanos no aprovecharon su superioridad num¨¦rica y siguieron manteniendo el mismo esquema conservador con el que saltaron al campo. Baste decir que su primer remate a puerta se produjo a la media hora de juego.
Pese a esta falta de poder ofensivo, al descanso se lleg¨® con una sensaci¨®n de que el Valladolid, a poco que forzara el ritmo lograr¨ªa al final imponerse al Getafe. Nada m¨¢s lejos de la realidad, por cuanto en la segunda fase el conjunto local hilvan¨® sus mejores acciones ante el marco de Ll¨¢cer. La salida de refresco de Gonz¨¢lez fue factor esencial del acoso, ya que Zambrano y Polo, incansables ambos, comenzaban a mostrar un l¨®gico cansancio, aunque la defensa se mantuvo firme en todo momento. Fueron unos quince minutos en los que el Getafe obtuvo el justo premio a su af¨¢n en el gol de Polo. Luego, sus hombres se echaron atr¨¢s, lo que permiti¨® el adelantamiento de l¨ªneas vallisoletanas y un cierto temor al empate. Pero los puntas visitantes, Palacios y Rusky nunca acreditaron su condici¨®n y s¨®lo el libero Jacquet, un gran jugador, dio algo de tono a su equipo en estos compases finales.
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