Muri¨® Jos¨¦ Mar¨ªa de Coss¨ªo
En la madrugada de ayer falleci¨®, en la cl¨ªnica ?Benito Meni?, de Valladolid, el escritor y acad¨¦mico monta?¨¦s Jos¨¦ Mar¨ªa de Coss¨ªo, v¨ªctima del cuadro vascular senil que le manten¨ªa hospitalizado desde el pasado mes de abril. Jos¨¦ Mar¨ªa de Coss¨ªo naci¨® en Santander en 1893, y en un pueblo de la provincia monta?esa pas¨® la mayor parte de su vida, all¨ª donde se conserva la casona de su familia, en Tudanca, pueblo y casa de los que habl¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Pereda en sus novelas. Su vida fue de estudioso de lo literario, de recolector de la poes¨ªa popular y de animador de tertulias y revistas literarias. En su casa de Tudanca, una hermosa biblioteca queda de su trabajo, as¨ª como una seria colecci¨®n de pinturas. Al parecer, esta casa memorable ser¨¢ convertida en casa-museo, como guardiana que es no s¨®lo de toda una vida dedicada a la literatura, sino de toda. una ¨¦poca.
Su obra es grande en n¨²mero y en importancia. Le debemos, entre otras cosas, esos libros ins¨®litos y baratos que aparec¨ªan, para la sorpresa de toda una generaci¨®n, en la colecci¨®n Austral, de la editorial Espasa-Calpe, de la que fue asesor literario y dicen que factotum. Bajo su direcci¨®n se ampli¨® la Biblioteca Men¨¦ndez Pelayo, de Santander, y vivi¨® una buena ¨¦poca el Ateneo de Madrid. Colabor¨® asiduamente con la Revista de Occidente, y su amistad con Ortega y Gasset es ya proverbial. El que quiera estudiar. la novela de Pereda tiene que consultar la obra de Coss¨ªo: su Introducci¨®n a las obras completas de Pereda, su De tal palo, tal astilla (Origen y pol¨¦mica en torno a la novela de Pereda), o La obra literaria de Pereda. Asimismo, quienes quieran ver la tradici¨®n de poes¨ªa popular espa?ola. Cuid¨® ¨¦l la edici¨®n de los Romances de G¨®ngora, que publicara la Revista de Occidente con motivo del tricentenario de 1927, y que son un contrapunto al otro G¨®ngora y a la interpretaci¨®n acad¨¦mica de todo un per¨ªodo de la literatura espa?ola, y recogi¨® del habla viva su Romancero popular de la Monta?a y sus F¨¢bulas mitol¨®gicas de Espa?a.
Por lo que m¨¢s se le conoce, con todo, es por su capacidad de unir las dos grandes aficiones. comunes por otra parte, a muchos de los hombres de la Generaci¨®n del 27: la literatura y los toros. Cr¨ªticos taurinos y toreros, j¨®venes poetas y escritores como Eugenio D'Ors o D¨ªaz Ca?abate, hac¨ªan tertulia con ¨¦l en el Lyon, y pintores como Quir¨®s, en el Gij¨®n. Los toros en la poes¨ªa espa?ola fue un primer paso, y ya Los Toros, considerada como la enciclopedia de la fiesta, fue su obra m¨¢s conocida, en la que dicen que colabor¨® Miguel Hern¨¢ndez, y que fue algo como homenaje p¨®stumo a la muerte de Joselito, el gran poeta del que Jos¨¦ Mar¨ªa Coss¨ªo era amigo.
Desde 1974 viv¨ªa recluido en su casona de Tudanca, y s¨®lo se mov¨ªa escasas veces a Santander o a Madrid. Entonces se. pod¨ªa ver su figura inconfundible en la tertulia de los poetas del Gij¨®n, donde era fama que las encuadernaciones artesanales y tudanquesas de su biblioteca son al menos tan bellas como los manuscritos que esconden. Primeras ediciones y originales de su generaci¨®n, una riqueza que no debe perderse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.