As¨ª en el cielo como en la tierra
Los gitanos van al cielo. Felices ellos. Para aquellos que nos quedamos en la Tierra, Emilio Lotianu nos ha servido un tosco zarzuel¨®n acerca de su vida, adobado con los peores recursos del g¨¦nero. El realizador pertenece a la Uni¨®n de Escritores Sovi¨¦ticos y ha publicado diez libros de poemas. A juzgar por lo que en este filme deja ver de s¨ª, no se debe tratar de ning¨²n Evtuchenko.Basado en algunos cuentos de M¨¢ximo Gorki, mal favor se le hace a este gran escritor. Cualquiera que no lo conociera pensar¨ªa, a la vista de est e filme, en un tercera fila decimon¨®nico, no ante el autor de Mis universidades o La madre, llevada al cine tambi¨¦n con otros resultados y en otros ya lejanos tiempos. Desde una primera etapa rom¨¢ntica en la que de mostrara su simpat¨ªa y afinidad por los independientes y desarraigados, sus poste?ores contactos y encuentros con el marxismo, sus c¨¢rceles y continuas deportaciones, acabar¨¢ por convertirle, tras la revoluci¨®n, en el gran patriarca de las letras sovi¨¦ticas. Su visi¨®n socialista del mundo, de los ambientes m¨¢s s¨®rdidos y humildes, bien merec¨ªan algo m¨¢s que esta tosca adaptaci¨®n de algunos de sus cuentos no mejores, precisamente, sino m¨¢s pintorescos.
Los gitanos van al cielo
Sobre una serie de cuentos de M¨¢ximo Gorki. Gui¨®n y direcci¨®n: Emil Lotianu. Fotograf¨ªa: Sergei Vronski. M¨²sica: Evgueni Doga. Int¨¦rpretes: Svetlana Tom¨¢, Elena Sadovskaja, Grigori Grigoriu, Boris Muliaiev... ect., 1976. Color. URSS. Local de estreno: Cine Bilbao.
Y no es lo peor esto, con serlo bastante, sino las colaboraciones y deformaciones que se han dado cita en este caso, trayendo fruto, a su vez, una de las peores pel¨ªculas sovi¨¦ticas estrenadas aqu¨ª en los ¨²ltimos a?os.
Este falso documental folkl¨®rico-musical-coreogr¨¢fico acerca de una raza ya bastante maltratada cinematogr¨¢ficamente en todas latitudes, con sus di¨¢logos de serial radiof¨®nico, su fotograf¨ªa a base de atardeceres, filtros y virados, ya vieja hace a?os, sus actores de teatro de provincias, sus gitanos altivos y alegres y sus payos necios y reaccionarios, obtuvo, no se sabe c¨®mo, el gran premio del pasado Festival de Cine de San Sebasti¨¢n. Los primeros sorprendidos fueron los rusos; los segundos, el resto de los concursantes. Se dir¨¢ que no hab¨ªa otra mejor, y no es verdad. Lo eran la mayor¨ªa, por no decir todas. Hag¨¢moslo constar en honor y para informaci¨®n de aquellos que todav¨ªa creen o esperan algo de tal tipo de galardones ind¨ªgenas o internacionales.
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