Ganader¨ªa y capitalismo: la producci¨®n de pollos en Espa?a
Las peculiaridades del sector agrario obligan a analizar su econom¨ªa y su pol¨ªtica con criterios y modelos muy diferentes seg¨²n el subsector, rama y producto de que se trate. As¨ª, desde la producci¨®n de aceite de oliva donde predominan los intereses de los grandes propietarios ?tradicionales?, pasando por la de patatas donde prevalecen las de los peque?os agricultores familiares, se tiene el sector av¨ªcola en el que la agricultura propia del modelo de desarrollo capitalista alcanza su m¨¢ximo grado de implantaci¨®n en Espa?a.En efecto, en el proceso de producci¨®n de la carne de pollo est¨¢ muy extendida la pr¨¢ctica de la integraci¨®n vertical, consistente en un contrato entre el ganadero y un fabricante de piensos o matadero por el que el primero no asume pr¨¢cticamente ning¨²n riesgo de la producci¨®n ya que se limita a percibir una cantidad anual por cada pollo cebado con pienso proporcionado por la propia empresa. Las cantidades percibidas por el ganadero son, pues contraprestaci¨®n a su trabajo personal y al ?alquiler? de las naves en que se alojan las aves con lo que puede afirmarse que aqu¨¦l es un simple asalariado a domicilio al que no compete de cisi¨®n alguna. El hecho de que el 90 % de la producci¨®n nacional de pollo se obtenga de esta forma implica que ¨¦sta se halle controlada, en ¨²ltimo t¨¦rmino, por un reducido grupo de grandes cadenas integradoras que tienen en sus manos una elevada capacidad de acci¨®n y presi¨®n. La mayor¨ªa de estas empresas se encuadran en la nueva Asociaci¨®n Nacional de Productores de Pollo, que no se debe confundir con la preexistente Asociaci¨®n Nacional Sindical Av¨ªcola (ANSA).
Relaciones con el capital multinacional
La actualidad e importancia de esta rama de la producci¨®n ganadera -de la que se excluye el subsector de huevos por su especificidad- exige, en un an¨¢lisis de urgencia, el intento de explicar qu¨¦ papel desempe?an en este momento las casas integradoras, cu¨¢les son sus verdaderas relaciones con el capital multinacional y qu¨¦ grado de intervenci¨®n tiene la Administraci¨®n del Estado a trav¨¦s del FORPPA. Tambi¨¦n se aludir¨¢ en las l¨ªneas que siguen a la poco afortunada actuaci¨®n del Ministerio de Comercio en este tema y, en general, en casi todos los que implican transacciones de productos agr¨ªcolas.
No es esta la primera vez que las p¨¢ginas de EL PAIS se ocupan de este asunto -al respecto se public¨® un editorial el d¨ªa 1 de febrero de este a?o y dos art¨ªculos sobre el ma¨ªz y la soja los d¨ªas 16 y 17 de abril, pero si es la primera vez que se va a intentar ser algo exhaustivo ya que las informaciones aparecidas estos d¨ªas en toda la prensa nacional as¨ª lo merecen.
La rama de la producci¨®n av¨ªcola comprende tres estratos o niveles en la producci¨®n de carne. Los dos primeros los forman las granjas de selecci¨®n y reproducci¨®n de ?abuelas? y ?madres?, que son las que, partiendo de una pollita de un d¨ªa importada de Estados Unidos, producen un broiler comercial que m¨¢s tarde ser¨¢ cebado en lo que constituye el tercer nivel de producci¨®n. As¨ª pues, los productores nacionales de pollo se ven obligados, al igual que todos los restantes del mundo, a abastecerse de ?abuelas? importadas de Estados Unidos, comercio este controlado por las grandes empresas que a su vez controlan las m¨¢s famosas estirpes: Cobb, Hybro, Hubar y Ross. Sin embargo, los integradores (los productores de pollos) no tienen otra relaci¨®n con ellas que la de clientes forzosos ya que los gen¨¦ticos del mundo no han sido capaces de dar hasta la fecha la menor r¨¦plica a sus colegas americanos. En consecuencia, cada pollo que usted se come es nieto de una gallina americana que ha llegado a Espa?a por avi¨®n y que si usted no est¨¢ conforme con esa dependencia la ¨²nica soluci¨®n que tiene es dejar de comer este tipo de carne.
Abastecimiento de piensos
Conjuntamente, los tres niveles de la producci¨®n de la carne de pollo son demandantes de un de terminado tipo de pienso, producido en su mayor parte por las cadenas de integraci¨®n. Pero para la formulaci¨®n de este pienso y por v¨ªa de esa mejora gen¨¦tica, es necesario recurrir al ma¨ªz y la soja que en gran parte provienen tambi¨¦n de Estados Unidos. Es decir, no s¨®lo es necesario comprar pollitas a los americanos sino que tambi¨¦n hay que comprarles el ma¨ªz y la soja que se necesitan para alimentar a sus hijos nacidos ya en Espa?a. Las relaciones de las cabezas de integraci¨®n con las empresas multinacionales de importaci¨®n de ma¨ªz e importaci¨®n y molturaci¨®n de soja son tambi¨¦n, en su mayor parte, de meros clientes. Existen cooperativas y empresas que importan directamente a trav¨¦s de sus servicios comerciales, aunque otras lo hagan por medio de dichas multinacionales que a su vez pueden estar ligadas a los intereses de otros fabricantes de piensos. Tal es el caso de Purina, Hens y Sanders, pero el porcentaje de la producci¨®n de pollos controlado por ¨¦stas es muy bajo. En consecuencia, no parece que el capital multinacional controle directamente la producci¨®n de pollo por esta segunda v¨ªa de dependencia, y ello no hace sino confirmar una de las conclusiones del art¨ªculo aparecido en estas p¨¢ginas en el mes de abril: Denuncia p¨²blica al colonialismo americano en el sector de la avicultura, lo que no implica control de la producci¨®n sino de los inputs necesarios para ella. El colonialismo se da por un estado de profunda dependencia tecnol¨®gica de la que, desgraciadamente, ni este sector ni nuestro pa¨ªs son la excepci¨®n.
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