Las protestas antinucleares, estimuladas por el Gobierno
Harold Bate, un viejo brit¨¢nico preocupado por descubrir nuevas formas de energ¨ªa ?benigna?, hizo su viaje de Devon a Londres para participar en una exposici¨®n reciente sobre temas energ¨¦ticos conduciendo un Land Rover cuyo motor funcionaba gracias al esti¨¦rcol de pollos y de cerdos . El metano obtenido por los desechos que le regalaba su vecino el granjero le han hecho olvidar el petr¨®leo.Gran Breta?a no se olvida del petr¨®leo, sin embargo. Tampoco puede ignorar el ejemplo del se?or Bate, y por eso busca nuevas formas de energ¨ªa, que incluyen la que procede del viento, la energ¨ªa solar, o la que se obtiene de las mareas.
Lo que ocurre en el Reino Unido es que el Gobierno ha decidido ofrecer su programa nuclear a esc rutinio p¨²blico. La Administraci¨®n no s¨®lo considera sanas las protestas que se alzan contra la pol¨ªtica nuclear, sino que enicauza y estimula esas acciones. En este momento hay una investigaci¨®n p¨²blica sobre la conveniencia de ampliar una planta de reproceso nuclear, y el ministro de Energ¨ªa ha anunciado que si este pa¨ªs se propusiera llevar adelante un programa para la construcci¨®n de un reactor r¨¢pido regenerador, tendr¨ªa que convocarse un debate p¨²blico parecido.
A pesar de que la preocupaci¨®n nuclear est¨¢ muy presente entre las reivindicaciones sociales de los brit¨¢nicos, lo que ha ayudado a despertarla en estos ¨²ltimos cuatro meses ha sido la investigaci¨®n p¨²blica que se ha realizado en Windscale, convocada por el Ministerio del Medio Ambiente sobre la posible ampliaci¨®n de una planta de reproceso nuclear para atender pedidos de reproceso de material radiactivo de desecho..
Seg¨²n los cr¨ªticos de la idea de las autoridades at¨®micas de este pa¨ªs, la ampliaci¨®n de la planta de Windscale convertir¨ªa al Reino Unido-en el basurero radiactivo de Europa, y en un a amenaza que durar¨ªa miles de a?os.
La investigaci¨®n de Windscale est¨¢ presidida por un juez del Tribunal Supremo. Alguna vez, el magistrado se ha visto enfrente de manifestaciones en las que han aparecido caretas antig¨¢s y pancartas que, en lugar de desatar las iras Judiciales y la inmediata intervenci¨®n polic¨ªaca, como ha pasado en otros pa¨ªses, han producido una t¨ªpica reacci¨®n brit¨¢nica. El juez llam¨® a los manifestantes y anot¨® sus nombres en la lista oficial de quienes tienen algo que objetar contra la ampliaci¨®n de la planta. Luego han declarado como testigos en favor de la causa antinuclear.Los habitantes de este pa¨ªs tienen la suerte de que el ministro encargado del Departamento de Energ¨ªa, Tony Benn, es el mismo' que en el Gabinete laborista presiona para que la Administraci¨®n' abra a la consideraci¨®n del electorado todo su programa de actuaci¨®n, sin secretos de ninguna esp ecie. Benn, que es un pol¨ªtico de izquierdas, repite que cuanta m¨¢s participaci¨®n haya en el debate nuclear, menos riesgos habr¨¢ de que se tomen decisiones de las que luego haya que arrepentirse.
Transparencia nuclear
La existencia del petr¨®leo del mar del Norte le ha permitido, quiz¨¢, al Gobierno brit¨¢nico esa transparencia nuclear. Como reconoc¨ªa,el Times, de Londres, en un editorial, este pa¨ªs no necesita con urgencia un programa at¨®mico a gran escala, aunque ser¨¢ Inevitable que lo estudie para aplicarlo a partir de los a?os ochenta. Los que se oponen a la necesidad de tal programa creen que el horizonte energ¨¦tico ?benigno? de este pa¨ªs se oscurecer¨¢ en el a?o 2020, y que, por tanto, la consideraci¨®n de una estrategia nuclear es todav¨ªa excesivamente precipitada.A pesar de esa riqueza energ¨¦tica y de la poca prisa que el Gobierno tiene para llevar adelante cualquier medida de reactivaci¨®n de su pol¨ªtica nuclear, varios sucesos recientes indican que la Administrac¨ª¨®n brit¨¢nica no est¨¢, ni mucho menos, dispuesta a anular sus perspectivas de desarrollo en ese terreno.
La asamblea laborista, celebrada en los primeros d¨ªas de octubre, remiti¨® al ejecutivo del partido una moci¨®n en la que se ped¨ªa la condena de la ampliaci¨®n de Windscale y la prohibici¨®n de todo programa que incluyera la creaci¨®n del reactor r¨¢pido generador. En la misma asamblea, los delegados hicieron caso del ejecutivo y dejaron para otra ocasi¨®n la exigencia de que las bases nucleares que tiene Estados Unidos en Gran Breta?a fueran desmanteladas y devueltas a su origen.
En Windscale, sin embargo, los ?Amigos de la Tierra?, la organizaci¨®n que en este pa¨ªs agrupa a los que se oponen al desarrollo nuclear, han demostrado que los riesgos existen y, a pesar de las fuertes medidas de seguridad, esos peligros se manifiestan de manera dram¨¢tica. En la planta que se quiere ampliar hubo, en septiembre de 1973, un escape radiactivo que afect¨® a 35 trabajadores. Los sindicatos son partidarios tambi¨¦n de reconsiderar la opci¨®n nuclear y de dedicar parte de los recursos energ¨¦ticos que ahora obtiene Gran Breta?a de otros sectores -petr¨®leo, carb¨®n, gas- en la b¨²squeda de nuevas fuentes de energ¨ªa.
Aunque el Ministerio del ramo no ha desechado la idea, y de hecho la cultiva con bastante entusiasmo, donde ¨²ltimamente ha gastado m¨¢s recursos es en convencer a los' -brit¨¢nicos de que es posible conservar la energ¨ªa que existe usando m¨¦todos inteligentes. Uno de ellos, el aislamiento de los edificios para preservar el calor ambiente, es el m¨¢s com¨²n.
Otros m¨¢s simples, que ya forman parte de la rutina diaria del Reino Unido, han hecho que desde que se inici¨® la campa?a de ahorro de energ¨ªa en 1975, el consumo haya bajado en un 5 % en este pa¨ªs. El ahorro de electricidad y de gas se ha convertido en una man¨ªa nacional que si en alg¨²n pa¨ªs se pod¨ªa consolidar, ten¨ªa que haber sido en Gran Breta?a.
La energ¨ªa alternativa
Las fuentes de energ¨ªa alternativa sobre las que investiga el Gobierno son la solar, la geot¨¦rmica, las olas, la e¨®lica y la procedente de las mareas. Esta ¨²ltima es la que implica un proyecto m¨¢s ambicioso, que preocupa a los brit¨¢nicos desde, los a?os veinte, y que jam¨¢s ha podido ponerse en pr¨¢ctica. Se trata de la idea de situar una barrera entre Cardiff y Weston-Super-Mare, en el canal de Bristol para obtener energ¨ªa el¨¦ctrica del enorme poderdel flujo y del reflujo de agua. El proyecto que ahora est¨¢ en estudio tardar¨ªa en realizarse otros veinte a?os. Lo que detiene a las autoridades brit¨¢nicas no es s¨®lo el dinero-poner en pr¨¢ctica el proyectocostar¨ªa de tres a 4.000 millones de libras-, sino los temores de los ecologistas, que creen que las turbinas que habr¨ªa que colocar en el canal de Bristol tendr¨ªan consecuencias catastr¨®ficas para las aguas de la zona y, por tanto, para todo el medio ambiente. La recompensa parece que no ser¨ªa fabulosa, aunque s¨ª muy significativa: Gran Breta?a podr¨ªa obtener el 10 % de su consumo de electricidad gracias al canal de Bristol.La obtenci¨®n de la energ¨ªa de las olas produce un problema ecol¨®gico, porque los elementos t¨¦cnicos que hay que usar para cultivar esa fuente son muy aparatosos. Como en el caso de la energ¨ªa solar, el Ministerio de Energ¨ªa ha abierto un per¨ªodo de estudio que acaba el a?o pr¨®ximo, y en el que interviene en parte la iniciativa privada, interesada especialmente en la primera posibilidad. Sumadas con la energ¨ªa geot¨¦rmica y con la que proviene de la fuerza de los vientos, el desarrollo de las fuentes de ?energ¨ªa alternativa? que hemos citado le dar¨ªan en el a?o 2000 al Reino Unido el equivalente de cuarenta millones de toneladas de carb¨®n. Ahora, el consumo de energ¨ªa en estepa¨ªs es el equivalente de 320 millones de toneladas de carb¨®n.
Pero no pierde de viita que las diecis¨¦is centrales nucleares que funcionan ahora en el pa¨ªs producen el 13 % de la electricidad de consumo p¨²blico. Desde 1945, la investigaci¨®n nuclear le ha costado al pa¨ªs mil millones de libras. En 1950, cuando, por otra parte, Gran Breta?a sea autosuficiente con respecto a sus necesidades petrol¨ªferas, la electricidad nuclear ser¨¢ del 20 % del consumo.
A pesar de las cr¨ªticas que contiene, informes como este han apoyado las previsiones nucleares del Gobierno, que, sin embargo, no se atreve a¨²n con el reactor r¨¢pido, incluido dentro del tercer programa anunciado en 1974.-
Otro estudio, publicado -hace un a?o, sobre la posible escasez de energ¨ªa que padecer¨ªa-el mundo en la ¨²ltima. d¨¦cada de este siglo, .aconsejaba al Gobierno el uso co? medido de las fuentes actuales.
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