Un principio de entendimiento
JOSHUA HASSAN
En el pasado, antes de la introducci¨®n de la libertad de prensa en Espa?a, era pr¨¢cticamente imposible que el punto de vista de los gibraltare?os llegase al conocimiento del pueblo espa?ol. Bien es cierto que periodistas espa?oles visitaban Gibraltar de cuando en cuando y entrevistaban a personalidades locales. Sin embargo, la censura oficial del Estado con frecuencia mutilaba las contestaciones obtenidas, a tal extremo que solamente una versi¨®n equ¨ªvoca y desvirtuada de lo que aqu¨ª se hab¨ªa dicho llegaba a los lectores espa?oles.La situaci¨®n es muy distinta ahora: periodistas espa?oles vienen a Gibraltar e informan con toda honradez, palabra por palabra, lo que aqu¨ª les dicen la gente. Adem¨¢s, aquellos periodistas que ven alg¨²n punto gibraltare?o positivo o creen que hay que escuchar lo que aqu¨ª se dice, as¨ª lo manifiestan.
Primer ministro de Gibraltar
P. T. T. (Un affaire de coeur).Gui¨®ny direcci¨®n: Dusan Makavejev. Fotograf¨ªa: Aleksander Petro vic. M¨²sica: Dusan Aleksic. Int¨¦rpretes: Eva Ras, Ruzica Sokic, Slobodan Aligrudic y Miodrag Andric. Yugoslava, 1967. Local de estreno: Peque?o Cinestudio.
Esto parecer¨¢ poca cosa pero cuando menos es un principio de la comunicaci¨®n, un principio hacia el entendimiento de lo que es la realidad de la situaci¨®n en Gibraltar hoy y lo que piensa nuestro pueblo.
Es por estas razones que agradezco y aplaudo la amable invitaci¨®n de contribuir con estas cuartillas a la Tribuna Libre de EL PAIS, y as¨ª, por primera vez, poder dirigirme directamente al p¨²blico espa?ol por mediaci¨®n de un peri¨®dico espa?ol.
Hay cierto parecido entre esto y la reuni¨®n que va a celebrarse en Estrasburgo esta semana. Ah¨ª, opino, tambi¨¦n est¨¢ la oportunidad para un principio de comunicaci¨®n y entendimiento por primera vez: representantes elegidos del pueblo de Gibraltar hablar¨¢n directa y abiertamente, como parte de la delegaci¨®n brit¨¢nica, a representantes del Gobierno espa?ol. Pens¨¦ que esto ser¨ªa posible en vista de las declaraciones del presidente del Gobierno espa?ol, don Adolfo Su¨¢rez, en su conferencia de prensa en Londres, cuando dijo, en contestaci¨®n a un periodista, que si Gran Breta?a decidiera qu¨¦ gibraltare?os formasen parte de una delegaci¨®n brit¨¢nica, ¨¦l no ten¨ªa objeci¨®n.
Mi objeto principal en haber sugerido que form¨¢semos parte de la delegaci¨®n brit¨¢nica fue para que el jefe de la oposici¨®n en nuestra Asamblea Legislativa y yo tuvi¨¦semos la oportunidad de hablar con los representantes del nuevo Gobierno espa?ol, para que oyesen directamente. de nosotros, los l¨ªderes elegidos, el punto de vista y los sentimientos del pueblo gibraltare?o. As¨ª, sin compromiso de nadie y sin prejuicio de ninguna clase, las partes interesadas en este viejo pleito pudieran expresar sus puntos de vista directamente unos a otros.
Como todos sabemos, el mundo moderno es un mundo de di¨¢logo y de comunicaci¨®n, y los que tienen conflictos o disparidades de opini¨®n deben entender plenamente el punto de vista ajeno.
Creo que todos nos damos cuenta de la enorme complejidad del problema de Gibraltar. Es un problema que tiene vertientes hist¨®ricas, pol¨ªticas, emocionales y sociales, por mencionar solamente unas pocas, que el pueblo de Gibraltar no ha creado.
Esta, complejidad se ha hecho cien veces peor por dos factores. El primero -y debemos ser sinceros sobre esto- ha sido la hostilidad pol¨ªtica hacia nuestro pueblo en tiempos cercanos. La segunda, que se suscita principalmente por la primera, ha sido la consecuente inhabilidad de comunicarse.
Es imposible decir qu¨¦ saldr¨¢ de la reuni¨®n de Estrasburgo: la complejidad del problema y sus muchas facetas dif¨ªciles no van a desaparecer de pronto, pero si fuera posible que todas las partes afectadas pudiesen romper la barrera sicol¨®gica, y nos habl¨¢semos unos a otros en un verdadero esp¨ªritu de deseo de comprensi¨®n, alg¨²n progreso se habr¨¢ conseguido. Con toda certeza, sin esto, el problema seguir¨¢ tan irresoluble como ha sido siempre.
Ser¨ªa impropio anticiparla reuni¨®n de esta semana o hacer m¨¢s comentarios ahora que pudieran ser mal entendidos de un modo u otro.
Es suficiente decir que, en lo que al pueblo de Gibraltar le concierne, y completamente consciente de las grandes disparidades en los respectivos puntos de vista, esta iniciativa se puede ver, cuando menos, como una posibilidad de hacer progreso en una situaci¨®n que est¨¢ francamente estancada.
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