Limpiar la cancha

Marcelino Camacho y Nicol¨¢s Redondo, y con ellos las centrales sindicales a las que representan, suscribieron el mi¨¦rcoles ¨²ltimo, tras meses de violentos ataques mutuos, una especie de pacto de no agresi¨®n, de cara a las inminentes elecciones sindicales. Las dos centrales hegem¨®nicas, UGT y CCOO, como ocho d¨ªas antes lo hab¨ªan hecho los dos grandes partidos de la izquierda, PSOE y PC, conciliaron en pocas horas posturas que a juzgar por la virulencia de sus cr¨ªticas mutuas, parec¨ªan irreconciliables momentos antes de sentarse a dialogar.El ?mientes Marcelino? que hab¨ªa dirigido d¨ªas antes el secretario general de la UGT al l¨ªder de CCOO, en un programa de televisi¨®n, o las acusaciones de vinculaciones con la CIA que ¨¦ste lanzaba p¨²blicamente contra aqu¨¦l, fueron sustituidas. el mi¨¦rcoles, en rueda de prensa conjunta de los dos l¨ªderes, por frases tan conciliadoras y responsables como ?hemos puesto freno a la guerra m¨¢s o menos fr¨ªa de las dos organizaciones? o ?esta reuni¨®n trasciende el armisticio, aunque no llega a la unidad org¨¢nica?.

Las grandes organizaciones de izquierda han pactado en lo sindical como antes lo hicieron en lo pol¨ªtico y despu¨¦s lo har¨¢n en lo municipal. Sus pugnas desde ahora ser¨¢n m¨¢s comedidas, m¨¢s responsables. Es un cambio repentino pero comprensible de decoraci¨®n. Las v¨ªctimas, si las hay, ser¨¢n el resto de siglas que se ha alimentado en la inestable pol¨ªtica beligerante y de alianzas que hasta el momento han manten¨ªdo las grandes formaciones.

El mi¨¦rcoles ¨²ltimo no s¨®lo se decidi¨® la fecha de las elecciones sindicales, se acord¨® tambi¨¦n con ello -expl¨ªcita o impl¨ªcitamente- futuro inmediato del movimiento sindical en este pa¨ªs.