Hay cat¨¢strofes para rato
James Goldstone es el prototipo del director medio americano. Pel¨ªculas como 500 millas o Cielo rojo al amanecer son la obra de un artesano poco brillante. Monta?a rusa no s¨®lo es su mayor ¨¦xito de taquilla, sino tambi¨¦n su mejor pel¨ªcula. Se trata de un filme m¨¢s en la vena catastr¨®fica, tan explotada ¨²ltimamente por el cine americano. Poco original, esta pel¨ªcula no aporta nada nuevo a su g¨¦nero, a no ser un sentido de la medida que le evita caer en los habituales excesos y le salva de caer en lo circense. El tema de un hombre solitario matando gente en un lugar p¨²blico no es nuevo. Basta recordar Targets, P¨¢nico en el estadio, etc¨¦tera, con la novedad de que en esta ocasi¨®n, el asesino act¨²a s¨®lo por dinero. El encargado de neutralizar a este individuo es aqu¨ª no un superhombre, sino un americano medio, un humano ejecutivo, papel en el que George Segal parece haberse especializado. La pel¨ªcula est¨¢ muy bien narrada y no tiene m¨¢s pretensi¨®n que la de proporcionamos un rato de tensi¨®n, cosa que consigue, ya que Goldstone dirige con gran eficacia todas las escenas de acci¨®n, haciendo que los espectadores viajemos en sus peligrosas monta?as rusas.
Rollercoaster (Monta?a rusa)
Director: James Goldstone. Gui¨®n de Sanford Sheldon, Richard Levinson, William Lindy Tommy Cook. Fotograf¨ªa: David M. WaIsh. M¨²sica: Lalo Schifrin. Int¨¦rpretes: George Segal, Timothy Bottoms, Richard Widmark, Susan Strasbergy Henry Fonda. Norteamericana, 1976. Local de estreno: Bulevar.
Lo mejor de la pel¨ªcula es la relaci¨®n que se sugiere entre perseguidor (Segal) y perseguido (Bottoms) al dejarse entrever que estos dos personajes, accidentalmente enfrentados, se tienen una mutua simpat¨ªa. Esta ambig¨¹edad se extiende a la forma en que es tratada la intervenci¨®n policial, cuyos m¨¦todos Goldstone retrata con no poca iron¨ªa.
La ¨²nica objeci¨®n seria a la pel¨ªcula es el Sensurround, procedimiento sonoro que constituye una aut¨¦ntica agresi¨®n al espectador, que lo ¨²nico que hace es entorpecer la visi¨®n del filme, llegando a alcanzar grados de volumen alarmantemente molestos.
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