Causa y forma de la interferencia navarra en otra preautonom¨ªa
Todos estos d¨ªas, en los que la prensa comenta, que el proyecto preauton¨®mico vasco est¨¢ parado por la posici¨®n de la UCD de Navarra, much¨ªsimos parlamentarios de toda Espa?a me preguntan: ?Por qu¨¦ Navarra? ?C¨®mo Navarra puede interferirse en el proyecto preauton¨®mico de otras provincias?La pregunta es de una l¨®gica aplastante.Si Alava, Guip¨²zcoa y Vizcaya negocian -sin participaci¨®n de Navarra- su proyecto preauton¨®mico, no se comprende qu¨¦ pinta Navarra en esa cuesti¨®n.
Todo lo que tiene de l¨®gico la pregunta lo tiene de absurdo la contestaci¨®n. Que es ¨¦sta: Esas provincias, sin la presencia de Navarra, con la firme oposici¨®n de la Diputaci¨®n de Navarra, que ostenta la representaci¨®n legal y con la absoluta oposici¨®n de la mayor¨ªa (dos tercios) de los parlamentarios elegidos por Navarra el 15 de junio, pretenden imponer que Navarra entre en ese proyecto preauton¨®mico.
JESUS AIZPUN
Diputado de UCD por Navarra
Es incre¨ªble, ciertamente, que otras provincias pretendan imponer a Navarra la aceptaci¨®n de condiciones que Navarra rechaza.
Es aberrante que el Viejo Reyno de Navarra, regi¨®n natural y provincia foral, se mencione en un proyecto preauton¨®mico cuando tiene, por derecho propio, su r¨¦gimen de autonom¨ªa.
Es comprensible el asombro del resto de Espa?a ante ese ataque incalificable a la personalidad foral de Navarra.
Pero, claro es, todo tiene su explicaci¨®n.
Ciertamente que en una tesis autonomista no se explica que Guip¨²zcoa y Vizcaya (Alava quiere que se respete a Navarra) exijan la presencia. de Navarra. Pueden recuperar sus fueros, que nada tienen que ver con los navarros; pueden recuperar sus propias instituciones, que nada tienen que ver con las de Navarra; pueden negociar su concierto econ¨®mico, que nada tiene que ver con el que Navarra tiene desde 1841.
Es claro que en una tesis puramente autonomista, ni necesita ni se comprende la presencia de Navarra.
Pero si de unas premisas resultan conclusiones il¨®gicas, es necesario replantear esas premisas.
Objetivo independentista
Guip¨²zcoa y Vizcaya, al igual que los pocos separatistas navarros, no se plantean un objetivo de autonom¨ªa, sino un objetivo independentista. Una separaci¨®n total de Espa?a. Si nos damos cuenta de que esta es la realidad, todo cobra sentido.
Para una regi¨®n aut¨®noma no es necesaria Navarra. Para una rep¨²blica de Euskadi, independiente, es indispensable Navarra por razones clar¨ªsimas:
Primera: La justificaci¨®n hist¨®rica. Euskadi es una idea que no tiene cien a?os de edad, que nunca ha sido realidad y que carece de justificaci¨®n. Por el contrario, acogi¨¦ndose al Viejo Reyno de Navarra, pueden hablar de siglos de Historia. Pseudo historiadores dispuestos a tergiversar la realidad se dedicaron a crear ese entronque hist¨®rico. Pero la historia est¨¢ ah¨ª, Navarra es un Reyno desde el siglo octavo, pero ni Guip¨²zcoa ni Vizcaya tienen nada que ver con ¨¦l. Pri era raz¨®n, pues, adquirir una justificaci¨®n hist¨®rica de la que carecen.
En segundo lugar, la necesidad de un espacio vital que les falta. Si quiere constituirse la Rep¨²blica de Euskadi no tienen siquiera la extensi¨®n necesaria para hablar con un m¨ªnimo de decoro, de independencia.
Y adem¨¢s su territorio tiene una densidad de poblaci¨®n y una densidad industrial t¨¢n grandes que precisan de ese espacio vital que representa Navarra.
Y todav¨ªa podemos se?alar otra raz¨®n trascendental. Navarra les proporciona muchos kil¨®metros de frontera con Francia, que les son indispensables si no quieren reducirse a un islote rodeado de Espa?a.
Como puede comprobar el lector, todo cobra sentido con s¨®lo saber que no se busca la autonom¨ªa de una regi¨®n, sino la independencia de la Rep¨²blica de Euskadi.
?Pero es cierta esta premisa? No voy a ser yo quien conteste, sino los propios interesados.
La izquierda abertzale, con una honestidad de planteamientos que no tienen otros sectores, lo proclama a los cuatro vientos. Desde sus escritos a sus manifestaciones callejeras, el lema y el grito un¨¢nime es independencia. La ETA no ha ocultado nunca que su objetivo es la Rep¨²blica Socialista de Euskadi.
?Cu¨¢l es la postura del Partido Nacionalista Vasco, que con Euskadi como bandera, obtuvo el 15 de junio, en Navarra, el 7 % de los votos?
Dej¨¦mosles hablar.
S¨®lo vascos
Don Juan Ajuriaguerra, hoy parlamentario del PNV, declaraba al diario Informaciones del d¨ªa 7 de febrero de 1976: ?Pedimos la autodeterminaci¨®n porque constituimos una naci¨®n.? Claro que se puede alegar imprecisi¨®n en los t¨¦rminos naci¨®n y Estado. Pero no en este caso. Porque en las conclusiones del congreso del PNV, celebrado en Pamplona, y publicadas en la prensa del 28 de marzo de 1977, se dice: ?Luchamos por un Estado vasco.? Ni se menciona la palabra Espa?a. Naci¨®n y Estado vascos.
En el encuentro o congreso de los democristianos celebrado en Madrid, el nacionalista vasco se?or Aguirre dec¨ªa: ?Recordemos el lema del Aberri-Eguna de 1933: "Euskadi en Europa".? ?Es suficiente? Pues a¨²n podemos a?adir las palabras, bien recientes por cierto, de don Javier Arzallus, que declaraba a la prensa que, siguiendo la tradici¨®n de su partido, ¨¦l es independentista.
Creo que esto es suficiente. Para quien vive en esas provincias no es necesario este detalle. Les basta con las vivencias de cada d¨ªa.
Navarra se opone a estas pretensiones por m¨²ltiples razones hist¨®ricas, jur¨ªdicas, econ¨®micas y pol¨ªticas. Quiero destacar las fundamentales: el sentido de la propia identidad y el sentido de su vinculaci¨®n a Espa?a. Somos y queremos seguir siendo navarros y espa?oles.
Este planteamiento no es exclusivo de UCD de Navarra, aunque sea cierto que nadie como estos parlamentarios est¨¢ luchando por Navarra en los ¨²ltimos meses.
Y no se crea que nuestra postura es c¨®moda.
El diputado por Guip¨²zcoa se?or Arzallus nos amenazaba poco ha con traer la guerra pol¨ªtica a Navarra.
En el diario EL PAIS deljueves 24 de noviembre se puede leer PSOE y PNV dispuestos a movilizar el Pa¨ªs Vasco.
La amenaza y la coacci¨®n empiezan cuando falta la raz¨®n. Y como no pueden ofrecer al pueblo navarro razones medianamente discutibles, utilizan la amenaza. Con la sombra de ETA detr¨¢s, naturalmente.
No habr¨¢ renuncia
Navarra no va a ceder; no va a renunciar a su status jur¨ªdico, fruto de su pasado hist¨®rico. No va a permitir que se le arrebate el privilegio y el leg¨ªtimo orgullo de formar parte de la patria hisp¨¢nica. Se nos habla de razones de Estado. Y ¨¦stas son precisamente las que no pueden permitir la anexi¨®n de Navarra a Euskadi, que constituye, nadie lo dude, la cimentaci¨®n de una futura rep¨²blica independiente llamada Euskadi.
Esto nos obliga respetuosamente, pero con la cabeza bien alta, a preguntar:
?Es consciente el rey don Juan Carlos de este problema que atafle a la integridad de su Reino? Tenemos que creer que s¨ª.
?Se percata el Gobierno de que vendiendo a Navarra no se solucionar¨ªa el problema vasco, porque seguir¨¢ en pie la bandera de la independencia y de que habr¨¢ creado otro problema, el de Navarra?
Nos consta que s¨ª.
?Va a permitir el Ej¨¦rcito espa?ol que se comience a romper la unidad de Espa?a? Creemos que la duda ofende.
Pero mientras tanto se escribe todos los d¨ªas que los parlamentarios vascos han llegado ya a un acuerdo con el ministro de las Regiones, que involucra a Navarra. Personalmente hemos recibido la'categ¨®rica respuesta de que esto no es cierto. Pero la pol¨ªtica vasc¨®fila es la de responsabilizar a los parlamentarios de UCD de Navarra, de obstaculizar el proyecto preauton¨®mico vasco.
No es admisible que Espa?a entera pueda creer que ni el Rey ni el Gobierno ni el Ej¨¦rcito se preocupan por un tema que afecta incuestionablemente a la unidad de Espa?a.
Navarra tiene derecho a una respuesta inequ¨ªvoca. Por navarra y por espa?ola.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.