La izquierda propone, la derecha dispone

Nada, un encefalograma plano; el Congreso era esta tarde un letargo con calefacci¨®n central, una relaci¨®n de proposiciones de ley movidas por la izquierda, previamente decapitadas en las comisiones y defendidas sin ¨¢nimo ni esperanza cristiana por los portavoces de turno. No ha habido ni un gallo, ni un bemol pat¨¦tico, ni una fusa loca; todos los oradores, siguiendo la ruta del pentagrama con una tonalidad democr¨¢tica, han afirmado, han negado, han matizado y se han cargado lo que estaba previamente establecido por UCD, que es la propietaria de los hilos.El temario de las proposiciones de ley componen un cuerpo de las tentativas de izquierda para podar la arboleda org¨¢nica, para barrer los residuos del franquismo: disciplina acad¨¦mica, reglamento de la polic¨ªa, elecciones municipales, amnist¨ªa para los delitos de adulterio, aborto y propaganda de anticonceptivos, abolici¨®n de la pena de muerte, reforma de algunos art¨ªculos del C¨®digo Penal, y por ah¨ª todo recto. Pero aquel af¨¢n legislativo de la Oposici¨®n cae al pie del muro. Los argumentos de la derecha se enfrascan siempre con el mismo contenido: reconocer, primero, la buena voluntad del adversario y, despu¨¦s, recomendar calma, que todo se andar¨¢; oiga, no empujen, que eso est¨¢ previsto, esto ya se ha hecho, aquello se va a hacer, esto no es tan grave como parece, y su se?or¨ªa exagera. Y o¨ªdo todo junto parece como si se estableciera una pugna civilizada entre la experiencia paternalista y las prisas del ne¨®fito.

Y as¨ª se ha ido desarrollando el espect¨¢culo de las justas entre caballeros. El socialista Crist¨®bal Montes se ha referido a la caza de brujas en la Universidad, pero en seguida ha llegado I?igo Cavero, en plan ministro, para decir que ese caso ya est¨¢ zanjado. Despu¨¦s ha subido Enrique M¨²gica con la cosa del lamento al hablar del reglamento de la polic¨ªa, pero al instante Mart¨ªn Villa, con ese sonsonete enervante que le ha dado Dios, no el del Sina¨ª, sino el otro m¨¢s sosegado de los proverbios para recordar el pacto de la Moncloa, que es nuestra madre buena, tiene en su seno un apartado referido al asunto y que ma?ana mismo el Consejo de Ministros no s¨¦ qu¨¦, porque la voz se le hab¨ªa tragado su propio sonsonete. Luego S¨¢nchez Montero, con una mayor dureza, pero ahogada por la monoton¨ªa, ha dado un toque al caciquismo de Romero Robledo, versi¨®n subtitulada por el actual Ministerio del Interior, que se avecina con las pr¨®ximas elecciones municipales. Y al instante el mismo Mart¨ªn Villa ha dicho que no, con ese modo de humildad, marca de la casa, pura materia de fe, que provoca una suerte de remordimiento en los maliciosos que no le creen.

El mejor observatorio de la primera parte de la sesi¨®n parlamentaria estaba esta tarde en el bar, donde peri¨®dicamente acud¨ªan los fugados del hemiciclo. La expectativa de la reuni¨®n estaba concentrada en el tema de la pena de muerte, que es un asunto que ata?e a la intimidad de los padres de la Patria en un punto m¨¢s bajo de ese nivel donde flota la disciplina del voto. Pero al destape de esa inc¨®gnita no he llegado. Uno ha abandonado el palacio del Congreso cuando sus se?or¨ªas se dispon¨ªan a quitar los precintos a la caja de Pandora. De modo que se van a enterar ustedes por el peri¨®dico.