"Las fuerzas armadas respetar¨¢n los resultados de las elecciones"
El general Banzer es una persona menuda, de aspecto fr¨¢gil. Habla, sin embargo, con una enorme seguridad en s¨ª mismo. Sorprende la sobriedad de su despacho, de dimensiones inferiores a las de los salones familiares de la mayor¨ªa de los espa?oles. Es vivo, simp¨¢tico, y no elude ninguna respuesta. Respondi¨® una por una a las catorce preguntas formuladas, en cuestionario previo, por EL PA?S. Cuando se hablaba de la atomizaci¨®n partidista boliviana, en esta ¨¦poca electoral, le recordamos que algo parecido ocurri¨® en Espa?a en los primeros meses siguientes a la muerte de Franco. Jocosamente, el presidente coment¨® la indudable herencia espa?ola. Fue muy cr¨ªtico con el papel de los ej¨¦rcitos en la gobernaci¨®n de los pa¨ªses, en cualquier parte del mundo, cuando le comentamos que el proceso boliviano hab¨ªa causado admiraci¨®n y sorpresa en las democracias occidentales. ?Yo s¨¦ -dijo- que cuando los militares llegamos al poder, es muy dif¨ªcil hacernos abandonarlo. Casi siempre nos tienen que echar. Aqu¨ª no queremos que eso se produzca. Queremos volver a nuestros cuarteles a cumplir nuestro papel institucional y a entregar el poder a quien resulte elegido en las elecciones. Pero, eso s¨ª, con un pa¨ªs en paz social. ? Este es el resultado de la entrevista.
EL PA?S: La decisi¨®n del Gobierno boliviano de convocar a elecciones generales en julio del presente a?o fue recibida en todo el mundo como algo poco usual y como un ejemplo de visi¨®n pol¨ªtica de usted. En los ¨²ltimos d¨ªas, sin embargo, se abrigan temores de que ese proceso pueda interrumpirse. ?Qu¨¦ opina usted al respecto?
Presidente Banzer: Las fuerzas armadas garantizan la continuidad y la correcci¨®n del proceso electoral. La decisi¨®n de convocar a elecciones no fue fruto del impulso emocional, sino de la madura reflexi¨®n.
EL PA?S: Los recientes episodios relacionados con la huelga de hambre de 1.300 personas en seis ciudades bolivianas han debilitado, en opini¨®n de observadores pol¨ªticos, la posici¨®n del Gobierno de Bolivia, ?Se siente usted presidente de un Gobierno superado por estas circunstancias coyunturales?
H.B.: Por el contrario, la soluci¨®n dada por el Gobierno a la huelga de hambre y la plena restituci¨®n de las libertades sindicales, as¨ª como el levantamiento de otras medidas de excepci¨®n, demuestran que el Gobierno mantiene la plenitud de su autoridad.
EL PA?S: ?Cree usted que, en las presentes circunstancias, se podr¨¢ cumplir en toda su extensi¨®n el programa elaborado por su Gobierno para la celebraci¨®n de elecciones generales en julio del presente a?o?
H. B.: Los acontecimientos de los d¨ªas recientes no son parte de la normalidad de la vida en el pa¨ªs, sino circunstancias excepcionales. El suponer que tal estado de cosas pueda continuar indefinidamente equivaldr¨ªa a admitir que, de parte de algunos grupos de personas, no existe un sincero prop¨®sito de democratizar el pa¨ªs, lo cual no puedo creer.
EL PA?S: En un principio pareci¨® existir el prop¨®sito, por su parte de presentarse como candidato a dichas elecciones. ?Cu¨¢les fueron las razones que le impulsaron a descartar tal posibilidad? ?Hubo alguna recomendaci¨®n en tal sentido por parte de sus compa?eros de armas?
H. B.: Creo haber cumplido con mi pa¨ªs al haber presidido durante m¨¢s de seis a?os un Gobierno de reconstrucci¨®n. paz social, orden y trabajo creador, cuyos resultados saltan a la vista. Esto explica que numerosos sectores de opini¨®n e instituciones hubiesen propiciado mi nombre como candidato a la presidencia de la Rep¨²blica.
Sin embargo, y tal como le expres¨¦ a tiempo de declinar esta postulaci¨®n, creo que ha llegado el momento de dar paso a nuevas generaciones de bolivianos, que en la pr¨¢ctica han demostrado su capacidad y probidad para manejar los intereses nacionales. Esta fue una decisi¨®n espont¨¢nea y personal.
EL PA?S: En algunos medios se habla de serias divisiones en el seno de las FFAA bolivianas en torno al proceso de normalizaci¨®n pol¨ªtica en Bolivia. ?Podr¨ªa usted aclarar, como comandante en jefe de las FFAA, este extremo?
H. B.: La decisi¨®n de constitucionalizar el pa¨ªs ha partido espec¨ªficamente de las FFAA, y mal podr¨ªan, en esas circunstancias, oponerse institucionalmente al proceso iniciado por ellas mismas. No descarto que existan criterios individuales aislados opuestos al retorno a la constitucionalizaci¨®n, pero, de existir, no reflejan un consenso.
EL PA?S: Hace pocas semanas se divulg¨® un documento firmado por oficiales retirados de las FFAA que recog¨ªa conceptos del Gobierno que usted preside. ?Podr¨ªa comentar el alcance que refleja dicho documento?
H. B.: Desde hace muchos a?os existe en Bolivia una libertad de opini¨®n y expresi¨®n p¨²blica de gran amplitud. El documento de los oficiales retirados que usted menciona refleja esa situaci¨®n. El derecho a disentir ha sido escrupulosamente respetado por mi Gobierno, en la medida en que esa disensi¨®n no est¨¦ encaminada a, generar violencia. No creo que sea este el caso de los oficiales firmantes, -casi todos los cuales han ocupado ministerios, embajadas y otros cargos de la m¨¢s alta responsabilidad durante mi Gobierno.
EL PA?S: Algunas de las peticiones de las personas y grupos que protagonizaron la reciente huelga de hambre han sido concedidas por su Gobierno, como una amplia amnist¨ªa, la libertad sindical y la posibilidad de regreso a Bolivia de exiliados. Sin embargo, los mismos grupos insisten en otras. peticiones,comola derogaci¨®n de la ley de Seguridad del Estado y la desaparici¨®n de la presencia militar en las ¨¢reas mineras. ?Cu¨¢l es su posici¨®n al respecto?
H. B.: La derogatoria de la ley de Seguridad del Estado, que no fue dictada por mi Gobierno, parece una consecuencia l¨®gica del proceso iniciado con la convocatoria a elecciones, la amnist¨ªa general y el levantamiento del receso impuesto a las actividades pol¨ªticas y sindicales. El proceso de liberalizaci¨®n llegar¨ªa, as¨ª, a una etapa plenaria. En cuanto a la presencia de efectivos militares en algunos centros mineros, no veo raz¨®n alguna para que cause inquietud ni preocupaci¨®n. Aceptar la necesidad de retirar a las unidades militares de los centros mineros o de cualquier otra parte del pa¨ªs significar¨ªa aceptar tambi¨¦n que su presencia constituye un peligro o una amenaza, lo cual es absurdo. En los a?os transcurridos desde que las tropas del ej¨¦rcito acantonaron en varios distritos mineros no se ha registrado el m¨¢s m¨ªnimo incidente.
EL PA?S: Dirigentes de partidos pol¨ªticos insisten en afirmar que no considerar¨¢n ortodoxo el anunciado proceso electoral del mes de julio si no se aceptan las peticiones rese?adas en la pregunta anterior, y si no se retira la candidatura, calificada por ellos de oficialista, del general Pereda. ?Qu¨¦ puede decir sobre este tema?
H. B.: A lo largo de toda la historia del pa¨ªs, y en v¨ªsperas de elecciones, los partidos pol¨ªticos de oposici¨®n han coincidido sistem¨¢ticamente en denunciar al Gobierno por anticipado, de que no se dan las condiciones ¨®ptimas para que puedan triunfar. A las elecciones se va a ganar o perder. Muchos de los partidos que hoy est¨¢n en la oposici¨®n estuvieron alguna vez en el Gobierno, y en tiempo de elecciones fueron blanco de similares denuncias y exigencias.
EL PA?S: Seg¨²n los proyectos del Gobierno que usted preside, ?habr¨ªa alg¨²n tipo de limitaci¨®n para la participaci¨®n de los partidos pol¨ªticos, sin excepci¨®n, en el proceso electoral?
H. B.: Habi¨¦ndose dictado una amnist¨ªa general, est¨¢ claro que todos los ciudadanos cualquiera que sea su tendencia, podr¨¢n participar en el proceso electoral. No obstante, la convocatoria a elecciones debe aceptar las reglas del juego democr¨¢tico. Si todav¨ªa hay quien pretende retornar al pa¨ªs con el pretexto de las elecciones, a desencadenar el terrorismo y la violencia, puede estar seguro de que la ley caer¨¢ sobre ¨¦l: sin contemplaciones.
EL PA?S: ?Aceptar¨ªan las fuerzas: armadas bolivianas la hipot¨¦tica, victoria en las elecciones de julio de un candidato de izquierda?
H. B.: Es obvio que si las fuerzas armadas han llamado a elecciones est¨¢n dispuestas a aceptar su resultado sea cual fuere. Como, usted bien lo dice, una victoria de un candidato de izquierda, en las elecciones de julio, es totalmente hipot¨¦tica.
EL PA?S: Para muchos observadores de la realidad pol¨ªtica de Latinoam¨¦rica, el proceso boliviano es un test de primera magnitud, cuyos resultados pueden ser aplicables a otros pa¨ªses pr¨®ximos que atraviesan circunstancias parecidas a las de Bolivia, como podr¨ªan ser Per¨² y Ecuador. ?C¨®mo interpreta usted esta circunstancia?
H.B.: La experiencia hist¨®rica reciente y la realidad pol¨ªtica de Bolivia son ¨²nicas en el continente y, en tales condiciones, es dif¨ªcil anticiparse a evaluar que el grado de nuestro proceso inmediato pueda ser de utilidad para otros pa¨ªses. Cabe recordar que, en 1952, Bolivia inici¨® el primer proceso de reforma agraria de Suram¨¦rica y nacionaliz¨® las empresas que explotaban la mayor arte de sus recursos minerales. Los errores y aciertos de este proceso tuvieron influencia posterior en experiencias del mismo signo en otros pa¨ªses del continente.
EL PA?S: En opini¨®n de algunos historiadores, el proceso de evoluci¨®n pol¨ªtica de Espa?a, que ha derivado pac¨ªficamente a la democracia desde un sistema de autoridad personal, es un modelo perfectamente trasplantable a Latinoam¨¦rica. ?Coincide con estas apreciaciones?
H. B.: Desde Bolivia, y sin duda alguna desde toda la Am¨¦rica lana, se ha seguido con el mayor inter¨¦s y atenci¨®n el proceso de evoluci¨®n pol¨ªtica de Espa?a. Y creo que todos nos hemos congratulado de la pac¨ªfica transici¨®n de un sistema de gobierno como el anterior, al que actualmente rige los destinos de Madre Patria. Personalmente desear¨ªa que la situaci¨®n pol¨ªtica Bolivia evolucione en condiciones parecidas, y me asiste la confianza de que la gran mayor¨ªa las organizaciones partidarias del actual sistema, as¨ª como las de oposici¨®n, comparten este criterio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.