Habr¨¢ un nuevo modelo industrial para despu¨¦s de la crisis
Mejor productividad y mayor competitividad, antes que incremento de la capacidad, ser¨¢n los criterios b¨¢sicos sobre los que se elaboren los planes de reestructuraci¨®n sectorial actualmente en estudio, asegur¨® ayer el ministro de Industria y Energ¨ªa, Alberto Oliart, en el acto de clausura de la reuni¨®n ?C¨®mo ven nuestros hombres de empresa la econom¨ªa espa?ola?, organizada por la Asociaci¨®n para el Progreso de la Direcci¨®n (APD).En su discurso, el se?or Oliart se refiri¨® a las l¨ªneas esenciales de la pol¨ªtica industrial que su departamento se propone desarrollar, haciendo hincapi¨¦ en que el aparato industrial espa?ol resultante de la crisis debe ser fundamentalmente distinto al existente en la actualidad. En s¨ªntesis, la industria espa?ola debe lograr una mayor competencia, solidaridad social, capacidad de exportaci¨®n, desarrollo de la tecnolog¨ªa propia y mayor empleo por unidad de capital, ya que el paro es uno, de los problemas fundamentales con que se enfrenta el actual modelo de crecimiento occidental.
La reestructuraci¨®n -dijo m¨¢s adelante- deber¨¢ afectar a aquellos sectores que se encuentran en situaci¨®n de baja demanda y con un cambio de supuestos b¨¢sicos, como es el encarecimiento de la energ¨ªa, las materias primas y la mano de obra.
Refiri¨¦ndose al pacto de la Moncloa, suscrito entre el Gobierno y los partidos de la Oposici¨®n parlamentaria, el se?or Oliart estim¨® que sus postulados suponen una contenci¨®n de la demanda y la necesaria reasignaci¨®n del gasto p¨²blico, para encaminarlo en mayor medida a los sectores productivos y la exportaci¨®n. Los primeros meses de aplicaci¨®n del programa han incidido sobre todo en el primero de los aspectos citados, pero en los pr¨®ximos meses se ir¨¢n planteando en mayor medida los restantes objetivos del plan.
Finalmente, el titular de Industria y Energ¨ªa estim¨® como m¨¢s sustanciales para la actual estrategia gubernamental cuatro problemas: absorber el desempleo y proporcionar puestos de trabajo a los que se incorporan al mercado en busca de ocupaci¨®n, con un crecimiento del PNB de s¨®lo el 4%; lograr una reducci¨®n en el consumo de energ¨ªa por unidad de PIB (Producto Industrial Bruto), desde el 3% precedente hasta el 1,2% en que actualmente se encuentra la industria europea; ampliar el cupo de exportaciones, desde el 8% actual hasta el 20 %, en t¨¦rminos del PIB, y finalmente, disponer de tecnolog¨ªa propia a largo plazo.
En la sesi¨®n intervinieron tambi¨¦n empresarios representativos de los distintos sectores. Manuel Azpilicueta, vicepresidente del INI, habl¨® sobre el sector p¨²blico; Claudio Boada, presidente de Altos Hornos de Vizcaya y Ford Espa?a, se refiri¨® a la problem¨¢tica del sector siderometal¨²rgico; Fernando Elz¨¢buru, presidente de la Asociaci¨®n para el Desarrollo Empresarial de la Agricultura, analiz¨® la problem¨¢tica agraria, y Juan Mir¨® Chavarria, consejero-director general de Uni¨®n de Explosivos R¨ªo Tinto, se ocup¨® del campo de qu¨ªmica y energ¨ªa.
Especial inter¨¦s concentr¨® la intervenci¨®n del se?or Boada, quien expuso sus criterios sobre las necesidades del sector sider¨²rgico, centradas en una instrumentaci¨®n legal para que la Administraci¨®n pueda conceder cr¨¦ditos y ayudas especiales de subsistencia a las empresas para 1978 y a?os siguientes, hasta que se produzca un cambio en la coyuntura; establecimiento de sistema de precios flexibles, an¨¢logos a los de la CECA, y reestructuraci¨®n industrial, equilibrando las plantas existentes, sin aumentar la oferta de productos terminados.
Previamente, el vicepresidente del INI se hab¨ªa referido al papel que corresponde al Instituto en las actuales circunstancias, se?alando como responsabilidad b¨¢sica la de colaborar e incluso protagonizar los programas de reestructuraci¨®n sectoriales. Concretamente cit¨® los energ¨¦tico, construcci¨®n navial, siderurgia y bienes de equipo. En el orden financiero, se?al¨® que el recurso del grupo INI al mercado internacional superar¨¢, probablemente, los quinientos millones de d¨®lares -42.500 millones de pesetas- durante 1978.
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