"La integraci¨®n de Espa?a en la Comunidad debe estar presente en todas las negociaciones sectoriales"
EL PAIS: El panorama industrial de la CEE es bastante sombr¨ªo. ?Ve usted un futuro mejor?E. d'A.: Lo que ocurri¨® en el pasado a?o fue importante, porque cre¨® un cambio de actitud de parte de los Estados miembros de las Comunidades Europeas. Hemos pasado de analizar los problemas a reaccionar ante los mismos. Todo ello con un consenso de todos los Estados mier¨¢ bros. Otros aspectos importantes han sido el darse cuenta de que los problemas son profundos y hay que abordarlos con una transformaci¨®n y no con una simple protecci¨®n. Hay que ajustarse a la situaci¨®n y no creer que vamos a detener el cambio protegi¨¦ndonos contra ¨¦l.
EL PAIS: Sin embargo, todas las medidas actuales comunitarias en los sectores econ¨®micos sensibles, como siderurgia, textil o naval, son claramente proteccionistas, por el momento.
E. d'A.: Si aceptamos el principio ineludible de la reestructuraci¨®n, quiere decir que durante el per¨ªodo de tal ajuste hay que tomar medidas de gesti¨®n de la crisis para facilitar el cambio. Una reestructurac¨ª¨®n en per¨ªodo de baja coyuntura obliga a combinar las dos opciones. No hay sustitutos para las p¨¦rdidas de empleo. Es por ello que nos preocupamos para que el esfuerzo de reestructuraci¨®n est¨¦ repartido entre todos los que conocen y tienen tambi¨¦n preocupaciones an¨¢logas,
EL PAIS: ?Se trata de asociar a los dem¨¢s en la crisis?
E. d'A.: Hay que discutir los temas del sector naval, por ejemplo con Jap¨®n, porque ser¨ªa Irreal que la supercapacidad de producci¨®n mundial en el sector la intenten resolver unos cuantos. Otro ejemplo, como la problem¨¢tica textil, es l¨®gico que la CEE se preocupe de garantizar la continuidad de crecimiento de importaciones en su mercado interno, pero a un ritmo inferior al previsto. No hemos cambiado la tendencia, ni pretendemos eliminar las importaciones. Cada vez que tomamos unas medidas con efectos exteriores (no de modificaci¨®n de corrientes de intercambios, sino de, a veces. limitaci¨®n del crecimiento de intercambios), lo ligarnos siempre a esfuerzos de reestructuraci¨®n interna. Esta es la diferencia entre el proteccionismo y la gesti¨®n com¨²n de la crisis, para eliminar las dificultades que todos tenemos.
EL PAIS: S¨ª se prolonga la crisis, ?ser¨¢n suficientes esas medidas salvavidas?
E. d'A.: El ajuste debe ir acompa?ado de un esfuerzo comparable a nivel social y de reconversi¨®n para que el ¨ªmpacto a nivel de empleo pueda ser social y pol¨ªticamente reabsorbido. Es aqu¨ª donde, inevitablemente, hay que buscar puentes entre las medidas microecon¨®micas y las macroecon¨®micas. Es l¨®gico que esas dificultades sectoriales que vivimos demuestran que si no hay cierta reactivaci¨®n general econ¨®mica, esas medidas no triunfar¨¢n. Por esto nos esforzamos en acelerar el programa de Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria, los instrumentos de cr¨¦dito, el aumento del presupuesto de la CECA (Comunidad Europea del Carb¨®n y del Acero). nuevos fondos para actividades industriales y otros proyectos.
EL PAIS: Vistos los litigios actuales en sectores industriales entre Espa?a y el Mercado Com¨²n, ?no ser¨ªa necesario buscar soluciones que vayan m¨¢s lejos del contexto comercial sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un pa¨ªs que pide el Ingreso a la CEE?
E. d'A.: Se refiere usted a un aspecto que tuve ocasi¨®n de tratar cuando el presidente del Gobierno espa?ol. Adolfo Su¨¢rez visit¨® la Comisi¨®n Europea hace algunos meses. Me parece bastante claro que las dificultades de adaptaci¨®n industrial que tenemos en la CEE son casi las mismas que en Espa?a.
EL PAIS: El sector sider¨²rgico, ?podr¨ªa ser el primero en ?saltar? para abordar la idea de la integraci¨®n?
E. d'A.: Me parece el m¨¢s claro, por el momento. Las dificultades de la siderurgia en Espa?a son grandes, corno lo son en la CEE, en Suecia, o incluso en Estados Unidos y Jap¨®n. Me parece evidente que en tal cap¨ªtulo haya que ser objetivos. El ritmo de moderaci¨®n que encuentran las exportaciones espa?olas hacia la CEE es el mismo que encuentra la CEE en sus ventas hacia pa¨ªses terceros. En nuestras propuestas sider¨²rgicas a Espa?a se va mucho m¨¢s all¨¢ del simple compromiso comercial. Se trata de consultas mutuas sobre un hecho: la adaptaci¨®n de nuestro sector sider¨²rgico con el sector sider¨²rgico espa?ol, como si estuvi¨¦ramos ya conjuntamente en la CECA.
EL PAIS: ?Es v¨¢lida la idea tambi¨¦n para otros sectores, como el textil?
E. d'A.: Creo que en la medida en que se adopte tal principio de cooperaci¨®n, es l¨®gico que extendamos la idea a otros sectores.
EL PAIS: En su opini¨®n. ?los responsables espa?oles han captado ese posible cambio de ¨®ptica que equivale a superar el car¨¢cter de ?enemigos? comerciales para iniciar relaciones de futuros ?socios??
E. d'A.: No lo s¨¦. Francamente, se lo digo con toda sinceridad. Me impresion¨® que durante la conversaci¨®n con el presidente Su¨¢rez, estas ideas retuvieron su inter¨¦s Espa?a es un pa¨ªs de caracter¨ªsticas industriales parecidas a las comunitarias. Por ello, la idea de que Espa?a entre en la Comunidad es para nosotros, una realidad pol¨ªtica y econ¨®mica. Ante los litigios que estamos confrontados, hay que crear condiciones de unidad del mercado futuro. Lo cual va mucho m¨¢s lejos que las dificultades de un escollo comercial con car¨¢cter temporal.
Hay que empezar la cooperacion entre Espa?a y la CEE
EL PAIS: ?Habr¨ªa que esperar la adhesi¨®n o comenzar ya la cooperaci¨®n industrial en los sectores m¨¢s cr¨ªticos?
E. d'A.: Me parece muy simple. Se puede decir que hay que preparar un plazo antes de la adhesi¨®n, o un per¨ªodo intermedio. En mi opini¨®n, cuanto antes comencemos la reflexi¨®n en conjunto, m¨¢s r¨¢pido y f¨¢cil ser¨¢ el ajuste.
EL PAIS: ?Hay peligro, por otra parte. de cierta ?intervenci¨®n? de la CEE en la econom¨ªa espa?ola, antes de que entremos como miembros?
E. d'A.: Hay que ser realistas. Por ejemplo, si hoy Espa?a piensa en una inversi¨®n que ser¨¢ rentable porque en gran parte su producci¨®n ser¨¢ exportada a la CEE, pero que se har¨¢ porque cuenta con un mercado protegido o porque ser¨¢ favorecido por medidas que no ser¨¢n compatibles en su d¨ªa con el tratado de adhesi¨®n. ser¨ªa lamen table no hablar conjuntamente pongamos, por ejemplo, el caso sider¨²rgico. Si Espa?a piensa au mentar su capacidad de producc¨ª¨®n. teniendo en cuenta sus ventas al mercado comunitario, es importante que haya una consulta para que demos a Espa?a las mismas informaciones que a los dem¨¢s fabricantes de la CEE. Naturalmente, si Espa?a quiere seguir su planificaci¨®n totalmente al margen puede hacerlo, peso, ser¨ªa m¨¢s realista contar con las opiniones de la CEE, aunque s¨®lo sea a t¨ªtulo informativo.
EL PAIS: ?Cu¨¢les ser¨¢n las propuestas de la Comisi¨®n a Espa?a, en siderurgia, pensando en la proyecci¨®n de futuro Estado miembro?
E d'A.: Al igual que a los pa¨ªses de la EFTA (zona europea de librecambio) hemos dicho a Espa?a que no pretendemos disminuir sus corrientes de exportaci¨®n hacia la CEE. No son las cantidades lo que nos preocupa. Lo que nos afecta son los precios demasiado bajos que, en esta ¨¦poca de crisis, suponen el hundimiento de los precios internos. Lo que desear¨ªamos lograr es que Espa?a contin¨²e exportando al mismo nivel que hasta ahora, pero con precios m¨¢s altos. Hay que reflexionar sobre unos precios m¨¢s an¨¢logos a los comunitarios, con unos sistemas de c¨¢lculo parecidos a los de la CEE, con unos mecanismos de funcionamiento de la industria sider¨²rgica que trabaje con baremos comparables a los nuestros, como hacen los pa¨ªses EFTA.
EL PAIS: La futura reestructuraci¨®n del sector sider¨²rgico espa?ol tiene en cuenta, entre otras, la alternativa de una nacionalizaci¨®n. ?Ser¨ªa un inconveniente o una ventaja cara a la integraci¨®n a la CEE?
E. d'A.: Para nosotros el problema no est¨¢ ah¨ª. Gran parte de la industria sider¨²rgica brit¨¢nica est¨¢ nacionalizada. Igual para los italianos. El interrogante no reside en la nacionalizaci¨®n. La clave est¨¢ en la transparencia de condiciones de producci¨®n.
EL PAIS: Etienne d'Avignon gracias a su plan ?anti crisis? sider¨²rgica, es considerado hoy un poco como el ?hombre milagro? para recuperar los sectores cr¨ªticos de la CEE. ?Tiene otras f¨®rmulas para remediar, por ejemplo, la crisis en el sector naval?
E. d'A.: Para empezar quiero decir que no espero ning¨²n ?milagro? en la siderurgia. Creo, simplemente, que las cosas van menos mal de lo que iban. Hemos administrado un medicamento al enfermo. Fal ta ahora la reeducaci¨®n. No basta con ordenar la anarqu¨ªa de precios. Hay que lograr que la CEE pueda soportar el 10, 11 o 12% de importaciones sider¨²rgicas sin que su industria se hunda. El problema del sector naval es todav¨ªa m¨¢s dif¨ªcil. Nuestra acci¨®n sobre la demanda es m¨¢s d¨¦bil que en la siderurgia. Los armadores buscan, l¨®gicamente, la compra de los barcos m¨¢s baratos para poder ser competitivos en el transporte. Nos encontramos en un sector en que la demanda ha bajado en m¨¢s del 50% de las previsiones. Los medios jur¨ªdicos de que dispone la CEE para intervenir son tambi¨¦n m¨¢s limitados que en la siderurgia, al no existir una competencia espec¨ªfica CEE sobre el sector naval. Pero se ha superado el estadio de la resignaci¨®n y la pasividad y esperamos hacer algo, conjuntamente con el resto de grandes pa¨ªses productores.
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