El PSOE y el acuerdo pesquero con Marruecos
GRUPO DE ESTUDIOS SOBRE PESCA DEL PSOEEl acuerdo de cooperaci¨®n en materia de pesca mar¨ªtima entre Espa?a y Marruecos, pendiente de ratificaci¨®n por las Cortes, tiene implicaciones econ¨®micas, sociales y pol¨ªticas que exceden de cualquier acuerdo internacional.
El acuerdo de cooperaci¨®n en materia de pesca, firmado en Rabat el 17 de febrero de 1977, fue presentado para su ratificaci¨®n a las Cortes el pasado 4 de enero, es decir, casi un a?o despu¨¦s de su firma. La no legitimaci¨®n democr¨¢tica de las anteriores Cortes explica quiz¨¢ un primer retraso. Es m¨¢s dif¨ªcil comprender por qu¨¦ las Cortes democr¨¢ticas han tardado seis meses en conocer un tema de innegable importancia para nuestras relaciones internacionales. Caben varias hip¨®tesis, entre ellas la de que el Gobierno espa?ol espera a la resoluci¨®n del conflicto que opone a las diversas potencias operantes en la zona. Pero el enfrentamiento no s¨®lo no se ha resuelto, sino que Incluso otras potencias, como Francia, intervienen ya abiertamente en el mismo, al parecer con el objetivo de conservar sus posiciones dominantes cultural y econ¨®micamente, eclipsando as¨ª gradualmente la presencia e influencia espa?olas.
El deterioro de nuestra coyuntura econ¨®mica y el espectacular aumento del desempleo y la degradaci¨®n de la situaci¨®n en el archipi¨¦lago canario son factores que pudieran explicar la reciente voluntad oficial de la ratificaci¨®n de un acuerdo que, comparado con el acta de las ?conversaciones mantenidas sobre los aspectos econ¨®micos derivados de la transferencia de la administraci¨®n del Sahara? (denominaci¨®n oficial de los famosos anexos secretos del Tratado de Madrid de 14 de noviembre de 1975), muestra una espectacular retirada de las posiciones espa?olas.
Los anexos secretos permit¨ªan faenar a seiscientos barcos espa?oles en las costas atl¨¢nticas de Marruecos y a doscientos en las costas mediterr¨¢neas, durante quince a?os, estableci¨¦ndose que ?podr¨ªan? ser fletados por Marop¨ºche (sociedad mixta). Marruecos y Mauritania permitir¨ªan la pesca en aguas del Sahara de ochocientos barcos espa?oles, exentos durante cinco a?os y pagando el canon m¨¢s favorable durante los quince siguientes.
Jurisdicci¨®n marroqu¨ª en aguas del Sahara
Expertos de las diversas partes tendr¨ªan que haberse reunido antes del 31 de diciembre de 1975 para determinar las modalidades de transferencia de la administraci¨®n del Sahara en sus aspectos econ¨®micos y especialmente pesqueros, todo ello seg¨²n conversaciones o anexos secretos del Tratado de Madrid.
La opini¨®n p¨²blica espa?ola no tiene noticia de que tales reuniones hayan tenido lugar y no obstante, sin tener en cuenta aparentemente los anexos secretos se ha negociado un acuerdo de cooperaci¨®n pesquera con Marruecos en el que este pa¨ªs retira lo esencial de las concesiones hechas en las actas secretas.
Mediante el acuerdo pendiente de ratificaci¨®n, Marruecos logra que se trate como ?aguas sujetas a jurisdicci¨®n marroqu¨ª? tambi¨¦n las situadas indeterminadamente ?al sur del cabo Nun?, esto es, aguas propias del Sahara occidental. Por otro lado, los bancos de cefal¨®podos situados al sur del cabo Nun se hallan localizados principalmente en aguas del Sahara occidental, sobre las que, nominalmente, Mauritania asumi¨® la administraci¨®n. Ello pudiera ser una fuente adicional de conflicto futuro entre los dos actuales aliados marroqu¨ª y mauritario.
An¨¢lisis del acuerdo
La expresi¨®n ?bajo jurisdicci¨®n marroqu¨ª?, referida a las aguas situadas al sur del cabo Nun, puede suponer la admisi¨®n por v¨ªa indirecta de que los ?poderes y responsabilidades? transmitidas por Espa?a a Marruecos y Mauritania en calidad de administraci¨®n temporal implica la cesi¨®n de soberan¨ªa (reiteradamente negada por el propio Gobierno espa?ol) y, consiguientemente, la facultad de reglamentar y de beneficiarse de la pesca de dichas aguas, facultad a todas luces ileg¨ªtima. El acuerdo de pesca con Marruecos cuya ratificaci¨®n se pretende prev¨¦ la continuaci¨®n de la actividad pesquera en aguas atl¨¢nticas y mediterr¨¢neas de Marruecos al norte del cabo Nun, marc¨¢ndose unos cupos m¨¢ximos de 25.000 toneladas de pescado para la modalidad de arrastre y otras 25.000 toneladas para la de cerco. En las aguas al sur del cabo Nun, incluyendo las aguas del Sahara, la flota espa?ola podr¨¢ pescar sardina con destino al mercado interno (en realidad para la industria conservera de Canarias) hasta un tope de 80.000 toneladas.
En contrapartida, para pescar bajo pabell¨®n espa?ol en la zona de aplicaci¨®n del acuerdo, ser¨¢ necesario concertar un contrato de fletamiento con sociedades marroqu¨ªes, de capital mixto o ¨ªntegramente marroqu¨ª, sin que ello implique derecho a ninguna remuneraci¨®n para el armador espa?ol y sin que se derive responsabilidad alguna para el fletador marroqu¨ª. Por otro lado, nuestro pa¨ªs se compromete a fomentar la constituci¨®n de sociedades mixtas para fletar barcos de pesca, para armar barcos, para la construcci¨®n naval y para la transformaci¨®n y comercializaci¨®n de los productos de la pesca. En las aguas al sur de cabo Nun, y en ellas se incluyen las aguas del Sahara, Espa?a se compromete, en un per¨ªodo de cinco a?os, a colocar al 40% de su flota sardinera y el 50% de su flota de cefal¨®podos que faenan en estas zonas en compa?¨ªas mixtas hispano-marroqu¨ªes, bajo bandera de Marruecos. Adem¨¢s, esta marroquizaci¨®n se har¨¢ con cargo a los cr¨¦ditos a la exportaci¨®n concedidos por nuestro pa¨ªs, es decir con cargo al erario p¨²blico. Finalmente, el Gobierno espa?ol concede un cr¨¦dito por importe de 3.525 millones de pesetas para financiar la infraestructura de la pesca marroqu¨ª, especificando que se trata de f¨¢bricas de conserva, instalaciones portuarias, escuela de formaci¨®n n¨¢utica, construcci¨®n de barcos, etc¨¦tera. Este dinero ser¨¢ reembolsado en diez a?os, con un inter¨¦s anual del 5,5%, con dos a?os de gracia, y a partir de la terminaci¨®n de cada proyecto.
Aunque la imprecisi¨®n de los datos y estad¨ªsticas oficiales referentes a nuestro sector pesquero es notoria, la importancia de la problem¨¢tica pesquera de la zona se refleja a trav¨¦s de la actividad de unos 1.400 barcos, comprendidos los de Canarias y del sur de la Pen¨ªnsula, del trabajo de unos 25.000 hombres en el sector extractivo, con desembarco por valor no inferior a los 19.000 millones de pesetas en primera venta, aparte de la repercusi¨®n sobre otros sectores de la. econom¨ªa nacional (industria de transformaci¨®n, comercializaci¨®n, etc¨¦tera). El problema ante el que nos encontramos es, pues, de primera magnitud y su soluci¨®n afecta a intereses financieros realmente importantes, a un n¨²mero considerable de trabajadores y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, al conjunto de nuestra econom¨ªa. Al mismo tiempo la complejidad y la importancia de los intereses en juego obliga al Gobierno espa?ol a tomar decisiones a remolque de situaciones tan acuciantes como angustiosas, situaciones que se plantearon con toda claridad hace ya al menos diez a?os, pero que nunca fueron abordadas con seriedad y, por tanto, resueltas. En cuanto a Canarias, adem¨¢s de perder barcos y trabajo para sus hombres del mar, las islas se encontrar¨¢n en el pa¨ªs vecino, a corto plazo, con una industria de transformaci¨®n que puede acabar anulando la suya propia y que, adem¨¢s, al estar en una posici¨®n inmejorable para comercializar sus productos en Espa?a, competir¨¢ tambi¨¦n con la que existe en Galicia.
Ahora bien, el acuerdo que se pretende ratificar permitir¨¢ a nuestra flota seguir faenando, aunque sea fletada por compa?¨ªas marroqu¨ªes, con el correspondiente beneficio para sus armadores, pero tal flota ir¨¢ desapareciendo a un ritmo alarmante seg¨²n progrese su marroquizaci¨®n. Paralelamente ir¨¢n desapareciendo los puestos de trabajo, y la p¨¦rdida de efectivos ser¨¢ particularmente grave en el caso de las flotas dedicadas a la sardina y a los cefal¨®podos, de las que dependen todas, o al menos las m¨¢s importantes, industrias transformadoras.
En el acuerdo no existe ninguna cl¨¢usula que asegure la estabilidad en el empleo de los trabajadores espa?oles enrolados en los barcos marroquizados, que se ver¨¢n, por otra parte, desprovistos de todas las defensas que les permite la legislaci¨®n espa?ola sobre el trabajo en el mar.
Sin embargo, a nuestros trabajadores de la mar no se les ofrece ninguna otra alternativa. El resultado es que los sectores sociales y econ¨®micos siguen presionando sobre las decisiones gubernamentales y pol¨ªticas de una forma brutal, lo que explica en alguna medida que el acuerdo planteado no sea m¨¢s que un mero espejismo, negociado sin visi¨®n de futuro en el terreno social y que en forma alguna resuelve nuestro problema pesquero, a no ser que se estime que este problema es exclusivamente el de la defensa del capitalismo en su versi¨®n decimon¨®nica.
La flota del Sur
En el sur de la Pen¨ªnsula nos encontramos con un planteamiento similar. Gran parte de su flota, y en especial los barcos m¨¢s peque?os, trabajan necesariamente al norte de cabo Nun. El problema pol¨ªtico que aqu¨ª se va a plantear con la posible no ratificaci¨®n del acuerdo ser¨¢, probablemente, m¨¢s grave que en Canarias y el planteamiento de la pol¨ªtica a seguir algo m¨¢s complejo a causa de las 50.000 toneladas que el acuerdo ofrece como l¨ªmite m¨¢ximo de capturas. Pero debe quedar claro, como se deduce con s¨®lo ojear el convenio, que la soluci¨®n propuesta s¨®lo sirve para aplazar el problema de momento y en forma alguna da soluci¨®n racional a su trasfondo social. De nuevo vale la pena plantearse con toda seriedad si las ventajas que se ofrecen a la parte marroqu¨ª (en particular la potenciaci¨®n de su industria de transformaci¨®n y la comercializaci¨®n de los productos pesqueros en nuestro pa¨ªs) se ven compensadas por lo que de hecho equivale a un mero retraso del problema. Nadie debe olvidar que el convenio nos obliga a negociar dentro de cinco a?os un nuevo marco de cooperaci¨®n en materia de pesca y un nuevo marco de cooperaci¨®n financiera, que de ser similares a los que ahora se plantean supondr¨ªan la total desaparici¨®n de nuestra actividad pesquera en la zona.
El PSOE se ve en la obligaci¨®n de denunciar la grave responsabilidad que implica no haber elaborado en su momento una ordenaci¨®n pesquera con perspectivas de futuro. En estas circunstancias el PSOE quisiera que todos los sectores pesqueros se concienciaran de que la pesca requiere una reestructuraci¨®n total y profunda que le asegure no s¨®lo el hoy, sino tambi¨¦n el futuro.
Esta reestructuraci¨®n ni debe ni puede hacerse salvando intereses meramente financieros, sobre todo cuando el resultado correspondiente a corto, medio o largo plazo consiste en dejar sin trabajo al pescador.
Es probable que todo el problema pesquero haya que enmarcarlo en un contexto m¨¢s general. Es necesario ordenar la pesca en todo nuestro litorial y hay que negociar con otros pa¨ªses (Argelia y T¨²nez), concediendo las justas compensaciones. En el caso de Marruecos debemos asegurar a nuestro vecino marroqu¨ª que Espa?a tiene voluntad de ayudarle en su desarrollo pesquero y al mismo tiempo que est¨¢ dispuesta a compensarle justamente por nuestra pesca. Pero ambos pa¨ªses deben poner medios para que el desarrollo pesquero de Marruecos vaya en paralelo con una ordenaci¨®n real del sector pesquero espa?ol, ordenaci¨®n que permita que nos adaptemos al nuevo derecho internacional sin provocar grandes traumas. Adem¨¢s, y en el orden interno, deber¨ªamos evitar por todos los medios que determinadas presiones del momento nos obliguen a conceder unas ventajas en el terreno no extractivo y en el pol¨ªtico que entendemos jam¨¢s debieron ser ofrecidas.
Finalmente, debe destacarse el hecho de que la ausencia de ordenaci¨®n del sector pesquero es directamente imputable a una estructura administrativa arcaica y, por tanto, incompetente, con m¨¢s parecido a un ?sindicato de armadores? que a una administraci¨®n responsable.
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