Los grandes armadores espa?oles, especialmente beneficiados por el tratado pesquero con Marruecos
?En Madrid, a 14 de noviembre de 1975 y reunidas las delegaciones que leg¨ªtimamente representan a los Gobiernos de Espa?a, Marruecos, y Mauritania, -se manifiestan de acuerdo ... ? As¨ª comienza el texto de la declaraci¨®n de principios entre Espa?a, Marruecos y Mauritania sobre el Sahara occidental. En la cl¨¢usula adjunta, firmada tambi¨¦n por los representantes de los Gobiernos de Marruecos, Rep¨²blica Isl¨¢mica de Mauritania y Espa?a, se delimita la colaboraci¨®n entre los tres pa¨ªses en materia de pesca, bienes p¨²blicos, bienes privados, comercio y otras cuestiones.
En esta cl¨¢usula, en opini¨®n de los t¨¦cnicos y expertos en materia pesquera consultados por EL PA?S, reside el primordial problema e incoherencia del firmado acuerdo pesquero hispano-marroqu¨ª que espera su ratificaci¨®n en las Cortes tras una dura y aireada sesi¨®n de la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores del Congreso en la que el diputado del PSOE Manuel Mar¨ªn lanz¨® duros ataques contra Leopoldo Calvo Sotelo y V¨ªctor Moro, ex ministro de Comercio y ex director general de Pesca, respectivamente, y principales art¨ªfices nominales de la elaboraci¨®n de dicho acuerdo.La cl¨¢usula que se cita anteriormente se?ala, en materia de pesca, el ?reconocimiento conjunto por Marruecos y Mauritania de derechos de pesca en las aguas del Sahara en favor de ochocientos barcos espa?oles, por una duraci¨®n de veinte a?os y en las mismas condiciones, salvo el canon a ser abonado a partir del sexto a?o?. Esto significa que Espa?a podr¨ªa haber estado faenando en estas aguas durante cinco a?os sin ning¨²n canon y con mayor n¨²mero de buques que el actual acuerdo permite. En opini¨®n de los expertos es inconcebible, desde el punto de vista econ¨®mico, que el Gobierno espa?ol haya aceptado la elaboraci¨®n de un nuevo acuerdo con una de las partes firmantes sin que se haya hecho p¨²blica ninguna denuncia por parte de Marruecos.
Contin¨²a el apartado de la cl¨¢usula poniendo de manifiesto que, durante ?los cinco primeros a?os, los barcos de pesca espa?oles quedar¨¢n exentos de todo canon. Para los cinco a?os siguientes abonar¨¢n un canon que ser¨¢ el m¨¢s favorable posible concedido a cualquier pa¨ªs tercero con una rebaja a ser convenida. Antes del comienzo del sexto a?o, una comisi¨®n mixta de las tres partes se reunir¨¢ para fijar dicho canon?. Una bicoca, seg¨²n los expertos, que a la postre representaba el pago por la transferencia del Sahara pero que resolv¨ªa los hipot¨¦ticos problemas que a corto y medio plazo le pudieran surgir a la flota pesquera espa?ola.
Una raz¨®n poderosa: las doscientas millas
La extensi¨®n a doscientas millas de las aguas jurisdiccionales por parte de numerosos pa¨ªses era un aviso al sector pesquero, que ve¨ªa c¨®mo se reduc¨ªan progresivamente los caladeros para la flota espa?ola, lo que podr¨ªa suponer un serio peligro para los armadores, que contaban con una potente flota congeladora construida a ra¨ªz de la fiebre desarrollista iniciada en 1961 por la ley de Renovaci¨®n y Modernizaci¨®n de la Flota Pesquera y refrendada sucesivamente con otras disposiciones que arbitraron continuamente cr¨¦ditos para la construcci¨®n de hasta un total de seiscientos buques con que cuenta actualmente nuestra flota. El dilema parec¨ªa claro: o nos com¨ªamos la flota a medio plazo o liquid¨¢bamos -vendiendo- buena parte de la flota. Cualquier otro argumento resulta incomprensible para entender la firma del tratado pesquero hispano-marroqu¨ª a los quince meses de la firma del acuerdo tripartito que en materia pesquera resultaba tan favorable.En diciembre de 1975 es nombrado ministro de Comercio y responsable de los temas pesqueros Leopoldo Calvo Sotelo, quien pocos d¨ªas despu¨¦s de su nombramiento llama a V¨ªctor Moro, a la saz¨®n director general de la mayor empresa pesquera del pa¨ªs, Pescanova, y buen amigo suyo, para que ocupe la Direcci¨®n General de Pesca. A partir de ah¨ª comienza la negociaci¨®n del tratado pesquero, que firmar¨ªa en febrero de 1977 Jos¨¦ Llad¨®.
Si el acuerdo se firma en febrero, todav¨ªa V¨ªctor Moro realizar¨¢ una visita a Rabat en abril de 1977 para ?hacer retoques t¨¦cnicos?, retoques que muy poca gente debe saber a qu¨¦ aspectos del tratado afectaron.
La flota, un regalo del Gobierno espa?ol
En la actualidad Espa?a posee una flota congeladora pr¨®xima a los seiscientos buques, la mitad de los cuales faenan en las aguas del norte de Africa.La pr¨¢ctica totalidad de esta flota se construy¨® a partir de 1961 con la ley anteriormente anunciada. Esta construcci¨®n se realiz¨® en su gran mayor¨ªa con ayudas estatales, cr¨¦ditos oficiales y todo tipo de apoyo gubernamental, ya que el r¨¦gimen estaba dispuesto a abandonar la pol¨ªtica de vivir de ?espaldas al mar?.
Los seiscientos buques congeladores que en la actualidad tiene la flota espa?ola, y que curiosamente est¨¢n en manos de los grandes armadores -Pescanova es la mayor empresa-, alcanzan un total de 260.000 toneladas de registro bruto (TRB). Los c¨¢lculos de los expertos indican que la construcci¨®n de una TRB de congelador alcanza un coste -datos de 1974- de 200.000 pesetas. Una simple operaci¨®n aritm¨¦tica indica que el costo total de nuestra flota congeladora alcanza los 52.000 millones de pesetas, que corri¨® a cargo mayormente del cr¨¦dito oficial -inter¨¦s bajo y plazo largo-, a pesar de lo cual los expertos calculan que los armadores no han devuelto todav¨ªa entre un 30-35 % a las arcas del Tesoro.
El Acuerdo de Cooperaci¨®n en Materia de Pesca Mar¨ªtima entre el Gobierno del reino de Espa?a y el Gobierno del reino de Marruecos prev¨¦ la progresiva marroquizaci¨®n de la flota espa?ola, lo que supone que en el plazo de cinco a?os la mitad de la flota que faena en ¨¦l banco sahariano deber¨¢ enarbolar pabell¨®n marroqu¨ª en el marco de las sociedades de capital mixto que el tratado contempla y que siempre ser¨¢n empresas marroqu¨ªes. Por supuesto, esta marroquizaci¨®n se realizar¨¢ con los cr¨¦ditos a la exportaci¨®n concedidos por Espa?a.
En un c¨¢lculo r¨¢pido y aproximado cabe resaltar que si en los pr¨®ximos cinco a?os 150 buques congeladores espa?oles deben pasar a manos marroqu¨ªes, esto supondr¨¢ que los armadores de estos 150 barcos se beneficiar¨¢n de los cr¨¦ditos a la exportaci¨®n que se otorgar¨¢n al efecto, lo que supone, seg¨²n los datos facilitados anteriormente y con una evaluaci¨®n actual de los buques que pueden marroquizarse, una cifra superior a los 9.000 millones de pesetas, que volver¨¢n a salir del Tesoro y que ser¨¢n embolsados por los armadores. En opini¨®n de expertos del sector, el negocio resulta brillante, ya que supone construir barcos con dinero oficial para venderlos posteriormente con iguales fondos estatales.
L¨®gicamente, empresas como Pescanova, Ojeda, Rocar, Lloret y Linares, Grimaldi, Mar o Consico, que cuentan con una parte importante de la flota congeladora espa?ola, podr¨ªan ser los grandes beneficiarios de la operaci¨®n, operaci¨®n de altura que el Gobierno, en opini¨®n incluso de miembros muy pr¨®ximos a ¨¦l, debe aclarar.
Por lo que respecta a la cuesti¨®n laboral, punto ¨¦ste que ha sido argumentado repetidas veces por los armadores para defender el acuerdo, es curioso que el mismo no alude en absoluto a este tema. Cuando se haya cumplido el plazo de los cinco a?os, y la mitad de la flota espa?ola dedicada a faenar en los caladeros saharianos se haya marroquizado, nadie velar¨¢ por los intereses de los trabajadores de estos buques o estas empresas. En su caso, el Gobierno de Marruecos, si as¨ª lo estima, puede desembarazarse de ellos o, de lo contrario, ¨¦stos estar¨¢n sujetos a una legislaci¨®n laboral extranjera, que en ning¨²n caso es plato de gusto para nadie.
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