Huelva, m¨¢s gases t¨®xicos que puestos de trabajo
A golpe de un argumento de dudosa validez ?sin industrias no hay contaminaci¨®n? los desarrollistas espa?oles han querido convencer a los onubenses de la inevitabilidad de respirar malos humos si quer¨ªan un puesto de trabajo. Un lustro despu¨¦s de la primera piedra del pol¨ªgono de desarrollo los habitantes de Huelva han visto c¨®mo emigraban 38.000 personas y c¨®mo se perd¨ªan, casi en el mismo per¨ªodo de tiempo, 17.000 puestos de trabajo a la vez que la provincia pasaba del lugar cuarenta al 42 entre las provincias espa?olas. Es evidente que no s¨®lo de gases t¨®xicos -aunque gocen del car¨¢cter de permitidos por la ley- vive el hombre. Jos¨¦ Aguilar ha preparado el siguiente informe.
El 6 de septiembre de 1977 la Comisi¨®n Interministerial del Medio Ambiente (CIMA), acord¨® por unanimidad ?recomendar la adopci¨®n de medidas necesarias para reducir los actuales ¨ªndices de contaminaci¨®n en Huelva, corregir sus errores de planeamiento y enfocar la ordenaci¨®n futura de la zona con una mayor preocupaci¨®n ambiental?. Dieciocho d¨ªas m¨¢s tarde aparec¨ªa en el Bolet¨ªn Oficial de la provincia un edicto del Ayuntamiento de Palos de la Frontera concediendo los diez d¨ªas que marca la ley para quienes desearan formular observaciones de etileno, benceno, metanol, cloro-sosa y otras sustancias qu¨ªmicas.La lectura de un extracto del expediente presentado por la Uni¨®n de Explosivos R¨ªotinto, empresa promotora de dicha industria, alerta sobre el drama que vive Huelva, cuyo desarrollo de los ¨²ltimos a?os ha consistido casi exclusivamente en el crecimiento incontrolado de una actividad industrial, la qu¨ªmica, que envenena su atm¨®sfera y sus aguas.
As¨ª, el apartado dispositivos de seguridad se?ala textualmente: ?Este apartado, por su importancia, merecer¨ªa un tratamiento especial y un cuidadoso estudio. El cloro obtenido en esta planta es un gas muy t¨®xico y la sosa es un agente peligroso. Por tanto, el dise?o de las instalaciories y los dispositivos de seguridad tendr¨¢n en cuenta estos factores.? A pesar de esta parquedad e inconcreci¨®n sobre la seguridad de la industria en cuesti¨®n el expediente est¨¢ sellado por el Ministerio de Planificaci¨®n y Desarrollo (abril de 1975).
No hay ni que decir que la instalaci¨®n de este tipo de industrias recibe un trato de favor por parte de la Administraci¨®n: preferencia en la obtenci¨®n del cr¨¦dito oficial, expropiaci¨®n forzosa, reducci¨®n del 95% de la cuota de licencia fiscal durante el per¨ªodo de puesta en marcha y un largo etc¨¦tera de privilegios. La justificaci¨®n oficial de este apoyo, paralelo a la falta de exigencia para que las empresas hagan inversiones contra la contaminaci¨®n, incluso se comenta en Huelva que ni siquiera tienen licencia municipal para construir, es simple: crean riqueza y puestos de trabajo en la provincia. El delegado de industria, Jos¨¦ Moya, comenzaba as¨ª su informe a la comisi¨®n creada por el Gobierno Civil para el estudio de la contaminaci¨®n del medio ambiente: ?Sin industrias no hay contaminaci¨®n. La contaminaci¨®n es un tributo que hay que pagar.?
Humos y poco m¨¢s: los beneficios emigran
La verdad es que el polo de desarrollo, a pesar del triunfalismo de las autoridades, no ha servido para dinamizar la vida econ¨®mica de esta provincia ni ha impedido la desertizaci¨®n de casi todos los municipios. En el decenio 1960-70 ha disminuido en 17.000 el n¨²mero de puestos de trabajo y han emigrado 38.000 personas. El polo no lo ha evitado, como tampoco impide que las rentas del capital salgan de Huelva para reinvertirse donde la casa matriz nacional o multinacional estime m¨¢s ventajoso. Un ¨²ltimo dato: entre 1964 y 1973 Huelva pas¨® de lugar cuarenta al 42 entre las provincias espa?olas, seg¨²n su renta familiar disponible.Dos de los profesionales onubenses m¨¢s preocupados por el problema, Jos¨¦ Ram¨®n Moreno, decano del colegio de arquitectos, y Manuel P¨¦rez, del de aparejadores, replicaron de esta forma al delegado de industria: ?En realidad la provincia en su conjunto ha estado totalmente abandonada durante estos ¨²ltimos a?os. Los datos de paro, disminuci¨®n de la poblaci¨®n activa, emigraci¨®n y escasa renta familiar disponible, son los resultados l¨®gicos de una pol¨ªtica econ¨®mica provincial desordenada y poco coherente, que atribuy¨® a un conjunto de industrias b¨¢sicas, de muy escaso efecto multiplicador, una funci¨®n que nunca podr¨ªan haber cumplido.?
Junto a esta falta de un aut¨¦ntico beneficio para los ciudadanos de Huelva se alzan los perjuicios innegables de una constante degradaci¨®n del medio ambiente, que afecta ya a la salud y la seguridad de una poblaci¨®n de 120.000 habitantes. Huelva es hoy un prototipo de zona deprimida, empleada abusivamente por el capital nacional y multinacional para instalar industrias que no son soportadas en otras zonas o lo son siempre que se tomen en¨¦rgicas medidas anticontaminantes.
Contaminaci¨®n "legal", pero peligrosa
Si bien la citada comisi¨®n de estudio lleg¨® a la conclusi¨®n de que la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica se mantiene dentro de los l¨ªmites legales, ?aunque en algunos casos puedan presentarse s¨ªntomas molestos?, lo cierto es que entre febrero de 1975 y el mismo mes de 1977 ha habido en la ciudad veintinueve d¨ªas de contaminaci¨®n grave, veinte de situaci¨®n no admisible, ocho de emergencia de primer grado y uno de emergencia total. En este ¨²ltimo caso los onubenses tuvieron la suerte de que la enorme nube de gas t¨®xico se canalizase a trav¨¦s del r¨ªo Tinto en vez de dirigirse hacia sus casas. Pero es que los datos controlados por la Jefatura Provincial de Sanidad se refieren s¨®lo a dos agentes contaminantes: anh¨ªdrido sulfuroso y part¨ªculas en suspensi¨®n (humos) y los l¨ªmites permitidos por la vigente legislaci¨®n espa?ola son incre¨ªblemente altos y no resisten comparaci¨®n con los de ning¨²n pa¨ªs civilizado.
Nube especial para 220 familias
El caso es que el paseo mar¨ªtimo de la Punta del Sebo, donde se encuentra la industria qu¨ªmica y petroqu¨ªmica, era la playa popular de Huelva y se ha convertido en un lugar de humos y aguas impuras. Dentro de ¨¦l est¨¢n los tres bloques de viviendas, con 220 familias en su interior, cuyo traslado se ha pedido reiteradamente por hallarse en una ?zona ¨ªntegramente industrial? donde los modest¨ªsimos l¨ªmites legales son vulnerados cada d¨ªa.Con respecto a la contaminaci¨®n de las aguas, la propia comisi¨®n estima que la situaci¨®n de la provincia es p¨¦sima a causa de los vertidos industriales, que contienen importantes residuos s¨®lidos, y de las aguas fecales, que en la capital se vierten sin depurar por once puntos distintos. La desembocadura de los r¨ªos Odiel y Tinto son ya aut¨¦nticas cloacas, y, si no se toman medidas urgentes, en pocos a?os se ver¨¢n afectadas las famosas playas de Punta Umbr¨ªa y Mazag¨®n.
Si a todo ello se a?aden el peligro que supone el transporte por carreteras muy pobladas de sus tancias tan peliglosas como el ¨¢cido sulf¨²rico, los olores nauseabundos de la celulosa instalada en San Juan del Puerto, el Proyecto de central nuclear y las plantaciones masivas de eucaliptus en el And¨¦valo, que est¨¢ trastocando la econom¨ªa de los pueblos serranos, basada en la industria del cerdo, se comprender¨¢ cu¨¢l puede ser el futuro inmediato de la provincia.
Plan de emergencia inoperante
La comisi¨®n para el estudio de la contaminaci¨®n del medio ambiente en Huelva acord¨® urgir a la Administraci¨®n para que se adopten un plan sistem¨¢tico de medidas de seguridad, regulando el transporte de sustancias t¨®xicas, inflamables o peligrosas e imponiendo rigurosas medidas de seguridad a las f¨¢bricas, evite en adelante la concentraci¨®n irracional y planifique las acciones a realizar en caso de cat¨¢strofe (el plan, de emergencia actual es inoperante, seg¨²n el delegado de Industria) y se ampl¨ªe el plazo de informaci¨®n p¨²blica de los proyectos de instalaciones industriales que ahora es de ocho d¨ªas.A medio y largo plazo las soluciones ir¨ªan encaminadas a suprimir la actual proliferaci¨®n de normas en materia de medio ambiente mediante la promulgaci¨®n de una ley globalizadora, tipificar adecuadamente en el C¨®digo Penal, el delito de contaminaci¨®n y crear un ¨®rgano estatal de defensa del medio ambiente en sustituci¨®n de las m¨²ltiples competencias administrativas que hoy existe. Y, en el fondo, cambiar el modelo de crecimiento econ¨®mico por uno m¨¢s atento a las necesidades colectivas.
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