Por una Administraci¨®n al servicio de toda la sociedad

Secretario general del Sindicato Unitario de la Administraci¨®n p¨²blicaAnte las elecciones sindicales observamos una nueva discriminaci¨®n de los trabajadores de la Administraci¨®n p¨²blica (TAP) respecto al resto de los trabajadores del pa¨ªs. Discriminaci¨®n que debe ser motivo de reflexi¨®n tanto por parte de los trabajadores que estamos encuadrados en este sector como por el resto de la sociedad, a cuyo servicio deber¨ªa estar encaminada la labor realizada por la Administraci¨®n p¨²blica.

Un somero an¨¢lisis de la situaci¨®n actual de la Administraci¨®n p¨²blica nos proporciona razones suficientes por las cuales la burocratizaci¨®n de ¨¦sta va en aumento, beneficiando de esta forma a un peque?o sector de nuestra sociedad, aquel m¨¢s cercano a los ¨®rganos de poder de la misma y potenciando as¨ª el poder econ¨®mico y pol¨ªtico de quienes est¨¢n representados hoy por las corrientes ideol¨®gicas m¨¢s ligadas al anterior r¨¦gimen totalitario (UCD y AP).

Para alcanzar el objetivo democr¨¢tico de una Administraci¨®n al servicio de toda la sociedad tienen que realizarse aut¨¦nticas transformaciones de fondo que acaben con la corrupci¨®n y privilegios hoy existentes.

Los primeros pasos para llegar a esta nueva Administraci¨®n deben estar encaminados a resolver los problemas internos de la misma: existencia de contratos y subcontratos que mantienen en situaci¨®n irregular a miles de trabajadores, marginamiento de los derechos inherentes a todo trabajador, de sectores como el personal civil al servicio de la Administraci¨®n militar, guardas forestales, etc¨¦tera, mantenimiento de sueldos de miseria y jubilaciones irrisorias junto a salarios de aut¨¦ntico esc¨¢ndalo, restricciones a la libertad de acci¨®n sindical hoy sujeta a la arbitrariedad del oficial o jefe de personal de turno... Simult¨¢neamente es necesaria la apertura de la Administraci¨®n a la sociedad, poni¨¦ndola en contacto con las asociaciones de vecinos, agricultores, ganaderos, consumidores..., que junto con los TAP han de controlar todas y cada una de sus actuaciones.

Para el Sindicato Unitario, las elecciones sindicales deben ser el marco adecuado para empezar a efectuar los cambios previos a esta profunda transformaci¨®n de la Administraci¨®n, pero para ello han de realizarse en un ambiente de libertad, hoy inexistente.

En este sentido es necesario que:

- La normativa electoral sea conocida por los TAP antes de ser aprobada por decreto, exigencia que debe aplicarse a cualquier otro decreto que nos concierna, como es el caso del de retribuciones, estatuto, etc¨¦tera.

- No se deniegue la celebraci¨®n de asambleas donde se discutan todas las opciones existentes en el seno de la Administraci¨®n, facilitando medios de propaganda, libertad de movimientos, acceso a informaci¨®n, etc¨¦tera.

- Los representantes sean elegidos directamente por los trabajadores, siendo inaceptable cualquier injerencia en este sentido.

- Los TAP tengan los mismos derechos y obligaciones que el resto de los trabajadores, incluidos los derechos de negociaci¨®n colectiva y huelga.

- No se produzcan nuevas divisiones del personal, tales como separaci¨®n a la hora de votar de funcionarios, contratados y subcontratados, personal laboral, etc¨¦tera, as¨ª como de algunos sectores ?conflictivos? (PNN, Justicia...).

El Sindicato Unitario luchar¨¢ para que todas las centrales sindicales democr¨¢ticas, junto con trabajadores no afiliados, vayamos juntos en una misma candidatura a las elecciones sindicales. Las elecciones sindicales no se convertir¨ªan as¨ª en una batalla entre sindicatos por conquistar la hegemon¨ªa. Batalla que indudablemente s¨®lo favorecer¨¢ a los sindicatos llamados ?independientes?, ?apol¨ªticos? o ?profesionales?, tras de los cuales se oculta la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico.

S¨®lo una unidad de las centrales sindicales democr¨¢ticas alrededor de puntos comunes que hoy, pese a nuestras diferencias, existen en el ¨¢mbito de la Administraci¨®n, garantizar¨¢ la formaci¨®n de unos organismos unitarios capaces de asumir consecuentemente la defensa de los intereses de los trabajadores de la Administraci¨®n p¨²blica.