El petr¨®leo cubre de nuevo las costas bretonas

Una capa de petr¨®leo de sesenta kil¨®metros de longitud por siete de ancho ba?a la costa de la Breta?a francesa. Desde los acantilados, los lugare?os contemplan el desastre. A dos kil¨®metros de los acantilados, el petrolero liberiano Amaco- C¨¢diz vierte sin cesar su carga de 233.000 toneladas de crudo.Hace exactamente once a?os, el 18 de marzo de 1967, romp¨ªa delante de estas mismas costas el Torrey Canyon, vertiendo 30.000 toneladas de petr¨®leo. Entonces se les dijo a los pescadores, hosteleros, turistas y afectados en general, que estaban ante el mayor desastre de la historia del transporte petrol¨ªfero. Ahora se les repite lo mismo.

M¨¢s de 200.000 toneladas de petr¨®leo han salido ya de los tanques del petrolero, originando una de las mareas negras m¨¢s impresionante de la historia. Un petr¨®leo l¨ªquido que se filtra por todos los sitios, por cada grieta, dejando rocas y playas de color negro.

Once a?os despu¨¦s del primer accidente importante, el del Torrey Canyon, el hombre sigue impotente ante las mareas negras, comprobando la inexistencia de cualquier medio mec¨¢nico o qu¨ªmico v¨¢lido para luchar eficazmente contra ellas.

El empleo de detergentes para la dispersi¨®n de las manchas de hidrocarburos sobre el mar puede ser eficaz relativamente, ya que a la larga provoca da?os superiores a los del petr¨®leo mismo. El detergente vertido sobre las mareas negras para evitar que el petr¨®leo llegue a las costas y perjudique al turismo y a los mariscadores, arrasa la flora bacteriana, alimentaci¨®n base de los peces, con lo que los que se sentir¨¢n afectados ser¨¢n los pescadores.

Los primeros s¨ªntomas que se apreciaron en la r¨ªa de La Coru?a, a ra¨ªz del accidente del Urquiola, en junio de 1976, fueron en las poblaciones de p¨¢jaros. La imagen del ave marina impregnada de petr¨®leo ha pasado a ser s¨ªmbolo de la marea negra. Sin embargo, es la aplicaci¨®n masiva de detergente lo que origina el verdadero desastre. Las 1.500 toneladas de dispersante vertido sobre el petr¨®leo flotante en el mar gallego atac¨®, al ser transportado por el viento, al plumaje de las aves, eliminando su impermeabilidad al agua y provocando su muerte al impedirles volar.

Para los peces la acci¨®n perniciosa puede durar varios meses. Muchos peces carn¨ªvoros detectan sus presas a trav¨¦s del olfato, y otros escapan de sus depredadores tambi¨¦n por el olfato. Los peces migradores siguen sus caminos rastreando una masa de agua determinada.

La presencia de productos petrol¨ªferos y sus componentes arom¨¢ticos asociados, enmascara estos olores, provocando el caos entre los peces.

A¨²n no tenemos datos concretos de los efectos que sobre los fondos marinos causa el petr¨®leo, cuando se precipita para limpiar la superficie. Esta t¨¦cnica consiste en esparcir sobre el crudo s¨®lidos en polvo, muy absorbentes, de manera que al aglomerarse con el petr¨®leo caen al fondo marino. En realidad no hay una desaparici¨®n de la contaminaci¨®n, sino que se produce un simple desplazamiento. Los fondos marinos, pobres en ox¨ªgeno, tardan mucho m¨¢s en degradar el petr¨®leo que si hubieran permanecido en superficie.

Los oc¨¦anos pueden morir

?La vida de nuestro planeta est¨¢ llegando a su fin, sobre todo a causa de las mareas negras?, determinaron hace unos meses los ordenadores de la Universidad de Lieja (B¨¦lgica).Un especialista en ecolog¨ªa biomarina, el profesor Daniel Dubouis, introdujo e n los cerebros electr¨®nicos una serie de datos extra¨ªdos de estudios realizados sobre diversas cat¨¢strofes marinas, especialmente la provocada por la plataforma Bravo, en el mar del Norte. El resultado fue esta alarmante advertencia.

Otras fuentes consideran que a¨²n falta mucho para que la contaminaci¨®n pueda afectar seriamente a los 1.375 millones de kil¨®metros c¨²bicos de agua que continen los oc¨¦anos.

Pero las 100.000 toneladas de crudo vertidas por el Urquiola o el Amoco-C¨¢diz son cifras m¨ªnimas contra los seis millones de toneladas de petr¨®leo que anualmente se vierten por una u otra causa en to dos los mares del mundo.

Muchos barcos petroleros limpian sus dep¨®sitos, una vez vac¨ªos, en alta mar, vertiendo alrededor del 1 % de su carga ¨²til. En total se vierten anualmente m¨¢s de un mill¨®n de toneladas de petr¨®leo bajo este concepto. Unas 250.000 toneladas se pierden durante la puesta a punto de los barcos en cala seca. Medio mill¨®n de toneladas es vertido al mar por barcos no petroleros al lavar sus dep¨®sitos y sus motores. Doscientas mil toneladas se calculan por accidentes tipo el del Amoco-C¨¢diz y 100.000 toneladas son fruto de accidentes de barcos no transportadores de petr¨®leo

Los cuatro millones de toneladas restantes son aportados por los r¨ªos, contaminados a su vez por las industrias, con m¨¢s de mill¨®n y medio de toneladas. Seiscientas mil son fruto de fugas naturales de yacimientos submarinos; 300.000 de vertidos industriales, y otras tantas de vertidos de las refiner¨ªas costeras. Los desechos urbanos y las precipitaciones atmosf¨¦ricas aportan 300.000 toneladas, respectivamente.

Para el mar, el vertido continuo de elementos contaminantes es mucho m¨¢s perjudicial en el tiempo que una marea negra moment¨¢nea.

Los oc¨¦anos est¨¢n enfermos, pero no s¨®lo a causa de los aproximadamente 250 accidentes de petroleros ocurridos en el mundo en los ¨²ltimos diez a?os. Ni siquiera por los seis millones de hidrocarburos que a?o tras a?o se vierten al mar.

Otras contaminaciones

A los pocos d¨ªas del accidente del Urquiola en La Coru?a, un ocean¨®grafo, de la Agencia de Protecci¨®n Ambiental norteamericana, John Dyer, declaraba que en dos zonas del Atl¨¢ntico y el Pac¨ªfico utilizadas como basurero de residuos at¨®micos, desde 1946 a 1970, se desprend¨ªa radiactividad.Otro tipo de contaminaci¨®n, causa de grandes alteraciones de las poblaciones marinas, es la producida por el cobre y el mercurio. Seg¨²n recientes investigaciones, estos productos reducen el tama?o de los fitoplancton, lo que se traduce en un descenso sustancial en las poblaciones de los bancos de pesca. En el mar del Norte, gracias a la abundante contaminaci¨®n industrial, el tama?o de los organismos ha bajado desde la d¨¦cada de los sesenta, registr¨¢ndose un sorprendente aumento de medusas.

Las mareas negras originadas por los accidentes de petrol¨ªferos son indudablemente el tipo de contaminaci¨®n marina m¨¢s espectacular. Al inundar las costas de petr¨®leo afectan adem¨¢s de a los pescadores y a la vida marina, al turisrno y al sector de hosteler¨ªa, haciendo m¨¢s visible lo que normalmente pasa inadvertido y lentamente.

El oc¨¦ano ha demostrado ya que no es una reserva inagotable de recursos y prote¨ªnas y simult¨¢neamente ha pasado a ser nuestra gran esperanza para la supervivencia de la humanidad. El concepto del mar como vertedero sin due?o es denunciado continuamente por cient¨ªficos y ecologistas. Diversos pa¨ªses han tomado medidas para defender sus costas de la contaminaci¨®n, pero las naciones poseedoras de importantes flotas se resisten a la instauraci¨®n de normas fijas para todas las costas.