Fue el inventor de El Cordob¨¦s.
Llevaba tiempo dando bandanzos; la salud y el bolsillo se le pusieron en contra. Rafael S¨¢nchez El Pipo, cuya biograf¨ªa es una aventura, gran parte de la cual recoge en unas memorias que ser¨¢n explosivas si alg¨²n d¨ªa las publica, ha sido intervenido quir¨²rgicamente, en C¨®rdoba, y convalece en la cl¨ªnica, como se ve, en la compa?¨ªa de un libro sobre Franco. Pero, de toda la aventura de El Pipo, su.genialidad m¨¢xima fue el invento de El Cordob¨¦s. Con una dedicaci¨®n y una fantas¨ªa propias de los elegidos, model¨® con tanto acierto creador su personaje que ¨¦ste le ha trascendido y lleg¨® a oscurecerle. Como Maigret con Simenon, Holmes con Conan Doyle, Don Quijote con Cervantes, la legendaria figura de El Cordob¨¦s pudo m¨¢s que la personalidad de El Pipo. Y tiene luz propia, que para nada necesita ya de quien la invent¨®, para mantenerla viva.
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