Contamos contigo
El deporte de la pesca como alienaci¨®n sirve a Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez para descubrirnos males mayores. Los males se refieren, sobre todo, a nuestro pa¨ªs, a este momento, a personajes, instituciones y actitudes que cada d¨ªa nos rodean y a trav¨¦s de las cuales nos reconocemos. Su tono de farsa corrosiva hace a¨²n m¨¢s fuerte tal acusaci¨®n; su falta de solemnidad transforma su sentido, volvi¨¦ndola m¨¢s ¨¢gil, m¨¢s al alcance de los espectadores, de aquellos espa?oles que a un lado u otro de esa reja que rodea el chalet donde tiene lugar el banquete pueden reconocerse en el campo de los privilegiados o en el amplio sector del descontento.
Humor real
Las truchas
Gui¨®n: Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n y Luis Megino Grande. Fotograf¨ªa: Magy Torruella. M¨²sica: V¨ªctor Manuel. Director: Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez. Int¨¦rpretes: H¨¦ctor Alterio, Juan Amigo, Mary Carrillo, Luis Ciges, Juan Estelrich, Mar¨ªa Elena Flores, Roberto Font, Ver¨®nica Forqu¨¦, Antonio Gamero, Paloma Hurtado, Montserrat Juli¨®, etc¨¦tera. Espa?a, 1978. Humor. Local de estreno: Palace y Apolo.
Galer¨ªa de retratos grotescos, por una parte, colecci¨®n de an¨¦cdotas feroces, agrias o divertidas simplemente, la dificultad de estas truchas corruptas estribaba, al igual que en la ficci¨®n, en la capacidad de cocinarlas sin salir de un espacio reducido, con un reparto multitudinario en el que se mezclan rostros nuevos con viejos conocidos.El primer escollo se ha salvado en parte, pues si bien la acci¨®n a veces decae por demasiado prolongada, el filme recupera pronto su ritmo medido, compuesto de entregas y pausas. Lo que en un principio se inicia con humor real, a medida que la pel¨ªcula avanza, va tomando caminos de farsa grotesca, rozando el esperpento en sus ¨²ltimos momentos cara a la peque?a tragedia. La historia de los ni?os y Roberto Font como oasis de pureza y fantas¨ªa en contraste con los c¨ªrculos absurdos en que la fiesta gira dentro del gran sal¨®n, no convence demasiado. S¨ª, en cambio, el estupendo mundo subterr¨¢neo de las cocinas y su fauna vital entregada a las delicias de la huelga, con su final felliniano que hace entender muy bien la moraleja de la historia, de igual modo que los personajes en torno al presidente de la pe?a, al ministro y su mujer o las se?oritas del conjunto musical, friso disparatado, deformado, mantenido en pie por un conjunto de intereses, temores y prejuicios.
C¨®mo tales prejuicios se van desatando, c¨®mo el inter¨¦s de grupo o clase los mantiene unidos en un mal trance para que todo contin¨²e, c¨®mo se olvidan reconres afrontando riesgos cada vez mayores para salvar el clan, est¨¢ bien explicado, muy bien dosificado y, salvo en algunos momentos, mantenido a buen ritmo.
Obra original
Se ha intentado buscar precedentes a este banquete necr¨®fago, se ha hablado de La grande bouffe o El ¨¢ngel exterminador. Esto es superficial, tanto como intentar saber si estas truchas est¨¢n bue-nas o no antes de haber analizado sus v¨ªsceras pol¨ªticas. No es cuesti¨®n de dialogar ahora sobre primac¨ªas m¨¢s o menos cronol¨®gicas, tan s¨®lo de explicar que se trata de una obra original, meditada, divertida y a la vez rigurosa en la que, a trav¨¦s de un humor, bien espa?ol por cierto, se nos da en forma de par¨¢bola una visi¨®n de nuestro momento actual, sin, que la risa estorbe al pensamiento. Todo ello ha sido realizado a nivel de producci¨®n con una fe que salta a la vista, fe en un cine nuevo y distinto, por un equipo de actores numeroso en el que no cabe distinguir nombres y a las ¨®rdenes de un realizador que se ha hecho al fin merecedor de ese slogan famoso con el que un d¨ªa se quiso promocionar todo deporte, el de pesca incluido.
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