"Las divinas"
Mae West, Edith Piaf, Carmen Miranda y Raquel Meller son cuatro nombres retumbantes en el mundo del espect¨¢culo. Es un acierto recordar a estas ?madres de Kennedy?, antecedentes casi inmediatos de nuestra ¨¦poca. Su memoria ha sido tratada por Olano con nostalgia, capacidad de iron¨ªa, sencillez y afecto. Los toques deformadores carecen de crueldad. La evocaci¨®n es limitada, pero toca el drama y se zambulle en la farsa sonriente. Juan Pardo, el compositor, alterna la ilustraci¨®n mel¨®dica con la brillante actualizaci¨®n. Perla Cristal hizo so?ar; Florinda Chico hizo re¨ªr; Natalia Silva hizo sentir; Luz Casal hizo pensar. Bastante. Sumemos una direcci¨®n meticulosa de Goyo Montero, unas encantadoras ilustraciones de Mingote y una coreograf¨ªa moderna.Andamos torpes en este g¨¦nero. Entre el paralizante desnudo que suele impedir, l¨®gicamente, posibilidades interpretativas o la ruindad de las humoradas de recibo tradicional Las divinas se abren paso con una nueva y decorosa oferta: el espect¨¢culo musical en su ligero, poco pretencioso, pero bastante grato esplendor.
Si se les pidieran cuentas...
Se registra, a efectos de contabilidad teatral, este estreno del Maravillas, sin el menor entusiasmo. Bajo el pseud¨®nimo de Sardon y Villacis alguien ha escrito Lo m¨ªo es de nacimiento. Como era de esperar lo suyo es la homosexualidad oprimida y el ansia liberatoria que consiste, muy modestamente, en quererse ir a travestir a Barcelona. Ligereza y desenfado en el tema, voluntariedad de tacos en el di¨¢logo, oportunidad a todos los int¨¦rpretes para hacer alg¨²n solo reidero: el n¨²mero teatral de Emilio Laguna, la parodia escobariana de Margarita Calahorra o la historieta de la frustraci¨®n sexual de Pilar Bardem. Los actores, ya se sabe desde hace siglos, tienen que comer. Supongo que eso es lo que responder¨ªan si se les pidiese cuentas de Lo m¨ªo es de nacimiento.
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