Pinochet encarga a un civil la formaci¨®n de nuevo Gobierno
Los falsos rumores sobre un supuesto atentado mortal contra Augusto Pinochet, que apenas han trascendido a la opini¨®n p¨²blica chilena, no han empa?ado, la sorpresa producida por la s¨²bita decisi¨®n del presidente chileno de remodelar su Gabinete ministerial. Las ¨²ltimas horas han estado marcadas por las especulaciones sobre el origen de la crisis y las expectativas que abre el cambio de Gobierno.
El anuncio de la dimisi¨®n del antiguo Gobierno, formado casi exclusivamente por militares, fue hecho a mediod¨ªa del mi¨¦rcoles por el secretario general de la Presidencia, general Ren¨¦ Vidal. El funcionario explic¨® que los ministros hab¨ªan decidido ?dejar en libertad de acci¨®n al jefe de Estado para el desarrollo de estos pasos de tanta trascendencia pol¨ªtica?. Los ?pasos trascendentes? son el proyecto institucional anunciado por Pinochet el pasado d¨ªa 5.Hoy mismo se despejar¨¢n las dudas sobre el n¨²mero de civiles que integrar¨¢ el nuevo Gobierno, de acuerdo con los deseos de Piriochet. El encargado de formar gabinete es el ministro del Interior, cargo ocupado hasta anteayer por el general Ra¨²l Benavides, ahora nuevo ministro de Defensa. Un civil, Sergio Fern¨¢ndez, hasta ahora controlador general de la Rep¨²blica, (cargo que equivaldr¨ªa en Europa al presidente del Tribunal de Garant¨ªas Constitucionales), ha pasado a ocupar la vacante del general Benavides. Fern¨¢ndez hab¨ªa sido ministro de Trabajo, pero fue nombrado controlador a primeros del pasado mes de enero, cuando Pinochet destituy¨® al anterior, H¨¦ctor Humeres, quien hab¨ªa declarado inconstitucional la convocatoria del refer¨¦ndum del 4 de enero.
Leigh y Merino, relegados
La opini¨®n de los observadores es un¨¢nime al considerar que no se esperaba una tan r¨¢pida actuaci¨®n de Pinochet. Est¨¢ claro que el presidente de la Junta chilena se ha convencido de la irrefrenable evoluci¨®n del pa¨ªs y quiere adelantarse a los acontecimientos para no verse desenganchado del carro del poder. Si no hay m¨¢s remedio que evolucionar el general quiere ser protagonista.
Desde el refer¨¦ndum de enero, Augusto Pinochet se ha crecido y act¨²a como un presidente absolutista. El dictador chileno interpreta el resultado favorable del plebiscito como un respaldo personal de su gesti¨®n y eso le ha llevado a tomar directamente las riendas del poder, relegando a un segundo plano a la Junta Militar. Fuentes muy bien informadas indican que aqu¨¦lla tan s¨®lo se re¨²ne una vez cada 45 d¨ªas y que Pinochet ni siquiera informa a sus compa?eros de Junta, el general Leigh y el almirante Merino, de sus decisiones.
Es muy posible que Pinochet haya querido adelantarse a una posible renuncia de estos dos oficiales, convertidos en simples espectadores de una situaci¨®n que contribuyeron a crear.
De lo que no cabe ninguna duda es de que Pinochet est¨¢ yendo mucho m¨¢s aprisa de lo que ¨¦l mismo desear¨ªa. En su discurso del 5 de abril, dio, a prop¨®sito, la impresi¨®n de que los plazos del proceso institucional ser¨ªan muy largos.
La crisis gubernamental coincide con el anuncio de lo que han de ser las l¨ªneas maestras de la nueva Constituci¨®n chilena, cuyo proyecto ser¨¢ sometido a plebiscito probablemente a finales de a?o. La nueva Constituci¨®n, que sustituye a la de 1925, establece un r¨¦gimen presidencialista fuerte, cuyo titular ser¨¢ elegido por sufragio universal para un per¨ªodo improrrogable de ocho a?os.
Seg¨²n el texto legal, el presidente podr¨¢ gobernar sin interferencias del Parlamento bicameral, cuyos integrantes ser¨¢n, igualmente, elegidos. Habr¨¢ un estatuto especial para los partidos pol¨ªticos, que restringir¨¢ su actividad. Los grupos izquierdistas o marxistas est¨¢n, de antemano, proscritos.
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