Parlamentarios canarios de UCD quieren impugnar la Junta

Un triste y lamentable espect¨¢culo tuvo lugar ayer en las ca?adas del Teide, en el acto de constituci¨®n de la Junta de Canarias, m¨¢ximo organismo de la preautonom¨ªa canaria. Las tensiones internas de la UCD canaria se agudizaron de tal forma durante los debates previos a la elecci¨®n que provoc¨® la retirada de todos los miembros del sector socialdem¨®crata, que suman un total de nueve parlamentarios, de los dieciocho que cuenta UCD en el archipi¨¦lago canario.

Al final de la sesi¨®n se eligi¨® a Alfonso Soriano, tinerfe?o del grupo liberal-conservador, como presidente, y a Jer¨®nimo Saavedra, socialista grancanario, como vicepresidente. Pero de todas formas, todos los c¨ªrculos pol¨ªticos opinan que esta Junta va a durar muy poco tiempo, porque va a ser impugnada por el grupo que la abandon¨®, argumentando que se han cometido irregularidades en la elecci¨®n por defectos de procedimientos.El desenlace de la reuni¨®n de ayer ha ca¨ªdo como un jarro de agua fr¨ªa en todos los medios pol¨ªticos de Canarias, que no llegan a comprender c¨®mo los miembros de la UCD no han logrado superar viejas y decimon¨®nicas rencillas interprovinciales, aunque no cabe duda de que esto fue una pantalla de la verdadera lucha entre conservadores y socialdem¨®cratas en el seno de UCD. Asimismo, se coment¨® la postura del PSOE, cuyo planteamiento fue el de mero espectador que observaba c¨®mo los parlamentarios centristas se tiraban los trastos a la cabeza, azuzando la pugna y pactando unas veces con unos y otras con otros. Al fin y al cabo hizo su pol¨ªtica: la de lograr sacar a la luz p¨²blica las contradicciones internas de un partido que nunca ha sido homog¨¦neo en Canarias.

Para muchos observadores la cuesti¨®n se ve¨ªa venir. Las tensiones entre el sector conservador-liberal, por un lado, y el socialdem¨®crata, por otro, fueron aumentando en los ¨²ltimos d¨ªas, y ayer, durante la reuni¨®n, quedaron establecidas en dos fuerzas claramente antag¨®nicas para regocijo y satisfacci¨®n de los dem¨¢s partidos, que ve¨ªan as¨ª disminuir considerablemente la potencia del partido mayoritario en las islas. Desde que el diputado Alfonso Soriano consigui¨® que su candidatura fuese presentada como ?candidatura provincial? de Santa Cruz de Tenerife, las posturas dentro de la UCD se hicieron irreconciliables.

De esta manera, la pugna entre los dos sectores se convert¨ªa en el viejo enfrentamiento interprovincial, resucitando la vieja pol¨¦mica del pleito regional canario. Los que apoyaban al candidato socialdem¨®crata Fernando Bergasa, diputado por Las Palmas, y apoyado tambi¨¦n por los sectores m¨¢s progresistas de Tenerife, se vieron sorprendidos por el cariz que tomaba lo que debi¨® ser una simple cuesti¨®n interna de partido. Sin embargo, Bergasa fue tachado de ?candidato oficialista? durante una campa?a dirigida por el propio Alfonso Soriano, en un peri¨®dico propiedad de conocidos miembros de Alianza Popular, en Tenerife, cuando en realidad Fernando Bergasa cuenta con un prestigioso pasado como pol¨ªtico dem¨®crata y autonomista.

Sin embargo, se produjo una novedad de ¨²ltima hora: la decisi¨®n de la UCD de Las Palmas de presentar un candidato regional en la persona del senador por Lanzarote, Rafael Stinga, como soluci¨®n intermedia. Pero tampoco hubo acuerdo porque Alfonso Soriano, apoyado por los conservadores grancanarios -que encabeza el senador Diego Cambreleng-, decidi¨® presentar su candidatura, jugando as¨ª lacarta m¨¢s dura.

Una vez comenzada la reuni¨®n, los criterios antag¨®nicos se hicieron visibles. Por un lado, el sector conservador quer¨ªa que se aplicara ¨²nicamente la letra del decreto-ley sobre la preautonom¨ªa de Canarias, dejando la designaci¨®n de los cargos para decisi¨®n del total de los miembros de la asamblea; por otro, los socialdem¨®cratas quer¨ªan que se respetasen los pactos previamente contra¨ªdos entre los distintos partidos. Este tema se debati¨® ampliamente hasta que Galv¨¢n Bello -que presid¨ªa la constituci¨®n de la Junta por ser el senador con m¨¢s edad- someti¨® el tema a votaci¨®n, con la protesta de algunos miembros, triunfando la tesis de que fuese la asamblea quien designase a los que hab¨ªan de componer la Junta. Esta decisi¨®n supon¨ªa pr¨¢cticamente la ruptura entre los dos sectores de la UCD, decidiendo retirarse el grupo socialdem¨®crata y consignando en acta su rechazo de la decisi¨®n adoptada. Posteriormente se procedi¨® a la votaci¨®n de la Junta.

Los nueve parlamentarios que abandonaron piensan impugnar, seg¨²n fuentes bien informadas, la constituci¨®n de la misma por defectos de procedimientos.