El caso es seguir
La selecci¨®n espa?ola juega esta noche su segundo y pen¨²ltimo partido de preparaci¨®n cara al Mundial de Argentina. El ¨²ltimo ser¨¢ ya en Montevideo, frente a Uruguay, el pr¨®ximo 24 de mayo; es decir, dentro de un mes. La media de partidos y de atenci¨®n al equipo nacional viene a ser as¨ª de triste. El enemigo de esta vez, M¨¦xico, al menos tiene algo m¨¢s de entidad, pero aunque fuese Brasil o la RFA, pese a su baja forma, el problema ya ni es de pocos partidos. El verdadero desastre para Kubala -y en el que no tiene ninguna culpa- es que el f¨²tbol espa?ol s¨®lo se dedica a sus clubs y hasta que no se ha exprimido todo el jugo de sus competiciones, nadie piensa en la selecci¨®n. El que un Mundial est¨¦ a la vuelta de la esquina no importa lo m¨¢s m¨ªnimo.Si Brasil no gana el Campeonato de Argentina, Claudio Coutinho, su m¨¢ximo responsable t¨¦cnico, deber¨¢ rendir cuentas con todas las de la ley. Por algo el despliegue de ayudantes que han exhibido los brasile?os a su paso por Madrid, su dedicaci¨®n, ha dado entre envidia y miedo. Y si mir¨¢ramos el resto de selecciones, aun sin llegar a tales extremos de perfecci¨®n, nos encontrar¨ªamos m¨¢s o menos con lo mismo. M¨¦xico, sin ir m¨¢s lejos, jugar¨¢ catorce partidos de preparaci¨®n.
En Espa?a, mientras tanto, primero ha preocupado el t¨ªtulo de Liga y las competiciones europeas, y ahora las inefables ?primas a terceros? para evitar el descenso. Por todo ello, incluyendo a los lesionados l¨®gicos de tanto compromiso, a Kubala s¨®lo se le podr¨¢n exigir responsabilidades muy relativas. La m¨¢s importante, hora es ya decirlo, prestarse a seguir en un puesto donde el trabajo es recoger las migajas -lesionadas o no- de los clubs. Ya en acci¨®n, ¨²nicamente los planteamientos de partidos o la elecci¨®n de hombres, siempre discutible y discutida.
De cualquier forma, tampoco es de extra?ar todo el sistema. El f¨²tbol es el ejemplo m¨¢s excelso de un deporte espa?ol ego¨ªsta e improvisador. Kubala seguir¨¢ porque le interesa, aunque ronde el rid¨ªculo. Como la organizaci¨®n de la Vuelta Ciclista a Espa?a, que tambi¨¦n sigue con un lamentable rosario de mediocridades en liza, por poner s¨®lo este ejemplo. El caso es seguir.
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