Guerra por el control de los terrenos en el club "Las Encinas", en Boadilla
El Club Las Encinas naci¨® hace siete a?os como uno de tantos clubs sociales en los alrededores de Madrid, en los que, a cambio de la compra de una acci¨®n de la sociedad an¨®nima promotora, se ofrec¨ªa al potencial comprador la posibilidad de utilizar unas instalaciones deportivas concebidas para que fueran disfrutadas por toda la familia. Cinco a?os despu¨¦s, comenz¨® un proceso para que los socios del club pudieran acceder a la propiedad de los terrenos. La f¨®rmula para ello va a ser discutida hoy en una asamblea general. Mientras tanto se ha desatado una guerra interna entre los propios socios por ver c¨®mo se ha de lograr esa propiedad.
Esta tarde, a las cuatro y media, socios del Club Las Encinas de Boadilla del Monte celebran una asamblea general. El objeto de esta asamblea es, aparte del orden del l¨ªa que tiene en principio marcado, el que el conjunto de todos los socios ratifiquen las actuaciones seguidas por la actual junta directiva del club para conseguir la propiedad de los terrenos sobre los que se asienta el mismo y que, hasta hace poco, segu¨ªan en manos de la sociedad que promovi¨® el club, como un negocio lucrativo, all¨¢ por el a?o 1971.Sin embargo, la operaci¨®n financiera que se ha montado con este fin por la actual junta directiva es, para otra parte de los socios, un enga?o para ellos y temen que el fin ¨²ltimo sea el que un peque?o grupo de personas monopolice los terrenos para convertirlos en un club de lujo o, incluso, que podr¨ªa tratarse de una gran operaci¨®n inmobiliaria que convertir¨ªa los terrenos que hoy ocupa el club en una gran urbanizaci¨®n.
En el a?o 1971, se crean dos sociedades an¨®nimas -la Propietaria y la Administradora del Club-, que tienen como objeto la compra de los terrenos necesarios para la construcci¨®n de las instalaciones deportivas, la primera, y la gesti¨®n del club, la segunda. Paralelamente se forma la Asociaci¨®n de los Socios, dirigida, en principio, por la Propietaria.
Todo funciona bien, aparentemente, hasta el mes de febrero de 1976. En esa fecha se celebra una asamblea del club en la cual los socios piden saber el estado econ¨®mico de las cuentas que se derivan de la administraci¨®n del dinero que le es entregado mensualmente en forma de cuota de mantenimiento. Esas cuentas no son presentadas en forma inmediata y la junta directiva queda emplazada para presentarlas en una nueva asamblea, en tanto que, paralelamente, recibe el mandato de pedir a los promotores una oferta de compra de las acciones que quedaban por vender y que, en ese momento, se calculan en unas 4.000.
En el mes de mayo del mismo a?o, la junta directiva presenta a la asamblea el resultado de sus gestiones ante los promotores; ¨¦stos ofrecen la venta de las acciones a raz¨®n de 95.000 pesetas cada una, lo que supone un desembolso para los socios existentes de 380 millones de pesetas. En esta misma asamblea, el entonces presidente de la junta directiva informa que el d¨¦ficit que tiene el club es de unos 61 millones de pesetas.
Pero esta asamblea dice que no a esa posibilidad y da el mandato de que se negocie otra f¨®rmula. La junta dimite y se espera hasta el mes de octubre de 1976, en que es elegida la actual junta.
Esta nueva junta directiva decide fiscalizar la actuaci¨®n de la Propietaria y de la Administradora del Club. De esta auditor¨ªa se desprende que las acciones que quedaban por vender no eran 4.000, sino del orden de las 5.500. La posible venta de esas 1.500 acciones de diferencia pueden servir para amortizar el d¨¦ficit real que se descubre, del orden de los 205 millones de pesetas.
El 22 de julio del a?o pasado se firma un contrato entre la junta directiva y los promotores, de acuerdo con el cual las acciones sin vender se transfieren al club a cambio de que ¨¦ste asuma el pasivo de ¨¦stos y los libere de cualquir responsabilidad.
No todos de acuerdo
Sin embargo, para una buena parte de los socios, esta operaci¨®n financiera para acceder junto con las acciones a la propiedad de los terrenos, pieza b¨¢sica del tema, puede dejar en manos de la actual junta todo el patrimonio del club, de forma tal, que puede hacer de ¨¦l lo que quiera.Adem¨¢s, seg¨²n esa parte de socios disidentes, la oferta que hab¨ªa logrado de los promotores la anterior junta era mucho mejor, ya que liberaba a los socios de la responsabilidad de enjugar el d¨¦ficit dejado por los promotores.
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