La directiva del Madrid, dividida en tres frentes
La directiva del Real Madrid est¨¢ dividida sobre un tema que no se ha planteado por el momento y que no es m¨¢s que un futurible: la sucesi¨®n de Bernab¨¦u. Pese a que el presidente no ha dimitido ni piensa en tal eventualidad, ha bastado un rumor para que entre bastidores se haya especulado con lo que puede ser el planteamiento electoral. La lucha ante las urnas barcelonistas ha ayudado al estudio del tema. Pero hay que decir que la sucesi¨®n de Bernaheu ser¨¢, en su d¨ªa, muy diferente a la de Montal. En la Casa Blanca no se est¨¢ por la ruptura. Las posibilidades que se plantean son, por el momento, continuistas.
La actual junta directiva del Real Madrid podr¨ªa presentar de cara a las futuras elecciones tres frentes completamente diferenciados. De un lado, existe el grupo que pensar¨ªa en Gregorio Paunero, de quien Bernab¨¦u ha dicho alguna vez que ?es un santo?; de otro, hay directivos que sobre la idea de una renovaci¨®n profunda apoyar¨ªan una candidatura encabezada por Ram¨®n Mendoza, directivo que, con su dimisi¨®n, ha reunido a su alrededor a una serie de socios de cierta relevancia. La gran sorpresa, sobre las te¨®ricas candidaturas que hasta la fecha se han manejado, la representar¨ªa Raimundo Saporta.La tercera variante del tema podr¨ªa ser, por otra parte, la desencadenante de una campa?a a alto nivel por parte de Ram¨®n Mendoza, al tiempo que probablemente obligar¨ªa a los pauneristas a abandonar sus prop¨®sitos.
Raimundo Saporta se ha manifestado siempre contrario a suceder a Bernab¨¦u. Hace unos a?os dec¨ªa que se sent¨ªa una especie de Carrero Blanco. Esto es, con la obligaci¨®n moral de abandonar la nave tras la marcha del capit¨¢n. S aporta se ha negado en los ¨²ltimos tiempos a hablar del tema, porque no se ha considerado l¨ªder. Ahora hay circunstancias que podr¨ªan hacerle variar de opini¨®n.
Saporta es todav¨ªa el m¨¢s popular de los directivos actuales y, por tanto, su papel de delf¨ªn de Bernab¨¦u podr¨ªa ganar enteros si el propio presidente, en su d¨ªa, hiciera la indicaci¨®n a los socios de que ver¨ªa con buenos ojos que las riendas del club quedaran en manos de un hombre que ha trabajado bien dentro de la casa. Si lo que podr¨ªa considerarse testamento de Bernab¨¦u hiciera especial menci¨®n a Saporta, quiz¨¢ indujera a ¨¦ste a replantearse su postura. Saporta, por fidelidad a Bernab¨¦u, se ver¨ªa obligado a encabezar una de las candidaturas.
Tanto para Saporta como para Mendoza la elecci¨®n presidencial se iniciar¨¢ con un sondeo de opini¨®n. Ninguno de los dos sacar¨¢ las bater¨ªas a la calle sin conocer previamente, o sea, desde el punto de partida, qu¨¦ posibilidades tienen de llegar a la meta.
Las elecciones madridistas distar¨¢n mucho de parecerse a las del Barcelona porque, en esencia, ambos clubs son diferentes y los intereses que mediar¨¢n ser¨¢n tambi¨¦n diferentes. De entrada, los dos candidatos a considerar, Saporta y Mendoza, puesto que Paunero quedar¨ªa ahogado entre los dos, no podr¨¢n hacer campa?as muy dispares. Ambos sostendr¨¢n como base la continuidad. La continuidad en este caso significa la reedici¨®n de los ¨¦xitos deportivos de los ¨²ltimos veinticinco a?os.
Para ambos candidatos no quedar¨¢ m¨¢s opci¨®n que prometer m¨¢s copas de Europa. Saporta, si por albacea testamentario opta a la sucesi¨®n, podr¨¢ echar mano de los argumentos triunfales de la actual directiva. Para Mendoza quedar¨¢n las reformas administrativas y algunos golpes de efecto que, sin duda, puede mostrar al personal.
Saporta, llegado el caso, contar¨ªa con la ventaja de haber estado dentro hasta el ¨²ltimo momento. Mendoza, en su d¨ªa, tendr¨ªa la ventaja de argumentar que no se hab¨ªa querido servir del poder del club para utilizarlo electoralmente en su beneficio.
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