Andr¨¢s V¨¢zquez repite esta tar¨¢
Esta tarde era la designada para que Palomo Linares volviera a La Ventas despu¨¦s de su ausencia de la pasada temporada. El p¨²blico madrile?o seguir¨¢ sin verle. Era algo que ya se sab¨ªa. Su sustituto ser¨¢ Andr¨¦s V¨¢zquez, que tendr¨¢ oportunidad de agradecer el cari?o mostrado por los aficionados en la corrida de ayer.As¨ª pues, el nombre de Andr¨¦s V¨¢zquez figurar¨¢ en sustituci¨®n de Palomo Linares dentro de los programas; por cierto, programas que tienen su historia, porque sin que figure precio alguno son vendidos por ?la voluntad?, voluntad que tiene que ser algo, porque de lo contrario no hay programa. Es un invento de la empresa, que de paso deja ganar algunas perras a veintiocho empleados, generalmente, jubilados.
Estas personas dedicadas a repartir programas tienen que estar en la plaza dos horas antes de que comience la corrida. Compran a la empresa cincuenta programas por 45 pesetas y los venden por ?la voluntad?. A ellos les ha costado su dinero, por eso no los regalan. En cada corrida suelen desprenderse de unos 75 programas. Sacan de esta manera unas pesetillas que no suelen venirles mal porque, dicho qued¨®, suelen ser jubilados o empleados ma?aneros mal retribuidos. De paso ven la corrida y si hace falta venden hasta improvisados pl¨¢sticos para la lluvia. Empleados eventuales de la plaza, tienen sus obligaciones. Si alg¨²n d¨ªa faltan est¨¢n obligados a satisfacer empresa las 45 pesetas como si hubiesen cogido los programas.
Muchas hojas tiene el programa pero que interese s¨®lo una, la que tiene la rese?a de los toros donde aparece el nombre, el n¨²mero, el pelo y el peso; al lado, adem¨¢s, se ponen las sustituciones de subalternos si hubiera lugar. Lo dem¨¢s es accesorio, si se quiere exceptuar tambi¨¦n la hoja donde aparece el programa de la tarde pero para saberlo no hay m¨¢s que fijarse en cualquier cartel de la plaza si es que todav¨ªa queda guien que vaya a los toros a ciegas El resto son p¨¢ginas publicitarias suficientes para pagar los gasto de cada ejemplar. La empresa, sin embargo, tan ?generosa?, como siempre, se los cobra a los repartidores.
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