Migueli, baja definitiva para el Mundial
Migueli, con lesi¨®n de abductores que se produjo contra Brasil, ser¨¢ baja para quince d¨ªas. Otros cuatro jugadores espa?oles m¨¢s, Marcelino, Santillana, Asensi y San Jos¨¦, tambi¨¦n est¨¢n con diversas lesiones, pero de car¨¢cter mucho m¨¢s leve que Migueli. La baja de ¨¦ste puede dar lugar a que Pirri vuelva a recuperar su posici¨®n en la defensa en el partido del domingo contra Suecia.
El decepcionante juego exhibido por Brasil en los dos partidos jugados hasta ahora en el Mundial han provocado ya las primeras consecuencias t¨¦cnicas. Claudio Coutinho no har¨¢ ya el equipo que se enfrentar¨¢ a Austria el pr¨®ximo domingo. Aunque no se le ha sustituido en todas sus labores, la decisi¨®n de la Confederaci¨®n Brasile?a de Deportes supone una destituci¨®n elocuente. El presidente de la CBD, Heleno Nunes, asumir¨¢ personalmente las decisiones finales. El caso brasile?o puede ser un ejemplo de lo que necesita Espa?a en un futuro no menos inmediato.Los aires de decepci¨®n que existen en todos los brasile?os presentes en Mar del Plata tras las pobres exhibiciones de un equipo que ven¨ªa con aspiraciones m¨¢ximas, han podido con el primer responsable t¨¦cnico. Las presiones de periodistas, jugadores, t¨¦cnicos y hasta aficionados han llevado a los directivos a dimitir pr¨¢cticamente a Coutinho. Este seguir¨¢ trabajando, pero deber¨¢ pasar cualquiera de sus decisiones por el visto bueno de Heleno Nunes.
El caso brasile?o, aunque sea a otro nivel, debe dar que pensar una vez m¨¢s en el cuartel general espa?ol. Las deficiencias observadas ya contra Austria no hicieron buenas las de anteayer contra Brasil, porque el enemigo fue mucho peor. El que Espa?a jugara mal contra los austr¨ªacos fue ya un s¨ªntoma de que ni siquiera se hab¨ªa aprovechado el poco tiempo de preparaci¨®n para poner un orden en la selecci¨®n. Aun viendo el partido desde lejos, sorprendieron decisiones de Kubala como la entrada de Rexach en el equipo cuando despu¨¦s del partido de Montevideo hab¨ªa prescindido de ¨¦l en todos los entrenamientos de los supuestos titulares. Se equivoc¨® en la sustituci¨®n de Carde?osa y, lo que es peor a¨²n, no supo inculcar a los jugadores el orden y la prudencia necesarias para no dar facilidades al contraataque austr¨ªaco. Muy al contrario, los propios jugadores parecieron sin ganas, desmoralizados.
Los espa?oles ya regresaron a Buenos Aires. Hoy entrenar¨¢n a las doce de la ma?ana y por la tarde habr¨¢ sesi¨®n de ba?o y masaje. El domingo ser¨¢ el decisivo partido contra Suecia. Esperemos que no se repita el espect¨¢culo, nada agradable, de desuni5n que se trasluci¨® antes del partido contra Brasil. El propio capit¨¢n Pirri se quej¨® de que nadie le hab¨ªa dicho ni una palabra al sacarle del equipo. M¨¢s o menos, como si se le hiciera responsable de la primera derrota. En realidad no puso el orden debido, pero no fue el ¨²nico culpable. Los verdaderos culpables, Kubala aparte, son tambi¨¦n otros seleccionados, que ni siquiera se resignan a ser suplentes disciplinados. El mal ambiente tiene que existir, como comentaba Mara?¨®n, un hombre acostumbrado al banquillo, cuando no hay conformismo en esas figuras.
De todas formas, lo m¨¢s evidente de la mala actuaci¨®n espa?ola siempre metida en la cr¨®nica de sucesos, vaya donde vaya, son las decisiones de Kubala. Rara vez acierta. No tiene m¨¢s mimbres para escoger, pero tambi¨¦n los escoge mal. Y si a ello se une que no arriesga lo m¨¢s m¨ªnimo, ni siquiera sobre la marcha, por eso estamos al borde de la eliminaci¨®n. Despu¨¦s de perder contra Austria hab¨ªa que ganar a Brasil. Eso era indudable. Cabe admitirle a Kubala un planteamiento prudente como el que hizo, ante la posibilidad de que Brasil jugara mejor que contra Suecia. Pero despu¨¦s de ver el desastre que ten¨ªa enfrente debi¨® haber forzado m¨¢s el juego de ataque. No vale decir que si Carde?osa hubiese aprovechado la ocasi¨®n, porque fue la ¨²nica clara de todo el partido. Para ganar hay que ofrecer m¨¢s de lo que Espa?a ofreci¨®.
La selecci¨®n empez¨® mal y a¨²n sigue. S¨®lo ha tenido la suerte de encontrarse en el camino a un Brasil todav¨ªa peor. En los tricampeones mundiales ya ruedan cabezas. No estar¨ªa de m¨¢s observar ya las barbas del vecino para copiar lo bueno y empezar a cambiar.
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