La pol¨ªtica industrial deber¨¢ reducir el intervencionismo estatal
La necesidad de acometer una nueva pol¨ªtica industrial, basada en unos objetivos de crecimiento selectivo y en una negociaci¨®n a nivel empresarial, que permita definir unas reglas de movilidad de los factores productivos, fueron las coincidencias esenciales de los ponentes participantes en el VI Encuentro de Eurof¨®rum, convocado bajo el lema Hacia una pol¨ªtica industrial, que desarroll¨® ayer su primera sesi¨®n en Madrid.
En la primera jornada intervinieron Eduardo Punset, subdirector del Banco Hispano; Rafael Bermejo, director general de Planificaci¨®n del Ministerio de Econom¨ªa; Luis Marco, secretario general t¨¦cnico de Industria; Javier Garc¨ªa Egocheaga, director general de Industrias Siderometal¨²rgicas y Navales; Julio Segura, catedr¨¢tico de Estructura Econ¨®mica de la Universidad Complutense de Madrid y asesor de Comisiones Obreras; Fernando Su¨¢rez, catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo y ex ministro; Ignacio Urquijo, director de inversiones industriales del Banco Urquijo; Marcial Campos, director general de Tecnolog¨ªa, y Eugenio Triana, del Comit¨¦ Central del PCE. Como moderadores actuaron Ricardo L¨®pez, director de Industrias Alimentarias, y Jos¨¦ Mar¨ªa Casta?¨¦, ex director de Bankunion. El acto inaugural estuvo presidido por el ministro de Comercio, Juan Antonio Garc¨ªa D¨ªez.Eduardo Punset, primer ponente de la jornada, centr¨® su intervenci¨®n en la necesidad de desarrollar una pol¨ªtica de ajuste global, basada en una reasignaci¨®n del gasto y persiguiendo objetivos como el mantenimiento de niveles razonables de empleo y distribuci¨®n equitativa de la renta. Para ello -dijo Punset-, Espa?a debe dejar de ostentar la econom¨ªa m¨¢s burocratizada del mundo, aunque la insuficiencia de la Administraci¨®n P¨²blica sea notable, situ¨¢ndose s¨®lo a la mitad de la media de los pa¨ªses de la OCDE por tal concepto. Otro de los elementos destacados por el ponente para superar la actual situaci¨®n de crisis fue la solidaridad, hasta ahora inexistente, ya que la porci¨®n de poblaci¨®n ocupada pugna por mejorar su nivel de vida, sin aceptar una detracci¨®n de recursos para solventar las elevadas cotas de desempleo que padece la econom¨ªa espa?ola en la actualidad.
El medio plazo
El segundo ponente fue Rafael Bermejo, quien, tras exponer los criterios b¨¢sicos del Plan de Saneamiento y Reforma de la econom¨ªa -plan Fuentes-, destac¨® la importancia de haber logrado superar los desequilibrios existentes como punto de arranque para recuperar la senda de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola. Para ello -se?al¨®- se hace necesaria una coherencia entre las acciones de corto plazo (ajuste) y medio (crecimiento), de modo que la reinserci¨®n del crecimiento no sea causa de nuevos desequilibrios. Dentro de este contexto. el se?or Bermejo destac¨® la importancia de una pol¨ªtica industrial que desarrolle los criterios de libertad de comportamien to del mercado, facilite las transferencias de recursos y fomente la exportaci¨®n, todo ello en base a unos criterios de menor utilizaci¨®n del capital, mayor captaci¨®n de mano de obra, menor consumo energ¨¦tico y m¨¢s favorable incidencia en la balanza. Tambi¨¦n ser¨ªa necesario en este contexto reducir los costes de la Seguridad Social. Como elemento de cierre de esta pol¨ªtica se plantea la necesidad de revisar los esquemas de financiaci¨®n, con entrada de un mayor empleo de las posibilidades del sector p¨²blico, en el ¨¢mbito de la financiaci¨®n de nuevos proyectos industriales. En parecidos t¨¦rminos se expresaron los representantes del Ministerio de Industria, Luis Marco y Javier G. Egocheaga. El primero hizo hincapi¨¦ en que la ausencia m¨¢s importante del plan econ¨®mico es la carencia de un calendario de aplicaci¨®n del ajuste, mientras el segundo se refiri¨® m¨¢s detalladamente a la estrategia a seguir en los sectores en crisis, en aras de una reestructuraci¨®n o reconversi¨®n, necesariamente tuteladas por el Estado. Garc¨ªa Egocheaga analiz¨® ampliamente las consecuencias del intervencionismo dr¨¢stico del Estado de las ¨²ltimas d¨¦cadas, coincidiendo con Luis Marco en la necesidad de sustituir esas pr¨¢cticas. Concretamente, se?al¨® la necesicidad de institucionalizar un ente de reconversi¨®n industrial, que, a su juicio, deber¨ªa carecer de dotaci¨®n para ayudas financieras, encargado de gestionar e impulsar la soluci¨®n a cada caso cr¨ªtico; en este sentido se?al¨® que ?cuando una empresa suspende pagos siempre hay un grupo de intereses -los acreedores- interesados en reflotarla. En cualquier caso, las soluciones a la actual crisis deben vendr¨ªan dadas por el mercado, a partir de una coordinaci¨®n efectiva sector p¨²blico-sector privado?.
El papel de los sindicatos
En la segunda parte del debate destacaron las intervenciones de Julio Segura y Fernando Su¨¢rez, quienes expusieron distintas concepciones del sindicalismo, a plantear en el inmediato futuro. Julio Segura estim¨® que el sindicalismo, a partir de la corriente unitaria (CCOO), vencedora de las elecciones, y de la implantaci¨®n definitiva de los sindicatos de clase, deber¨¢ desempe?ar necesariamente un papel activo de primer orden en la salida de la crisis. Para el ponente, las centrales deben eludir el pacto social, entendido como compromiso de desmovilizaci¨®n de la clase trabajadora, ya que ¨¦ste es, precisamente, su ¨²nico instrumento de garant¨ªa para hacer cumplir los acuerdos que se alcancen. Sin embargo, insisti¨® reiteradamente en que la estrategia reivindicativa no debe ya circunscribirse exclusivamente a los aspectos salariales. El empleo debe ser objetivo prioritario, tanto en sentido defensivo -mantener el actual empleo- como ofensivo -creaci¨®n de nuevos puestos.Fernando Su¨¢rez, por su parte, realiz¨® una detallada exposici¨®n de las contradicciones presentes en los intentos de dotar de un marco de acci¨®n sindical legal al inminente futuro espa?ol, bajo su punto de vista. El ponente defini¨® detalladamente los cometidos perfectamente diferenciados entre los comit¨¦s de empresa y las secciones sindicales, como piezas esenciales de dos concepciones distintas de lucha sindical. Los comit¨¦s, concebidos como ¨®rganos participativos de la vida empresarial, suponen de hecho una aceptaci¨®n del modelo. Las secciones sindicales, por el contrario, entra?an la magnificacl¨®n de la lucha de clases, tendente a sustituir el modelo mismo. De ah¨ª que, en pura l¨®gica del actual sistema, lo l¨®gico hubiera sido potenciar comit¨¦s sindicales fuertes y con funciones perfectamente definidas. Pero lo rematadamente descabellado es, en definitiva, pretender conformar un esquema h¨ªbrido en el que cada una de las dos alternativas planteadas a nivel internacional pretenden coexistir, concluy¨® el se?or Su¨¢rez.
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