?Despidos pol¨ªticos en los Maristas?
Informados sobre el hecho del despido de un profesor en el colegio de los Maristas, constatamos que es curiosa coincidencia el que sea el cuarto profesor despedido -en los colegios maristas- acusados por lo mismo: incompetencia profesional, dando la casualidad de que los cuatro pertenezcan a centrales sindicales: USO, UGT y CESUT. ?Cu¨¢l es la causa real? ?Su incompetencia o su afiliaci¨®n sindical?Como la opini¨®n generalizada en los ambientes profesionales de la ense?anza privada ex presa claramente que la causa del despido es su afillaci¨®n a las centrales sindicales y sus ideas pol¨ªticas, nos duele como cristianos el que un colegio, calificado oficialmente como cat¨®lico y formador de conciencias cristianas adopte actitudes tan antihumanas, antievang¨¦licas e intolerantes.
Y nos duele, adem¨¢s, que representantes de la Iglesia tomen actitudes contrarias a opciones pol¨ªticas y sindicales encaminadas a buscar un mundo m¨¢s justo y muchas veces compartidas por cristianos, que movidos por su fe, ?aceptando como obligaci¨®n el instaurar el orden temporal y el actuar directamente y de forma concreta en dicho orden, dirigidos por la luz del Evangelio y la mente de la Iglesia y movidos por la caridad cristiar¨ªa?. (Vaticano II, A. A. 2-7).
Estos hechos contradicen el esp¨ªritu evang¨¦lico de amor, concordia y tolerancia. Presentan a la fe cristiana re?ida con opciones temporales que buscan lajusticia y la libertad.
Para terminar pedimos que reflexionemos sobre el siguiente p¨¢rrafo del Concilio Vaticano II, en el n¨²mero 43 de la Constituci¨®n Gaudium et Spes: ?Muchas veces suceder¨¢ que la propia concepci¨®n cristiana de la vida les inclinar¨¢ en ciertos casos a elegir una determinada soluci¨®n. Pero podr¨¢ suceder, como sucede frecuentemente y con todo derecho, que otros fieles, guiados por una no menor sinceridad, juzguen del mismo asunto de distinta manera. En estos casos de soluciones divergentes, aun al margen de la intenci¨®n de ambas partes, muchos tienden f¨¢cilmente a vincular su soluci¨®n con el mensaje evang¨¦lico. Entiendan todos que en tales casos a nadie le est¨¢ permitido reivindicar en exclusiva a f¨¢vor de su parecer la autoridad de la Iglesia. Procuren siempre hacerse luz m¨²tuamente con un di¨¢logo sincero guardando la mutua caridad y la solicitud primordial por el bien com¨²n?.
Apoyados en todo lo anteriormente expuesto, consideramos que no vemos razones serias y convincentes para un despido tal.
y veinficuatro firmas m¨¢s
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