Preocupaci¨®n por demostrar que las nacionalidades no atentan contra la unidad de Espa?a

El debate sobre el art¨ªculo 2 del proyecto de Constituci¨®n, en el que se afirma que ¨¦sta se fundamenta en la indisoluble unidad de la naci¨®n espa?ola y reconoce y garantiza el derecho a las autonom¨ªas de nacionalidades y regiones, provoc¨® doce intervenciones sucesivas. El texto aprobado en la comisi¨®n fue confirmado en el Pleno por 278 votos a favor, veinte en contra (AP y personalidades individuales, como el se?or G¨®mez de las Roces) y trece abstenciones (PNV).

La primera intervenci¨®n fue la de Federico Silva (AP), que defendi¨® un voto particular para la supresi¨®n del t¨¦rmino nacionalidades. Se?al¨® que el texto del articulo 2 era contradictorio, porque, por una parte, se reconoc¨ªa la unidad de Espa?a, ?patria com¨²n e indivisible de todos los espa?oles?, y, por otra, el derecho a las autonom¨ªas de regiones y nacionalidades. A su juicio, ambas formulaciones son absolutamente incompatibles, porque inexorablemente las naciones quieren tener sus respectivos Estados.Dijo que no descartaba que en el futuro los separatibinos se vistan con el ropaje de la autodeterminaci¨®n o que ciertos grupos o pa¨ªses africanos no vacilen en aplic¨¢rselo a las Canarias, como demostraci¨®n insigne de perfidia. ?Y no hablo a humo de pajas -a?adi¨®-, porque recientemente personalidades vascas han enviado un telegrama al secretario general de la ONU en este sentido.?

Ofensiva reaccionaria

El socialista Gregorio Peces-Barba rechaz¨® los argumentos expuestos por el diputado de AP. ?En el proyecto -dijo- se afirma vigorosamente la unidad de Espana y la solidaridad entre todas las nacionalidades y regiones. Asistimos a una ofensiva de los sectores m¨¢s reaccionarios contra el t¨¦rmino nacionalidades, unos sectores que son precisamente los que han puesto en pr¨¢ctica en los ¨²ltimos a?os su concepcion del Estado unitario, que no tuvo ciertamente un resultado favorecedor. El se?or Silva ha hablado de separatismos, pero no de separadores, y no ha dicho que el viento del Estado unitario es el que ha sembrado las tempestades que hoy padecemos.?

El se?or Mart¨ªn Oviedo (UCD) se?al¨® que su grupo asum¨ªa con plena responsabilidad hist¨®rica y pol¨ªtica la inclusi¨®n de ese t¨¦rmino, con conciencia de su significaci¨®n en el contexto en el que est¨¢ inscrito. Se pronunci¨® en contra de la mitolog¨ªa de las palabras y de viejas discusiones nominalistas. ?Siglos de historia, luchas, guerras, dictaduras e incluso los asesinatos que hoy d¨ªa.padecemos, constituyen el mejor alegato contra cualquier verbalismo?, a?adi¨®.

Para el diputado comunista Jordi Sol¨¦ Tur¨¢ la Constituci¨®n establece claramente un techo pol¨ªtico del que no se puede pasar, y ese techo es una naci¨®n indisolublemente unida. ?Durante mucho tiempo -dijo m¨¢s adelante- se nos ha explicado un concepto de la unidad de Espa?a que no tiene nada que ver con la unidad de Espa?a, sino con una forma de gobierno, una forma que cre¨®, al menos, dos Espa?as, la ca¨®ticamente desarrollada y la subdesarrollada. ?

Tras la intervenci¨®n,del portavoz de Socialistas de Catalu?a, se?or Mart¨ªn Toval, que insisti¨® en el t¨¦rmino solidaridad, Jordi Pujol, de la Minor¨ªa Catalana, intervino para afirmar que Catalu?a era una realidad viva que nunca se ha interrumpido, y que negar la realidad, su reconocimiento e identidad era peligroso. Se?al¨® que Catalu?a no hab¨ªa sido objeto de ning¨²n privilegio, sino de un expolio. ?Queremos ser reconocidos como una nacionalidad y que quede claro tambi¨¦n que no existe voluntad discriminatoria de Catalu?a con respecto a otros pueblos de Espa?a.?

Manuel Fraga (AP) consider¨® excesivo vincular las desigualdades regionales con el tema de la unidad de Espa?a y defendi¨® que la inclusi¨®n de la palabra nacionalidades era importante. ?Si no lo es -dijo-, no se ponga, y si lo es, dig¨¢moslo. Y si la inclu¨ªmos, sepamos que no estamos rompiendo con el franquismo, sino con la historia espa?ola. Ciertamente estamos dispuestos -termin¨®- a rectificar muchas cosas, pero no a rectificar Espa?a.?

La unidad, a sangre y fuego

El portavoz del Grupo Mixto, Enrique Tierno, bas¨® su intervenci¨®n en un argumento nuevo. ?En los ¨²ltimos a?os hemos convivido en la Junta, en la Plataforma, con compa?eros catalanes, vascos, etc¨¦tera, que reclamaban el derecho a la autodeterminaci¨®n, y fue en esas reuniones, en la clandestinidad, esperando a la polic¨ªa, donde defendimos la unidad de Espa?a y obtuv.imos un compromiso, profundo, al que no se ha aludido aqu¨ª, no comprendo por qu¨¦ razones. La unidad no se ha puesto en peligro por nosotros, sino por quienes pretendieron imponerla a sangre y fuego. ?

El se?or G¨®mez de las Roces defendi¨® una enmienda propia para la supresi¨®n de la palabra nacionalidades, enmienda que fue rec azada, al igual que lo hab¨ªa sido el voto particular de AP, por 293 votos en contra y tres abstenciones.

Finalmente, el portavoz del PNV, Xabier Arzallus, defendi¨® otra enmienda para que se afirmara que la Constituci¨®n se fundamenta en ?la uni¨®n, la solidaridad y el derecho a las autonom¨ªas de las nacionalidades y regiones que integran Espa?a?. ?Me felicito -dijo- por la introduci¨®n de la palabra nacionalidades, porque somos un partido nacionalista, y niego que exista contradicci¨®n con la existencia de Espa?a como Estado.? Fue rechazada la enmienda. Francisco Letamend¨ªa, de Euskadiko Ezkerra, retir¨® otra sobre el reconocimiento al derecho a la autodeterminaci¨®n, que -dijo- volver¨¢ a plantear en otro momento del debate.