M¨ªnimos hist¨®ricos del d¨®lar en todos los mercados de divisas
La jornada de ayer en los mercados internacionales de divisas -en algunos pa¨ªses como Espa?a y Francia fue festivo- estuvo marcada, como las precedentes, por la ca¨ªda vertiginosa del d¨®lar y el aumento de los precios del oro. En Tokio, Amsterdam, Francfort y Zurich el yen, flor¨ªn, marco y franco suizo alcanzaron las mejores cotizaciones frente al d¨®lar desde la segunda guerra mundial. En Londres la libra super¨® el cambio de los dos d¨®lares. En todos los casos los cambios son fruto de la debilidad de la divisa americana m¨¢s que de la fortaleza propia.
Las perspectivas poco favorables de la econom¨ªa americana, la aparente incompetencia econ¨®mica de la Administraci¨®n Carter, cierta presi¨®n psicol¨®gica de la habitual inestabilidad monetaria de los meses de agosto de los ¨²ltimos a?os y la posibilidad de un nuevo aumento de precio de los crudos son los factores que se consideran como razones suficientes para la persistente ca¨ªda del d¨®lar.En la jornada de tarde apareci¨® una corriente de defensa a favor de la divisa americana en los mercados centroeuropeos, aunque se tema que, como en otras ocasiones, no sea suficiente para tranquilizar las agitadas aguas de los mercados monetarios.
Mientras, los mercados del oro las acciones de las compa?¨ªas vinculadas al mismo suben como la espuma. Ayer la onza de oro super¨® la cotizaci¨®n de los 216 d¨®lares, aunque al cierre quedaba en tomo a los 215.
Una libra ya vale dos d¨®lares
Por primera vez en casi dos a?os y medio, y durante unas horas, la libra esterlina ha superado la barrera de los dos d¨®lares en los mercados de cambios. La noticia, satisfactoria para los ingleses de a pie, ha acrecentado el nerviosismo en la City londinense, donde ya se habla abiertamente sobre la posibilidad de una nueva crisis monetaria.
La nueva paridad d¨®lar-libra refleja fundamentalmente no la fortaleza de la moneda brit¨¢nica, sino la debilidad de la divisa norteamericana. Esta progresiva y alarmante ca¨ªda divide a los expertos de este pa¨ªs. Mientras para unos Washington est¨¢ manipulando la depreciaci¨®n de su moneda para hacer m¨¢s competitivas sus exportaciones, para otros la situaci¨®n actual de la econom¨ªa norteamericana y el virtual bloqueo pol¨ªtico de las relaciones Casa Blanca-Congreso impide a las autoridades estadounidenses adoptar medidas satisfactorias de protecci¨®n. Por su parte, los bancos centrales de los pa¨ªses m¨¢s directamente implicados -Suiza, Jap¨®n y Alemania- rechazan tomar medidas sin la cooperaci¨®n de Washington.
Apoyada en una moderada recuperaci¨®n industrial y en el m¨¢s elevado volumen de ventas al por menor de los ¨²ltimos cuatro a?os, alcanzado el mes pasado, la relativa fortaleza de la esterlina en los mercados de cambios se ha mantenido a pesar del anuncio de un d¨¦ficit de 30 millones de libras en la balanza -comercial de julio.
Pasividad alemana
En los medios pol¨ªticos y bancarios alemanes se interpreta la pasividad del banco central corno indicaci¨®n de que se vuelve a un clima de la conferencia de superricos celebrada en Bonn no logr¨® alterar. Seg¨²n expertos del Gobierno federal, la actual coyuntura podr¨ªa mejorar si se mantiene al ralent¨ª el crecimiento econ¨®mico y si se potencia por todos los medios el crecimiento hacia fuera. Entre los pasos que podr¨ªan producirse, seg¨²n los expertos, se sit¨²a en primer lugar una devaluaci¨®n del d¨®lar respecto del marco, del yen japon¨¦s y de otras monedas relativamente fuertes. En Francfort se hace notar que, de hecho, eI marco s¨®lo se ha revalorizado en un 2% desde 1977, debi¨¦ndose atribuir el efecto de una mayor revalorizaci¨®n del marco y del yen no a su ?fortaleza interna?, sino a la artificiosa debilidad del d¨®lar.
Las monedas alemana y japonesa han duplicado su valor de cambio respecto del d¨®lar desde 1949.
Un semanario liberal -Die Zeit- comenta esta semana a prop¨®sito del declive sistem¨¢tico del d¨®lar que ?el presidente americano todav¨ªa no ha dado se?al alguna que deje entrever que est¨¢ logrando controlar la inflaci¨®n y que va nivelando el d¨¦ficit comercial de su pa¨ªs. En estas circunstancias basta el menor envite para poner en movimiento una avalancha de d¨®lares errantes, de los que hay demasiados. Por esta raz¨®n ser¨ªa un milagro que el mercado de divisas entrase en poco tiempo en una etapa de calma?.
A pesar de la inmadurez del ?proyecto? de una divisa europea -el ECU-, los alemanes vuelven a hablar de las posibilidades existentes para que se d¨¦ un paso adelante hacia la creaci¨®n de esta unidad monetaria. El primer esbozo trazado en Copenhague en abril pasado vuelve a aparecer con la nueva ca¨ªda del d¨®lar.
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