Un¨¢nime pesar en Euskadi por la muerte de Ajuriaguerra
El Consejo General Vasco se reuni¨® ayer tarde en sesi¨®n extraordinaria para rendir homenaje a Juan Ajuriaguerra, ?cuya trayectoria humana y pol¨ªtica -dice la nota oficial- al servicio de Euskadi y de las libertades debe quedar como ejemplo imperecedero para nuestro pueblo?.
A lo largo de todo el d¨ªa de ayer y desde la medianoche, hora en la que el f¨¦retro lleg¨® a la Diputaci¨®n de Vizcaya, millares de personas desfilaron por la capilla ardiente. Toda la clase pol¨ªtica vasca fue un¨¢nime en sus manifestaciones de condolencia y de admiraci¨®n hacia el nacionalista Juan Ajuriaguerra.Militantes del PNV uniformados formaron la guardia de honor, a lo largo de todo el d¨ªa. A primeras horas de la tarde lleg¨® a la capilla ardiente el presidente del Congreso de los Diputados, Fernando ?lvarez de Miranda, quien expres¨® su deseo de asistir a los funerales en calidad de representante de las Cortes Espa?olas. Poco m¨¢s tarde entr¨® el presidente de la Generalidad de Catalu?a, Josep Tarradellas, que se fundi¨® en un abrazo con Telesforo Monz¨®n.
El se?or Tarradellas explic¨® luego a los periodistas que no hab¨ªa llegado antes porque quer¨ªa dar cuenta de su viaje al presidente Su¨¢rez. Aunque se?al¨® que hab¨ªa venido a rendir homenaje a Ajuriaguerra y que, por tanto, no era momento de hacer declaraciones pol¨ªticas, expres¨® su deseo de que los problemas del Pa¨ªs Vasco se resuelvan cuanto antes. ?A los vascos y a los catalanes nos unen unos principios comunes de libertad y democracia. Ha extra?ado a algunos que viniera a Euskadi, pero eso significa que no me conocen.? En el transcurso de su estancia en Bilbao invit¨® al se?or Rubial a que visite Catalu?a en su condici¨®n de presidente del Consejo General Vasco, organismo con el que se reuni¨® durante unos minutos.
A las ocho y media de la tarde varios centenares de personas despidieron con el Agur, Jaunak el f¨¦retro ante la Diputaci¨®n de Vizcaya. M¨¢s de 15.000 personas esperaban en la bas¨ªlica de Bego?a la llegada de la comitiva f¨²nebre. La muchedumbre que abarrotaba la explanada enton¨® el Eusko Gudariak, al que siguieron gritos de Gora Euskadi askaluta.
El ministro de Industria, Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n, represent¨® al Gobierno en el funeral, junto al presidente del Congreso, pleno del Consejo General Vasco, presidente de la Generalidad de Catalu?a y la casi totalidad de los parlamentarios vascos.
La misa fue concelebrada por veinti¨²n sacerdotes, presididos por el can¨®nigo Alberto Onaind¨ªa, amigo personal del fallecido. De ¨¦l cont¨® en la homil¨ªa varias an¨¦cdotas que defin¨ªan su car¨¢cter. Dijo de ¨¦l que era un hombre de libertad y que pese a no ser elocuente y ser muy duro con sus colaboradores el pueblo le hab¨ªa seguido porque era siempre el primero a la hora del sacrificio.
Terminada la homil¨ªa fue bailado un aurresku de honor en el altar, y los bersolaris Azpillaga y Enbeita cantaron varios poemas de homenaje al pol¨ªtico desaparecido. Al t¨¦rmino de la misa y despu¨¦s de una emotiva despedida ante la bas¨ªlica de Bego?a fue inhumado en el pante¨®n familiar.
Una sustituci¨®n dif¨ªcil
La muerte de Juan Ajuriaguerra abre un dif¨ªcil per¨ªodo sucesorio en el PNV. Los nacionalistas no tendr¨¢n quiz¨¢ dernasiados problemas para sustituirle en el Congreso, en el Consejo General Vasco o en la vicepresidencia de la Comisi¨®n Mixta, pero les ser¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil encontrar la persona que dentro del partido pueda jugar el papel incontestable que ¨¦l desempe?¨®. Desde junio del 77 no ten¨ªa ning¨²n cargo organizativo, por incompatibilidad estatutaria con su esca?o de diputado, pero nadie dud¨® nunca, dentro o fuera del partido, que por su boca hablaba siempre el PNV.Despu¨¦s de su muerte todos se han de acuerdo en una cosa: en su entrega a la lucha por Euskadi, en sus aciertos o en sus equivocaciones. Tachado en ocasiones de autoritario, se reconoce que la disciplina, que imponga en su alrededor empezaba siempre por si mismo.
Basta una an¨¦cdota para demostrarIo: incumplido por Franco el pacto de Santo?a, que Ajuriaguerra hab¨ªa negociado, y hechos prisioneros los ?gudaris?, no dud¨® en volar desde San Juan de Luz a Santander para correr la misma suerte que sus compa?eros. A pesar de que sab¨ªa que le esperaba una sentencia de muerte.
Fue en el partido un hombre-puente que costar¨¢ sustituir. Fue el enlace entre los militantes del interior y los dirigentes del exilio, entre los nacionalistas hist¨®ricos y las nuevas generaciones, entre la corriente conservadora y las nuevas tendencias socialdem¨®cratas. Su pragmatismo y su autoridad moral superaron grandes diferencias internas, que incluso hicieron temer alg¨²n cisma en v¨ªsperas del congreso del pasado a?o.
Desde fuera del partido se apunta hacia Carlos Garaicoechea, actual presidente del partido, como el hombre llamado a jugar ese papel aglutinante.
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