Optimismo moderado en Israel
Los israel¨ªes no creen sus o¨ªdos. Contentos, desde luego, pero recelosos. se preguntan si el escenario m¨¢s bien decepcionante que sigui¨® a la visita triunfal de Sadat a Jerusal¨¦n no se repetir¨¢ ahora.El tendero dice: ??Ha o¨ªdo? Sadat y Begin van a firmar la paz. ?Se lo cree usted?? Un vecino religioso cree que ?el cielo ha permitido un milagro. ?Alabado sea el Todopoderoso!? El ama de casa conf¨ªa: ?Esperemos que sea verdad. Mi hijo acaba de ser movilizado.? El taxista, sin embargo, es esc¨¦ptico: ?No me lo creo, Sadat y Begin se besan hoy pero ma?ana se arrancar¨¢n la piel a tiras.?
En las calles de Tel-Aviv, sin emargo. ay alegr¨ªa, pero una alear¨ªa prudente, mitigada por la amarga experiencia del pasado reciente. Los ciudadanos, al igual que los hombres pol¨ªticos, est¨¢n divididos en sus opiniones. De una parte est¨¢n los que condenan sin ambajes el acuerdo de Camp Davida, y de otra, los que lo aprueban pero con reservas. Entre los primeros se encuentran los ultranacionalistas que abogan por un ?gran Israel?. y entre los segundos, los comunistas israel¨ªes.
La diputada Eulali Cohen (del Herut-Likud): ?El partido de Begin debe votar una moci¨®n de censura contra ¨¦ste. porque el primer ministro ha aceptado una pol¨ªtica que lleva al suicidio nacional.? Meir Vilner, diputado y l¨ªder del PC israel¨ª, afirma que el acuerdo de Camp David no llevar¨¢ a la paz, sino a la guerra. ?Este acuerdo -se?ala- no es bueno para los pueblos de Oriente Pr¨®ximo, sino s¨®lo para la dominaci¨®n norteamericana de la regi¨®n. Este acuerdo no salva la paz, sino a Sadat. Carter y Begin. ?
Estados Unidos, ?director? de la alianza
Seg¨²n Vilner, los acuerdos de Camp David preparan la construcci¨®n de una alianza militar entre Israel, Egipto, Jordania y Arabia Saudita, bajo la batuta norteamericana. Una alianza, a?ade, que va dirigida contra los pueblos de la regi¨®n, y en primer lugar, de todos contra el pueblo palestino.
La mayor¨ªa de los diputados israel¨ªes est¨¢n, por el contrario, entre los que aprueban los acuerdos, tanto los de la coalici¨®n gubernamental como la oposici¨®n laborista e izquierda sionista. Shimon Peres felicita a Begin, aunque se pregunta qu¨¦ precio tendr¨¢ que pagar Israel. Para el ministro de Finanzas, se va a abrir una etapa de prosperidad para los pueblos de Oriente Pr¨®ximo. El ex primer ministro Isaac Rabin cree que ?una nueva era de esperanza se abre ante nosotros. El Parlamento deber¨¢ tomar decisiones dif¨ªciles -alusi¨®n al voto sobre la evacuaci¨®n de las colonias jud¨ªas- pero necesarias?.
Los palestinos de los territorios ocupados, sin embargo, est¨¢n preocupados y consternados. ?Sadat nos ha traicionado?, se oye decir en las calles de Ramala, Nablus y Jerusal¨¦n. Incluso un hombre moderado como el alcalde cristiano de Bel¨¦n, El¨ªas Frej, nos dice: ? Las conversaciones de Camp David han Ilevado a un acuerdo de paz separado entre Egipto e Israel, pero ignora el n¨²cleo del problema: los derechos de los palestinos.?
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