Mart¨ªn Villa acepta la dimisi¨®n del gobernador civil de Santander
El gobernador civil de Santander, Gabriel Pe?a Aranda, comunic¨® ayer a la prensa local que el ministro del Interior le hab¨ªa aceptado su dimisi¨®n, solicitada hace tiempo. El se?or Pe?a Aranda, que ha asistido estos d¨ªas en Madrid a una reuni¨®n de gobernadores con Mart¨ªn Villa, pasa a ocupar el cargo de adjunto a la Presidencia de Asuntos de Defensa Nacional en el INI, cargo que guarda relaci¨®n con su carrera de ingeniero aeron¨¢utico y experto en bal¨ªstica. El gobernador civil hab¨ªa tomado posesi¨®n el 13 de agosto de 1976 y sustituy¨® a Carlos Garc¨ªa Mauri?o.
La salida de Gabriel Pe?a Aranda del Gobierno Civil de Santander no ha sorprendido. En realidad, hace un a?o que hab¨ªa sido pedida por varias fuerzas pol¨ªticas regionales, e incluso solicitada por el propio interesado,Adem¨¢s. tampoco supo Gabriel Pe?a Aranda granjearse la amistad o el respeto de las fuerzas democr¨¢ticas de Cantabria, que a los cuatro meses de su gesti¨®n va le hab¨ªan confeccionado un dossier de cincuenta prohibiciones, entre las que se encontraban actos autorizados en otras latitudes: conferencias de la comisi¨®n de derechos humanos: charlas de personas como Miret Magdalena, actos de coordinaci¨®n democr¨¢tica, manifestaciones populares y de barrios. Dicho dossier iba acompa?ado en poster de gran tama?o de una barroca imagen del gobernador vestido con los atributos de la sota de bastos.
El propio se?or Pe?a Aranda era consciente de su escasa aceptaci¨®n cuando poco despu¨¦s de las elecciones del 15 de junio, en las que el ¨¦xito de UCD de Cantabria, su partido, puede decirse que fue desproporcionado (seis parlamentarios sobre nueve), solicit¨® el relevo, e incluso son¨® para alg¨²n alto cargo.
Incluido entre los m¨¢s activos y mejor relacionados miembros del grupo T¨¢cito, alguno de sus componentes con cartera de ministro no parec¨ªa dif¨ªcil ese ascenso, si, nuevamente, no hubiera ca¨ªdo el gobernador en otro error de orden p¨²blico, esta vez de suma gravedad: la agresi¨®n y los insultos de la Polic¨ªa Armada al diputado socialista Jaime Blanco al final de una manifestaci¨®n pro autonom¨ªa de Cantabria.
El se?or Pe?a Aranda no supo actuar con firmeza en aquella ocasi¨®n (ni siquiera se lleg¨® a saber si estaba o no aquel d¨ªa en su puesto) y el Pleno Blanco en el Congreso dirigi¨® todos sus dardos contra ¨¦l. Mart¨ªn Villa, amenazado, tambi¨¦n hizo lo acostumbrado: no destituir a nadie cuando lo pide la Oposici¨®n, aunque existan razones. Con lo que Pe?a Aranda hubo de resignarse a permanecer en Santander un a?o m¨¢s en un Gobierno Civil que le era inc¨®modo por la derecha y por la izquierda y en el que iba a tomar, desde entonces, una postura autocriticable: la de encerrarse en su despacho y hacerse, impermeable a los problemas.
As¨ª. no ha sabido o no ha querido pararle los pies a la extrema derecha. que act¨²a en Cantabria impunemente, no intervino ante el grave deterioro municipal de Torrelavega y nada hizo por llegar a un entendimiento con los dirigentes de la Diputaci¨®n.
Todo ello en un Gobierno Civil con fama de tranquilo, y para el que, seg¨²n los rumores, ya hay quince peticiones sobre la mesa de Mart¨ªn Villa.
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