Una chica como t¨²
Fernando Colomo, tras de su ¨¦xito en Tigres de papel, no ha queridb explotarlo en una segunda historia seg¨²n el mismo estilo y tema que aqu¨¦lla. Ello es de agradecer en un cine como el nuestro donde los filmes llegan en aluvi¨®n, imit¨¢ndose unos a otros, a partir de cualquier triunfo en taquilla por modesto que sea.Y, sin embargo, este nuevo de Colomo tiene en su factura, personajes y estupendos di¨¢logos, algo que recuerda al anterior en su modo de presentarnos unas vidas actuales espa?olas, m¨¢s all¨¢ o m¨¢s ac¨¢ del limite com¨²nmente admitido en nuestros espect¨¢culos.
Este mundo de cantantes de rock, peluqueras y amigos sin rumbo ni empleo fijo, en cierto modo marginados por propia voluntad, habituales clientes de bares y discotecas, suponen un caldo de cultivo en el que el realizador prueba y ensaya sus diversas f¨®rmulas. La fantas¨ªa, el humor sobre todo, un realismo entre artificial y cotidiano, aparecen en ellas confundidos sin que tampoco falte la dimensi¨®n m¨¢s oscura de la vida. El realizador afirma que su pel¨ªcula es como las p¨¢ginas de un peri¨®dico en las que todo cabe y todo sucede. Ello es verdad, pero unas cuantas p¨¢ginas no dan forma a un gui¨®n, no construyen unas vidas que en el filme s¨®lo aparecen dibujadas. Ambiente, gags, conversaciones, resultan, cada cual por su parte, buenas; sin embargo, hay algunas situaciones excesivamente prolongadas, secuencias que distraen al espectador y un deseo evidente de querer contar demasiadas cosas que perjudica al conflicto verdadero. Este conflicto, llevado adelante casi exclusivamente por el buen arte de Carmen Maura, viene a ser el armaz¨®n fundamental en torno al cual giran las aventuras secundarias, la mayor¨ªa con referencias a la juventud actual.
?Qu¨¦ hace una chica como t¨² en sitio como ¨¦ste?
Direcci¨®n: Fernando Colomo, Gui¨®n: Femando Colomo y J. Chavarri. Int¨¦rpretes: Carmen Maura. H¨¦ctor AIterio y F¨¦lix Rotaeta, Comedia. Color. Espa?a, 1978. En el cine Bulevar.
Pues es a los j¨®venes a quienes esta pel¨ªcula va dirigida. Ellos la entienden, entran en ella desde el primer momento, hacen suyo su esquema, que, poco a poco y a medida que la acci¨®n avanza, toma su verdadera dimensi¨®n, no conseguida del todo, pero muy directa y viva.
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