Suertes y buen f¨²tbol de la selecci¨®n en Zagreb
ENVIADO ESPECIAL, Espa?a volvi¨® a ganar a Yugoslavia, a la que super¨®, con m¨¢s orden al contraataque. Jug¨® un magn¨ªfico primer tiempo en el que resolvi¨® el partido, pese al gol encajado al borde del descanso. En la segunda parte, el dominio balc¨¢nico fue manifiesto, pues el centro del campo espa?ol flaque¨® y ya no pudo dar al equipo el armaz¨®n anterior. El empate yugoslavo pudo llegar cuando en el minuto 79 un remate de Savic dio en el poste, como ¨²ltima muestra clave de que tambi¨¦n la fortuna acompa?¨® a la selecci¨®n de Kubala esta vez. Espa?a se ha convertido en la espina tradicional del f¨²tbol yugoslavo, aunque sea a la contra -cedi¨® quince c¨®rners y sac¨® s¨®lo dos-, y en partidos m¨¢s tensos que de calidad.De no haber sido por el gol yugoslavo marcado a falta de un minuto para el descanso, la primera parte de la selecci¨®n en el estadio Macsimir hubiese rayado la perfecci¨®n. Ya se sabe que para llegar a ella tambi¨¦n hay qu¨¦ aliarse con la suerte y ¨¦sta no cabe duda que estuvo de su lado. De todas formas no se puede olvidar que dos minutos antes del gol de Hlilhadizic -en posici¨®n un tanto dudosa, por lo que tampoco se pueden quejar de suerte los yugoslavos- Juanito, que se fue casi siempre de Muzinic, perdi¨® una ocasi¨®n de oro por querer hacerlo todo demasiado perfecto. Qued¨® solo ante el portero e hizo bien en ladearse para encontrar ¨¢ngulo de tiro, pero le sobr¨® el ¨²ltimo regate y su centro ya no lo pudo rematar Santillana.
Ese posible tercer gol que se fue al limbo hubiera sido la tranquilidad para la selecci¨®n espa?ola, y habr¨ªa dejado el segundo tiempo reducido a un mero tr¨¢mite. Y en cierto modo, y aunque haya que reconocer que la suerte hab¨ªa ayudado, lo cierto es que Espa?a se hab¨ªa hecho acreedora a esa tranquilidad por su buen f¨²tbol durante esa primera parte. El sacrificio de la l¨ªnea media, magn¨ªfica en el marcaje y con seguridad en el contr¨¢ataque, las galopadas de Juanito, y la seguridad defensiva, hab¨ªan determinado una clara superioridad espa?ola. Villar, secante magn¨ªfico de Suijak, fue la primera piedra sobre la- que Espa?a asentaba su firmezjdefensiva. Del Bosque, Asensi y Ur¨ªa colaboraban con ¨¦l en construir una primera pared que imped¨ªa a los yugoslavos profundizar hacia el ¨¢rea. Tras ellos, Marcelino, Migueli y Cundi -magn¨ªfico debut el de ¨¦ste- se impon¨ªan a sus respectivos pares, Susic, Hlilhadizic y Zungul. El l¨ªbero Olmo interven¨ªa oportunamente, y por eso Miguel Angel tuvo. una primera parte relativamente c¨®moda. Apenas luci¨® en el ataque yugoslavo la peligrosidad de Hlilhadizic, que se vio algo desasistido; la porf¨ªa del ala Surjak-Susic en la banda izquierda no resultaba efectiva.,
Espa?a, que no se limit¨® a la defensa, contraatacaba sin arriesgar mucho, pero con bastantes elementos. Ur¨ªa, por la banda izquierda, y Villar, por la derecha, subieron siempre que hubo ocasi¨®n. Del Bosque era el eje en torno al cual giraban los contraataques, y Juanito se convert¨ªa en la pesadilla para la defensa yugoslava con sus regates, sus carreras y la picard¨ªa de sus pases. Tuvo el premio a su peligrosidad cuando en el minuto diecinueve pill¨® un rebote a disparo de Villar, para remachar el primer tanto del partido. Espa?a gan¨® en tranquilidad con este gol y sigui¨® jugando de la misma forma, con la misma superioridad sobre el rival en todas las l¨ªneas. Por eso no extra?¨® que cuando se cumpl¨ªa la media hora de juego doblase la ventaja, gracias esta vez a un cabezazo de Santillana con la ayuda de un fallo del meta rival. Y a¨²n pudo llegar aquel tercer gol en la jugada relatada antes, pero la suerte quiso que se escapara y que un minuto despu¨¦s fuesen los yugoslavos los que marcaran. Se lleg¨® al descanso con ventaja espa?ola, pero corta. A¨²n cab¨ªan las inc¨®gnitas.Y la segunda mitad fue de sufrimiento para Espa?a, de numerosas intervenciones de Miguel Angel y de frecuentes ocasiones para que llegara el empate. Mand¨® Yugoslavia, y le falt¨® la suerte que tuvo en la primera mitad. Las razones habr¨¢ que buscarlas en cierto desmoronamiento de la media espa?ola y del propio Juanito, que acusaba ciertas molestias que le imped¨ªan correr. Yugoslavia comenz¨® a mandar en la media, y al sentirse sus tres hombres punta m¨¢s acompa?ados lucieron m¨¢s. Susic se convirti¨® en un hombre peligroso que trajo a mal traer a Marcelino, y por su lado, y con el apoyo de Surjak -que siempre pas¨® dificultades ante Villar-, llegaron muchas de las jugadas de peligro para Miguel Angel. Este tuvo algunas felices intervenciones junto a alg¨²n que otro rasgo de inseguridad.
Mediada la segunda parte, Yugoslavia introdujo dos cambios: sustituy¨® en la media a Zajek, apagado, por Trifunovic, y en la delantera, al extremo Zungul por Savic, delantero de ¨¢rea, rematador. Pas¨® a jugar as¨ª con dos delanteros centro, en busca de gente que aprovechara las oportunidades de remate que se presentaban. Espa?a no consigui¨® en toda la segunda mitad sacudirse el agobio, pero pudo evitar los estropicios en el marco hasta asegurar la victoria. La madera le ayud¨® a ello en una ocasi¨®n. En los ¨²ltimos minutos kubala relev¨® a los fatiga- dos Juanito y Santillana -a ¨¦ste a un solo minuto del final-, por S¨¢nchez y Rub¨¦n Cano. El equipo aguant¨® y el encuentro termin¨® con el mismo resultado de la primera parte, una victoria espa?ola que supone un excelente primer paso en esta fase de grupo de la Eurocopa. Espa?a ha resuelto con victoria el que quiz¨¢ pod¨ªa considerarse a priori como el m¨¢s dif¨ªcil de la fase de grupo.
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