Vital Alsar: "No hay nada imposible"
?No s¨¦ qu¨¦ leche hemos mamado y con qu¨¦ pan, aqu¨ª en Santander, pero lo hemos conseguido. Yo estoy aqu¨ª para decirles a los j¨®venes que no hay nada imposible, pero que hay que luchar por las cosas. Y se consiguen. Nosotros hemos estado cinco meses justos en la mar y hemos sufrido de todo. Pero aqu¨ª estamos. Ya hemos llegado?, dijo Vital Alsar en nombre del total de catorce hombres que constitu¨ªan la expedici¨®n El hombre v la mar tan pronto como tocaron tierra en la playa de La Magdalena.En Santander, el clima era de apoteosis. Unas 50.000 personas se repart¨ªan a lo largo d.el trozo de costa que separa el faro de cabo Mayor de la playa en que estaba preparada la tribuna, y en la misma playa para esperar a estos hombres, con barba de cinco meses y, mugre de mes y medio. ?Estamos deseando una ducha caliente -dec¨ªan-. Desde que llegamos a las aguas fr¨ªas de Terranova no nos hemos ba?ado.?
El aspecto de los navegantes aventureros era exactamente el imaginado tras tanta literatura heroica. Barbas largas, algunos con ,un pa?uelo que recoge todo el pelo crecido de todo el tiempo. Otros con cintas anidadas en la cabeza, los vaqueros calados de agua, botas de mar, jersey de algod¨®n mojado. Cuando hace cinco meses -o exactamente el 7 de mayo- salieron de M¨¦xico se contaban trece hombres. Ingenieros, arquitectos, escultores, dentistas, m¨¦dicos, Tan pronto llegaron a alta mar, sali¨® de la burbuja el poliz¨®n Javier, un inizeniero que hab¨ªa contribuido a la construcci¨®n del artefacto. Como ya estaban lejos, nadie, fuecapaz de dejarle en tierra, y ayer fue uno de los primeros que pis¨® la playa. La burbuja es una esferaa la que famillarmente llamaban la gorda durante la traves¨ªay de la que esperan mucho: es una variante esf¨¦rica del bote savavidas, perfectamente cerrada y equipada, con un aspecto exterior como de escafandra enorme, y ca:paz de flotar por encima de cualquier temporal.
En cuanto a los barcos, ayer se les distingu¨ªa perfectamente de la flotilla de un centenar de ellos que hab¨ªan salido a recibirles y con los que entraron al puerto en extra?a y emocionante procesi¨®n. Entre los veleros y los pesqueros, los botes de remos y los yates de recreo, detr¨¢s justo del guardacosta de la Marina que tambi¨¦n iba en la peregrina ci¨®n, tres c¨¢scaras de nuez, r¨¦plica reducida de los viejos galeones, lo usados por los conquistadores espa?oles, en sus viajes a las Am¨¦ricas. Aqu¨¦llos, con sus dos palos pardos, hondos y apenas quillados, necesitaban, al menos de veinte hombres s¨®lo para izar las velas. Estos tres, once metros de largo por casi cuatro de ancho, han sido gobernados por cuatro o cinco hombres cada uno. Desde ayer est¨¢n atracados para la visita p¨²blica en el muelle de yates de Puerto Chico.
El alcalde de la ciudad, el gobernador civil y el militar, los'altos cargos de, la Comandancia de Ma rina de Santander y el obispo esperaban en una tribuna que casi su cumbi¨® a los empujes de la gente en la playa. Entre los concurrentes al homenaje popular se vieron desde conocidos l¨ªderes comunistas y de la extrema izquierda hasta no me nos conocidos militantes de extre ma derecha, desde las fuerzas vivas a los j¨®venes, autonomistas c¨¢ntabros. En una bandera de la Monta?a, precisamente, lleg¨® envuelto Vital Alsar, y la ense?a roja y blanca se vio ondear pqr muchos sitios.
Luego ya fue la recepci¨®n: salvo, uno de ellos, escultor, que fue directamente trasladado al hospital con varias costillas rotas por una tormenta, sin cambiarse sus ropas mojadas en el desembarco, en coches oficiales y motos de la polic¨ªa, los expedicionarios y las autoridades precedieron a la gente en general en el paseo, hasta el palacio de La Magdalena, donde el Ayuntamiento ofreci¨® una recepci¨®n popular de homenaje con entrada libre.
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