Palabras at¨®nicas
El Esp¨ªritu Santo lleva una temporada jugando a confundir, y el paisanaje, compr¨¦ndalo usted, anda como desorientado y sin saber a qu¨¦ carta quedarse. El Papa anterior, sobre haber durado poco, ten¨ªa cara de pardillo y sonrisa de monjita en estado de gracia y sin una sola idea, en la cabeza y eso, seg¨²n es f¨¢cil colegir, propicia la herej¨ªa entre los serios y el cachondeo entre los zascandiles, que son los m¨¢s aunque encierren menos peligro. El nuevo Papa,. el polaco, me parece m¨¢s serio y normal y es probable -y as¨ª se lo deseo- que tenga muchos a?os por delante para meter en vereda a la curia romana, que buena falta le hace.El Esp¨ªritu Santo estuvo listo en eso de sacar un Papa no italiano, porque la cl¨ªe'ntela, la masa de los fieles creyentes, estaba ya un poco harta de tanta monoton¨ªa. Las religiones, la cat¨®lica y todas las dem¨¢s, desprecian el tiempo porque se apoyan en nociones infinitas que no necesitan usar del reloj ni del calendario, pero a la base -como ahora se dice- ya no le pasa lo mismo y sus congregantes andan con la lengua fuera y sin darle un punto de descanso a la caza del minuto. A los seis u ocho amigos con los que habl¨¦ de esto, les parece muy oportuno que Sir? o Benelli se hayan quedado fuera del escalaf¨®n de los papas. Antes, Espa?a, Francia y Austria ten¨ªan derecho de veto sobre las designaciones de los papas (y alguna vez la ejercieron, aunque tampoco muchas) pero ahora, con esto de la democracia trepando hasta por el Vaticano, la cosa encierra mayores peligros porque ya no queda nadie facultado para llamar al orden al Sumo Inspirador de los electores del Sumo Pont¨ªfice. Los designios de la Divina Provindencia escapan a las lucubraciones de los hombres.
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