Las entradas de Las Ventas pueden subir en 1979 un 35%
El pliego de condiciones para el concurso-subasta de la plaza de Las Ventas ha ca¨ªdo muy bien a nivel de empresarios, mientras que para los aficionados no est¨¢ muy claro. Los m¨¢s concienciados e inquietos se preguntan qu¨¦ aporta, c¨®mo promociona la fiesta de los toros en Madrid, seg¨²n ha proclamado en sus declaraciones el vicepresidente de la Diputaci¨®n Provincial. Leopoldo Matos, a quien se atribuye la paternidad del pliego.De la lectura del mismo se desprende que la tan aireada promoci¨®n empieza y termina en la exigencia de que se celebren dos novilladas por San Isidro y cuatro festejos menores en d¨ªas laborables cuando lo considere oportuno la empresa. No parece mucho. Pero a?ade Matos que es una importante garant¨ªa para los espectadores la condici¨®n de que no podr¨¢n incrementarse los precios de las localidades durante cinco a?os en m¨¢s de un 35% sobre los que rigieron en 1.978. Y as¨ª es, pues tal dice el pliego en su estipulaci¨®n vig¨¦simo primera, pero conviene matizar, pues tampoco este punto est¨¢ muy claro.
En principio, opinamos que la Diputaci¨®n no puede limitar la subida toda vez que no tiene potestad para regular los costes del espect¨¢culo. La estipulaci¨®n es recurrible precisamente por esta raz¨®n. En cuanto, los ganaderos encarezcan el precio de las reses, o suban los honorarios de los toreros mediante acuerdo sectorial o convenio colectivo, o los dem¨¢s gastos generales de explotaci¨®n del coso, la empresa podr¨¢ dirigirse a los poderes p¨²blicos en solicitud de que le sea autorizada una subida proporcional, si ¨¦sta, seg¨²n sus c¨¢lculos, rebasa el 35%.
Pero s¨ª el incremento de los costos tuvieran una repercusi¨®n en el importe de las localidades inferior al incremento del 35%, la empresa arrendataria no habr¨¢ de solicitar nada y no s¨®lo eso, sino que tiene opcion a estirar la subida hasta el porcentaje que unilateralmente autoriz¨® la Diputaci¨®n. Es decir, que esta corporaci¨®n abre de salida un margen del 35% de subida sobre unos precios que, seg¨²n ella misma reconoce, se multiplicaron por siete durante la gesti¨®n de la actual empresa (pensamos que no siempre justificadamente), la cual, adem¨¢s. Ya habla hecho una subida importante, s¨²bita y sorprendente, para la corrida en la que D¨¢maso G¨®mez iba a matar seis toros, en el tramo final de la temporada. Quisi¨¦ramos saber qu¨¦ c¨¢lculos ha efectuado la Diputaci¨®n para fijar justo ese 35% y no m¨¢s ni menos.
Es cierto que la nueva empresa podr¨¢ subir el importe de las localidades un 7% cada a?o, o en otra escala pero tambi¨¦n que puede aplicar el incremento del 35% ya en el primer festejo de 1979, pues la redacci¨®n del pliego le permite esta opci¨®n. Nuestra pregunta es ahora, qu¨¦ justificaci¨®n tiene que la Diputaci¨®n autorice expresamente esta subida para el a?o pr¨®ximo.
La cl¨¢usula que limita la subida de precios nos parece demag¨®gica y no consigue encubrir un concurso-subasta decepcionante para la afici¨®n y para la promoci¨®n del espect¨¢culo en Madrid. Es curioso -a?adiremos, al hilo de este tema- que Leopoldo Matos haya hablado, al comentar el pliego, de la feria de oto?o. cuando tal feria no se, cita ni una sola vez en el documento. Insistimos: no est¨¢ prevista en el mismo la condici¨®n de que se celebre ninguna feria en oto?o, ni abono, ni serie de corridas. Tal feria s¨®lo surge de la interpretaci¨®n personal de la estipulaci¨®n decimosexta por parte de Leopoldo Matos. Si cuando ¨¦l la redact¨® pensaba en un abono para oto?o, no acertamos a imaginar por qu¨¦ no lo hizo constar en el pliego, con la concreci¨®n y claridad que son precisas en estos casos. La nueva empresa estar¨¢ obligada a ajustarse a lo que exige el documento.
Es muy positivo que la Diputaci¨®n haya suprimido el sobrecanon del 15% a partir de los 150 millones de pesetas sobre el taquillaje bruto, pues la empresa dispondr¨¢ de m¨¢s capacidad de maniobra para organizar mayor n¨²mero de festejos que la sociedad explotadora del coso durante el arrendamiento anterior, la cual tuvo siempre esta importante cortapisa. Pero mucho nos tememos que ah¨ª empiezan y terminan las maravillas del pliego. Los empresarios, en cambio -dec¨ªamos-, est¨¢n encantados con ¨¦l, y nos lo explicamos: lo que pueda ser la fiesta en Madrid, una vez m¨¢s, est¨¢ en sus manos.
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