Alfonso Ungr¨ªa con "Soldados" reivindica el melodrama cinematogr¨¢fico
Soldados, de Alfonso Ungr¨ªa, es el cuarto largometraje de un realizador de 32 a?os que ha tenido m¨¢s dificultades de las habituales para conseguir comercializar sus pel¨ªculas. El hombre oculto, Tirarse al monte, Gulliver y ahora esta adaptaci¨®n libre de la novela Las buenas intenciones, de Max Aub. Quiz¨¢ el aspecto m¨¢s espectacular de Soldados sea su decidida apuesta por el melodrama, como estilo narrativo. Sobre ello gira la primera pregunta de la entrevista.
?La novela en la que est¨¢ basada la pel¨ªcula no es idea m¨ªa, parte del productor. Al enfrentarme a un drama psicol¨®gico, que es en realidad Las buenas intenciones, me plante¨¦ el forzar un poco esas mismas situaciones dram¨¢ticas y que llegasen a tener el estilo de melo, estilo o categor¨ªa o subcategor¨ªa, que eso no lo s¨¦ muy bien. Creo que el drama psicol¨®gico es m¨¢s literario, porque necesita de acotaciones m¨¢s subjetivas, descripciones exhaustivas de los personajes, etc¨¦tera. Sin embargo, el melodrama, al ser una s¨ªntesis de esa psicolog¨ªa para afrontar directamente el conflicto, resultaba visualmente m¨¢s eficaz, exige m¨¢s de la acci¨®n, es decir, de lo cinematogr¨¢fico.??Ciertamente, el peligro del melodrama es el pasarse. La ¨²nica manera de contrarrestarlo, al menos en mi caso, es con una planificaci¨®n exhaustiva y muy pensada. Por ejemplo, en la escena en la que Marilina Ross presenta su hijo ileg¨ªtimo a su presunta "suegra", me preocupaba la situaci¨®n: joven desamparada con hijo del pecado, ante madre pol¨ªtica arist¨®crata. La resolv¨ª con la utilizaci¨®n de un decorado muy amplio y un espejo, a trav¨¦s del cual se refleja la escena, lo que viene a resultar casi una elipsis.?
?Lo m¨¢s interesante de la novela, y no s¨®lo de ¨¦sta, sino de su serie sobre la guerra civil, es que vi por primera vez el ambiente psicol¨®gico de los protagonistas de un conflicto social. En Las buenas intenciones la guerra s¨®lo aparece en las dos ¨²ltimas p¨¢ginas, y, sin embargo, a trav¨¦s de toda serie de frustraciones de los personajes, de sus represiones, de su violencia latente, de su sistema de valores sociales, se presiente una eclosi¨®n social. Es decir, tambi¨¦n aqu¨ª se puede hablar de una elipsis en la cual, a trav¨¦s s¨®lo de un ambiente y de unos personajes, se est¨¢ hablando del fin de una ¨¦poca carcomida en sus cimientos.?
?M¨¢s que sobre la guerra, pretend¨ª reflexionar sobre esa situaci¨®n social l¨ªmite de la que hablaba, procurando en todo momento el no caer en el manique¨ªsmo habitual. Los personajes del bando republicano de la pel¨ªcula son humanos en cuanto yo me acerco a ellos con mi afecto y mi simpat¨ªa y, por tanto, los enfrento con sus virtudes y sus defectos. Incluso, su gran crispaci¨®n creo que resulta evidente que no viene dada por una especial maldad, sino por los condicionamientos a que se ven sometidos dentro de su entorno.?
Narrar un melodrama en el que la acci¨®n transcurre en los dos ¨²ltimos meses de la guerra civil espa?ola es, de alguna manera, agregar un contenido pol¨ªtico a la historia relatada. No obstante, el filme no es una pel¨ªcula estrictamente pol¨ªtica, al menos en el concepto habitual de la mencionada tendencia cinematogr¨¢fica...
?Efectivamente, no es una pel¨ªcula pol¨ªtica, porque para hacer una pel¨ªcula de esas caracter¨ªsticas se necesitar¨ªa una disposici¨®n reflexiva en cuanto a la dial¨¦ctica del pasado, del presente y del futuro de la que en este momento estoy muy alejado. Sin embargo, todos mis actuales deseos son de incidir en un cine m¨¢s espectacular, y explico lo de espectacular: no quiero decir con ello que hay necesidad de grandes superproducciones, con gran aparato de escenarios, decorados, escenas de acci¨®n, etc¨¦tera, sino de devolver al cine esa cualidad de fascinaci¨®n y emotividad de la que ¨²ltimamente le hemos -me incluyo- despojado un poco, probablemente a causa de los necesarios simbolismos a los que nos obligaba una censura montaraz.?
Babelia
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