Mutualismo laboral: reino de taifas
En torno al mutualismo laboral surge una red de gesti¨®n -cuyo desmontaje se inicia con la reforma emprendida por el Gobierno mediante el decreto ley sobre gesti¨®n institucional de la Seguridad Social aprobado recientemente-, que resulta impenetrable para el propio sistema. Ello da pie a la conversi¨®n de las mutualidades en aut¨¦nticos reinos de taifas (las cajas fuertes de alguna mutualidad, al parecer, prodr¨ªan haber servido de custodia para las armas de algunos funcionarios durante los d¨ªas de represi¨®n que siguieron a la matanza de Atocha, seg¨²n testimonios recogidos por este diario), en los que se da satisfacci¨®n a compromisos, favores y gratificaciones generados por el nacionalsindicalismo.
Elecciones, ?para qu¨¦?
En el terreno laboral, la ausencia de elecciones sindicales en este colectivo fomenta la fuerza de organizaciones profesionales m¨¢s asimilables a la desaparecida Organizaci¨®n Sindical que las centrales democr¨¢ticas, cuya actuaci¨®n se dificulta desde la c¨²spide del sistema.Desde la existencia de n¨®minas fantasma, en las que se refugiar¨ªa la m¨¢s para esencia del verticalismo, hasta la utilizaci¨®n fraudulenta del patrimonio mutualista, las acusaciones a tan fragmentado sistema de gesti¨®n se resumen en la calificaci¨®n de chupamaros con que se conoce a los hist¨®ricos del sistema entre la joven generaci¨®n funcionarial del mutualismo.
Los reiterados intentos de sindicatos y partidos pol¨ªticos, y aun de colectivos de funcionarios del propio sistema, para lograr la publicidad de las n¨®minas del personal del mutualismo no han logrado ¨¦xito lo que da pie a graves especulaciones sobre an¨®malas situaciones laborales de las que ser¨ªan protagonistas conocidos nombres de la vida pol¨ªtica.
Fuentes sindicales sit¨²an en unos trescientos el n¨²mero de funcionarios del mutualismo que, pagados por la Seguridad Social, prestan sus servicios en diversos ministerios, mientras que las plantillas de la Seguridad Social se in crementan con nuevos interinos mediante contratos por dieciocho meses que, una vez finalizados, permiten a sus beneficiarios acogerse al paro. Este procedimiento constituir¨ªa una buena beca para ayudarse en los estudios de muchos hijos de los llamados hist¨®ricos del sistema.
De hecho, los actuales intentos de lograr plantillas org¨¢nicas arrojan el sorprendente resultado de que existen excedentes de plantillas en casi todas las mutualidades. Sin embargo, en los presupuestos de 1979, y dentro del cap¨ªtulo de personal del mutualismo, existe una partida de 212.84 1.000 pesetas destinadas a la remuneraci¨®n de ?otro personal eventual y contratado?.
El "negocio" inmobiliario
En cuanto a las partidas presupuestarias para las inversiones establecidas por el mutualismo, de las que una tercera parte son de libre decisi¨®n por parte de los ¨®rganos de gobierno -es decir, no orientadas estatutariamente-, resulla imposible conocer hacia d¨®nde van encaminadas.Una habitual fuente de inversi¨®n es la adquisici¨®n de fincas urbanas. De ella resultan beneficiados, a trav¨¦s de alquileres irrisorios, los hist¨®ricos ya aludidos. En este sentido, fuentes del mutualismo aseguraron a EL PAIS que un director de la mutualidad de alimentaci¨®n habr¨ªa sido cesado fulminantemente despu¨¦s de que, en una reuni¨®n de su ¨®rgano de gobierno, sugiriera la necesidad de adecuar a la realidad econ¨®mica del pa¨ªs el importe de alquiler que satisfac¨ªa el ex ministro Utrera Molina por una vivienda propiedad de esta mutualidad.
En la actualidad existen indicios razonables que hacen temer por el desmantelamiento de este patrimonio del mutualismo, y, de hecho, algunos ocupantes de estas viviendas ya han recibido notificaci¨®n de su venta, aunque, claro est¨¢, a un precio en relaci¨®n con las bajas rentas que satisfacen sus actuales inquilinos.
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