Ministro de Defensa: "Serenidad y obediencia al Rey"

La obediencia a los mandatos del Rey, con fidelidad y disciplina, y el mantenimiento de una actitud serena, fueron se?alados por el ministro de Defensa, teniente general Guti¨¦rrez Mellado, como el ?verdadero camino? que debe seguir el Ej¨¦rcito y ?no el de algunas inadmisibles, aunque excepcionales, actitudes que con car¨¢cter minoritario o individual se han producido?.El teniente general Guti¨¦rrez Mellado, tras resaltar que una vez m¨¢s las Fuerzas Armadas hab¨ªan sido convocadas por el Rey en fecha tan se?alada como la Pascua militar, dijo, entre otras cosas, lo siguiente:

?Pero hoy, se?or, cobra singular trascendencia este d¨ªa para los Ej¨¦rcitos, pues el enterado que ya os dieron, en su d¨ªa, a vuestras directivas y mensajes de paz, convivencia y respeto mutuo, pueden deciros, ahora, que han cumplido con su deber, y lo seguir¨¢n cumpliendo a pesar de que algunos vayan contra esa paz que vos propugn¨¢is y anhela fervientemente la inmensa mayor¨ªa del pueblo espa?ol. Estamos seguros de que el fanatismo y la violencia no prosperar¨¢n contra la voluntad decidida de aqu¨¦l.

En esta nueva andadura que ha emprendido Espa?a, a trav¨¦s de un proceso singular en su historia, proceso apoyado en la legalidad que ha evitado situaciones de vac¨ªo de Estado, los Ej¨¦rcitos han ¨®bedecido vuestros mandatos con toda fidelidad y disciplina, aunque tremendamente doloridos cuando la barbarie de unos asesinos ha hecho v¨ªctimas en sus filas, entre las fuerzas de orden p¨²blico o entre ciudadanos que s¨®lo ten¨ªan la culpa de ser espa?oles y patriotas.

Tremendamente doloridos, se?or, aun m¨¢s si cabe en estos d¨ªas, pero sin tener duda alguna respecto a nuestro deber de mantenernos firmes en la l¨ªnea tajante marcada en su d¨ªa por la Junta de Jefes de Estado Mayor, convencidos de que la defensa de nuestra propia convivencia -que es la de Espa?a entera, no lo olvidemos- depende de nuestro temple sereno, que nos permitir¨¢ ser capaces, en cada momento, de rechazar adecuadamente todas las presiones criminales.

Este es el verdadero camino y no el de algunas inadmisibles, aunque excepcionales, actitudes, que con car¨¢cter minoritario o individual se han producido; unas, como consecuencia de hechos execrables; otras, dej¨¢ndose llevar de estados emocionales que en ning¨²n caso pueden ser admitidas en un militar; o por otras cusas absolutamente injustificables, lo que confirma esa disciplina que antes se?al¨¢bamos y que durante este tiempo ha sido una constante de la instituci¨®n militar.

As¨ª se es Ej¨¦rcito. Lo contrario ser¨ªa otra cosa, pero no Ej¨¦rcito.?

Destac¨® despu¨¦s los importantes proyectos relacionados con las Fuerzas Armadas, que se han convertido ya en realidad, y dijo: ?Los Ej¨¦rcitos se hallan, respecto a otras instituciones del Estado, en una situaci¨®n especial, consecuencia de las misiones encomendadas a los mismos.?

?Esta situaci¨®n especial comporta, por otra parte, el privilegio legal -concedido por el resto de los ciudadanos- del uso de la fuerza, pero, recordemos, la fuerza de los Ej¨¦rcitos no es fuerza propia, sino delegada. Es un dep¨®sito que se nos conf¨ªa, pero del que no podemos hacer uso sino en obediencia al deseo y voluntad de quienes fueron depositantes, es decir, del resto de la naci¨®n, ejercidos, precisamente, a trav¨¦s de la direcci¨®n y autoridad de su Gobierno leg¨ªtimo. ?

Las FFAA cumplir¨¢n su misi¨®n constitucional

?Con todo ello, se?or -agreg¨®-, se estar¨¢ m¨¢s cerca de alcanzar esa meta final a la que nos hemos- referido en numerosas ocasiones: unas Fuerzas Armadas de las que todos nos sintamos consciente y responsablemente satisfechos, capaces de cumplir con eficacia las misiones quejes encomienda la Constituci¨®n recientemente sancionada por Vuestra Majestad en solemne e hist¨®rico acto.

Se?or las Fuerzas Armadas cumplir¨¢n cuanto en ella les afecta, pues nada m¨¢s honroso para el militar que el cumplimiento ejemplar de la ley, seguros, se?or, de que en todo momento cuentan con el apoyo y respaldo de la naci¨®n entera y de que todos, repito, todos los espa?oles cumplir¨¢n tambi¨¦n cuanto en ella se ordena.

La instituci¨®n mon¨¢rquica que vos encarn¨¢is ha sido eje determinante para lograr este importante acontecer hist¨®rico, a la vez que factor decisivo de continuidad y estabilidad en esta etapa que ahora termina.?

El teniente general Guti¨¦rrez Mellado finaliz¨® su discurso se?alando que deseaba una Espa?a donde las Fuerzas Armadas se sientan inmersas en la sociedad y donde, a su vez, la sociedad sienta suyas a las Fuerzas Armadas; donde desaparezca la adulaci¨®n al Ej¨¦rcito, donde las Fuerzas Armadas constituyan la salvaguardia de la paz y de la unidad; una Espa?a respetada a nivel internacional y preparada defensivamente ante cualquier tipo de conflicto b¨¦lico. ?Todo ello exige -dijo- que el potencial defensivo sea capaz de disuadir, de hacer respetar la paz, de evitar dependencias ajenas y, en cualquier supuesto, de impedir a toda costa que se desgaje del suelo patrio cualquier parte, grande o peque?a, de Espa?a.?