S¨¢nchez Espeso: "Narciso es una novela que asume todas las literaturas"
Entrevista con el ¨²ltimo Premio Nadal
Germ¨¢n S¨¢nchez Espeso (Pamplona, 1940), ganador del ¨²ltimo Premio Nadal de novela, por su obra Narciso, llega muy temprano a su trabajo como realizador cinematogr¨¢fico en una empresa publicitaria de Madrid. El autor de Laberinto lev¨ªtico, Experimento en g¨¦nesis, S¨ªntomas de ¨¦xodo y De entre los n¨²meros, uno de los pioneros del m¨¢s reciente experimentalismo narrativo espa?ol, cambia su personalidad y se sit¨²a, hasta que llega la tarde, en el responsable de spots sobre chocolates, refrescos o licores.
Lo que no abandona nunca al escritor Germ¨¢n S¨¢nchez Espeso, que escribe rob¨¢ndole horas a la tertulia, al trabajo y al sue?o, es su permanente ingenuidad. Confiesa, sin ning¨²n pudor, que su camino literario ?ha sido una larga marcha desde el hermetismo hasta la as?milaci¨®n de esa tradici¨®n herm¨¦tica y su conversi¨®n en una nueva escritura cuyo ejemplo es Narciso?.La novela Narciso, dice S¨¢nchez Espeso, ?pudo haberse quedado en lo rid¨ªculo o haber llegado a lo sublime si yo no la hubiera madurado diez a?os despu¨¦s de escribirla. En efecto, la hice durante un curso, en 1967, mientras estudiaba segundo de Teolog¨ªa con los jesuitas, en Deusto. Luego abandon¨¦ la Compa?¨ªa de Jes¨²s, cuando me faltaba un a?o para cantar misa. La novela me acompa?¨® siempre durante esta d¨¦cada, hasta que decid¨ª retocarla. En dos meses hice las revisiones pertinentes; y la dej¨¦ lista para la edici¨®n. Ahora la obra est¨¢ plenamente en "lo sublime", seg¨²n han dicho?.
Germ¨¢n S¨¢nchez Espeso considera que Narciso, al contrario que su obra anterior, ?permite varios niveles de lectura. Sirve para quien busque divertimento en la literatura; resulta ¨²til a los amantes del clasicismo; satisface a los que en la novela buscan sus valores estructurales; aporta datos a aquellos interesados en el estudio de la psicopatolog¨ªa del narciso, y puede producir goce a los que disfruten con los hallazgos fon¨¦ticos?.
El premio Nadal de este a?o subraya mucho el car¨¢cter asequible de su nuevo libro. ?Me interesa destacar este aspecto por que toda mi producci¨®n anterior estuvo sellada por el marchamo de mi hermetismo. Esta es una novela de doscientas p¨¢ginas, manejable, er¨®tica, de intriga, en la que el lector se ve embarcado en un oleaje que le traslada de una parte a otra, y, que a veces; le permite re¨ªrse de s¨ª mismo. Por el contrario, mis nove las anteriores estaban llenas de austeridad y de seriedad. Eran reflexiones experim en tales, de dif¨ªcil lectura, sobre los ¨¢mbitos en que se desarrolla la vida del individuo y de la sociedad. Recorr¨ªan desde Ad¨¢n, Ca¨ªny Abel, hasta la funda ci¨®n de la ciudad, la constituci¨®n del pueblo, las relaciones socio pol¨ªticas, la aparici¨®n del jefe (Mois¨¦s), las clases sociales, el hombre como n¨²mero, la aparici¨®n de culturas y la ley de la muerte.?
Germ¨¢n S¨¢nchez Espeso escribi¨® esta interpretaci¨®n suya del mito de Narciso cuando a¨²n era jesuita. La gente tiene una visi¨®n err¨®nea de lo que significa dejar aquella vida y cambiarla por la ¨ªntegramente civil, dice el novelista. ?La gente piensa que mientras somos seminaristas vivimos totalrriente apartados de la sociedad. Eso no ocurr¨ªa as¨ª en absoluto. Vest¨ªamos de civil, viaj¨¢bamos cuando pod¨ªamos, y yo, particularmente, estuve en esa ¨¦poca en Londres y en Par¨ªs. Esas reflexiones sobre la vida de los seminaristas proceden de una idea equivocada de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, en cuyo seno yo he conocido a los tipos humanos m¨¢s impresionantes que haya visto jam¨¢s. La Compa?¨ªa marca en muchos aspectos, porque te imbuye de una gran disciplina mental, te estimula a realizar estudios exhaustivos de todas las disciplinas, te dicta unas reglas estrictas.sobre la modestia y te dota de una especial forma de ser, que es lo que caracteriza a la gran masoner¨ªa jesu¨ªtica. Todo ello se aprende y sucede en lugares hermos¨ªsimos, con saltos de agua y huertas inimaginables, donde te sientes como habitando en la Edad Media tocando el cielo y el Infierno con las manos.?
Germ¨¢n S¨¢nchez Espeso dej¨® la Compa?¨ªa de Jes¨²s ?cuando perd¨ª la fe. En este tipo de sociedades esot¨¦ricas que son todas las religiones, cuando penetras en los misterios que las conforman, descubres la mitolog¨ªa de las fuentes b¨ªblicas y las contrastas con la triste realidad de la Iglesia como instituci¨®n, entonces te desinflas como un globo. Eso.me ocurri¨® a m¨ª. La misma autocr¨ªtica la est¨¢ llevando a cabo la Compa?¨ªa de Jes¨²s, que est¨¢ a punto de extinguirse. La Iglesia como Instituci¨®n. es m¨¢s ciega, porque est¨¢ montada en un mecanismo que la est¨¢ destruyendo?.
En Narciso, Germ¨¢n S¨¢nchez Espes o no s¨®lo da salida a la experiencia cultural que le supuso su, permanencia en la mencionada compa?¨ªa religiosa, en la que ingres¨® cuando ten¨ªa diecisiete a?os y que abandon¨® una d¨¦cada m¨¢s tarde, sino que incluye todo el bagaje literario que le ha proporcionado su persistente experimentalismo narrativo. ?En cierto sentido, puedo decir que la novela que el jurado del Nadal ha premiado es una literatura que asume todas las literaturas.?
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