Un reciente estudio sobre los moriscos
Es casi un lugar com¨²n, pero no por ello deja de ser cierto que el final de la segunda guerra mundial supuso para la Humanidad (intereses, tendencias) un giro de muchos grados y en muchos aspectos. En el campo de la historia como ciencia, de ese cambio quiz¨¢ habr¨ªa que subrayar dos notas: la aparici¨®n y desarrollo de la llamada historia cuantitativa (sobre la que convendr¨ªa matizar mucho, para evitar el deslumbramiento de los j¨®venes historiadores) y el inter¨¦s por estudiar las minor¨ªas (inter¨¦s que va a proporcionar muchas luces para comprender problemas de hoy de ma?ana). A ese segundo polo de atenci¨®n responde la obra, de que en estas l¨ªneas nos proponemos dar una breve noticia y glosa. Pero este libro, aunque el m¨¢s reciente, no es el ¨²nico aparecido en estos ¨²ltimos a?os sobre el apasionante y dram¨¢tico tema de los moriscos espa?oles. Este libro forma serie con las b¨¢sicas aportaciones de Louis Cardaillac (1977). Julio Caro Baroja (1957). Luis Garc¨ªa Ballester (1975). L.P. Harvey (1958y l974). Henri Lapeyre (1959) y los trabajos sobre el tema del para nosotros siempre recordado con emoci¨®n Juan Regl¨¢. Algunos de los libros aludidos, escritos en franc¨¦s o ingl¨¦s, deber¨ªan merecer la atenci¨®n de algunos de nuestros editores para verterlos a nuestra lengua. Pese a esa atenci¨®n bibliogr¨¢fica, pese a este ¨²ltimo y fundamental libro de Dom¨ªnguez Ortiz y Vincent, a¨²n queda mucho por saber de este grupo humano. Ello se ve en este libro que rese?amos, especialmente en los cap¨ªtulos debidos directamente a la autor¨ªa del Domingo Ortiz, donde constantemente plantea la necesidad de ahondar con estudios regionales o locales tal o cual aspecto. Es por ello por lo que los historiadores aguardamos que el joven historiador franc¨¦s Bernard Vincent (nacido en 1941) concluya publique su tesis de Estado sobre este apasionante tema.
Historia de los moriscos
Vida y tragedia de una minor¨ªa.
Dom¨ªnguez Ortiz:
Antonio. Vincent, Bernard. Biblioteca de la Revista de Occidente, 36. 314 p¨¢ginas. Madrid, 1978. 21 X 15, 5 cent¨ªmetros.
Seiscientas pesetas
El libro se estructura en tres partes: los moriscos a lo largo del siglo XVI (cap¨ªtulos uno al tres), la vida de los moriscos (cuatro al siete) y la expulsi¨®n de 1609-1614 y sus consecuencias (ocho al doce), Completan la obra doce ap¨¦ndices muy escogidos Y una relaci¨®n bibliogr¨¢fica selectiva. Se ha manejado documentaci¨®n de diez archivos nacionales y locales (estos ¨²ltimos, granadinos). Ello es una prueba de la seriedad del empe?o abordado por los dos historiadores. Al historiador franc¨¦s corresponde la redacci¨®n de los cap¨ªtulos uno al cinco y siete. Al espa?ol, la de los cap¨ªtulos seis y ocho al doce. A ambos, la totalidad de la obra, porque, seg¨²n declaran en el pr¨®logo, ?el intercambio de informaci¨®n... ha sido constante?. Los moriscos —vaya esta para el no familiarizado con el tema— son los mud¨¦jares que se quedaron en Espa?a tras el t¨¦rmino de la reconquista, una vez convertidos (falsamente, la mayor¨ªa). Formaron unas comunidades, al margen de la vida oficial e impuesta, especialmente importantes en los reinos de Granada, Murcia, Valencia y riberas del Ebro, aunque en grupos m¨¢s reducidos se les encuentra en casi toda la Pen¨ªnsula e incluso en la Espa?a insular y hasta en Indias.
Esos moriscos, con una dif¨ªcil asimilaci¨®n por delante (dif¨ªcil por las dos partes), vivieron durante el XVI en un casi permanente e insufrible estado de tensi¨®n, que les llev¨® a la notable y preocupante sublevaci¨®n de las Alpujarras (1568-1570). El estudio del desarrollo de esa tensi¨®n y de esa hostil interrelaci¨®n entre cristianos y moriscos es, a mi juicio, la aportaci¨®n m¨¢s notable de esa primera parte, donde Vincent nos da una sistematizaci¨®n muy clara del problema y novedosos.
En cuanto a la demograf¨ªa morisca, aun cuando todav¨ªa el libro de Lapeyre sigue siendo fundamental (esta es una de las obras que, inexplicablemente, sigue a¨²n sin traducir). Vincent recogiendo documentos y publicaciones posteriores, rectifica sensiblemente las cifras de Lapevre. De los 296.000 moriscos en 1609 se pasa a dar para esa fecha la cifra de 319.000, dato que es posible que experimente alg¨²n aumento en las investigaciones pendientes. La fecundidad y la movilidad moriscas son estudiadas en sendos apartados del cap¨ªtulo cuatro.
Los moriscos y la religi¨®n es un tema estudiado a trav¨¦s de los papeles inquisitoriales, donde apenas se introduce novedad respecto a lo conocido ya. S¨ª se destaca suficientemente el distinto papel que jugaron en este terreno las diversas comunidades moriscas seg¨²n fueran in situ mayoritarias (m¨¢s cohesi¨®n, m¨¢s identidad cultural) o minoritarias. Un cap¨ªtulo de sumo inter¨¦s es el seis, destinado al estudio de profesiones y nivel de vida. El cap¨ªtulo est¨¢ repleto de datos curios¨ªsimos y revela la talla de historiador social de nuestro Dom¨ªnguez Ortiz.
El cap¨ªtulo siete. La dif¨ªcil convivencia aporta nuevos datos sobre el tema de las tensiones entre las dos con comunidades, como viene de hecho a incidir en el mismo tema, se nos antoja algo reiterativo. En nuestra opini¨®n, este es un cap¨ªtulo que, en funci¨®n de la estructura general dada al estudio, se lo debieron haber pensado algo m¨¢s los autores y haber optado decididamente por dos soluciones; o haber trasvasado muchos de estos datos y construcciones a los cap¨ªtulos anteriores sobre tensiones o haber hecho lo contrario.
Los cap¨ªtulos de la tercera y ¨²ltima parte, en mi criterio, son lo m¨¢s original y logrado de la obra, dejando bien claro que toda la obra es un brillante logro historiogr¨¢fico. Los proleg¨®menos de la expulsi¨®n, el decisivo papel que le toc¨® al duque de Lerma en la medida, la propia operaci¨®n de la expulsi¨®n (organizar expulsiones es algo que siempre hemos sabido hacer en esta tierra de nuestros dolores y gozos), son analizados de una manera literalmente magistral. Las consecuencias econ¨®micas de la expulsi¨®n son estudiadas con ponderaci¨®n, lejos de los dos extremismos habituales en la historiograf¨ªa. Un cap¨ªtulo interesant¨ªsimo, pese a su dificultad intr¨ªnseca, es el once, destinado a la di¨¢spora morisca. La hispanizaci¨®n que esa di¨¢spora supuso para el vecino norte de ?frica, de Marruecos a T¨²nez, queda aqu¨ª evidencia. La presencia morisca en Espa?a tras la expulsi¨®n es el tema del cap¨ªtulo doce y ¨²ltimo. Aun cuando en este cap¨ªtulo, muy dif¨ªcil de construir y elaborar (una prueba m¨¢s de la maestr¨ªa de nuestro acad¨¦mico), se nos da sistematizado todo lo que se sabe sobre este aspecto y se nos proporcionan, c¨®mo quien no hace nada, datos e ideas totalmente nuevas, es uno de los cap¨ªtulos m¨¢s abiertos a un haz de investigaciones futuras. De ello es consciente el autor y constantemente lo va apuntando. Conocedor y seguidor de la obra hist¨®rica del profesor Dom¨ªnguez Ortiz, muchas veces he pensado al leerle, al estudiarle, al analizar el conocimiento y manejo de las fuentes, que gran ma?tre de recherches ha perdido la universidad espa?ola con no incorporarle en su momento a su seno. Pero esta es una historia que quiz¨¢ cuente alg¨²n d¨ªa.
En resumen, nos encontramos ante un libro importante sobre un tema importante, que plantea problemas que van m¨¢s all¨¢ del hecho hist¨®rico concreto, porque van, como una flecha a su diana, a un tema esencial en la vida humana: el de la convivencia. Es por ello por lo que nos permitimos recomendar la lectura de este libro a los espa?oles de 1978. Y no le invitamos s¨®lo a la lectura, le invitamos a la reflexi¨®n.
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