El Ej¨¦rcito iran¨ª abre fuego contra manifestantes anti-sha
Mientras el sha tomaba ayer el sol con su familia en una isla de recreo del r¨ªo Nilo, en Egipto, su Ej¨¦rcito se enfrentaba a miles de manifestantes en la ciudad de Ahwaz, con un balance de muertos que superar¨ªa el centenar. Mientras tanto, el Gobierno Bajtiar, al que los expertos del Departamento de Estado conceden tan s¨®lo un 50% de posibilidades de supervivencia, trata de hacerse con una situaci¨®n que se le presenta m¨¢s que adversa, ante la actitud del ayatollah Jomeini y del Frente Nacional de ?culminar el proceso de la revoluci¨®n isl¨¢mica?.
Un d¨ªa despu¨¦s del abandono temporal por el sha de Ir¨¢n, el hecho de que el Ej¨¦rcito hiciese frente con armas de fuego a grupos de manifestantes anti-sha confirma que quien controla realmente la situaci¨®n iran¨ª es el estamento militar y, al parecer, no est¨¢ dispuesto a dejar de hacerlo mientras el sha est¨¦ fuera.Seg¨²n Ettelaat, diario de Teher¨¢n, numerosas personas resultaron muertas por los disparos de las tropas. El peri¨®dico da la cifra de ?varios centenares?, pero fuentes oficiosas de Teher¨¢n, sin negar la informaci¨®n, se?alaron que el mencionado n¨²mero les parec¨ªa ?excesivo? e ?improbable?.
En el frente pol¨ªtico, catorce diputados, cuatro de ellos de extrema derecha, dimitieron ayer del Majlis, C¨¢mara baja, al parecer siguiendo el llamamiento realizado por Jomeini, en Par¨ªs, para que los miembros del Parlamento abandonaran sus esca?os y dejaran de colaborar con un sistema que ?tiene los d¨ªas contados?.
En su llamamiento, el ayatollah Jomeini tambi¨¦n afirm¨® que el sha ?ser¨¢ juzgado pr¨®ximamente? e inst¨® nuevamente a sus seguidores para preparar el pa¨ªs para el final de la ?dominaci¨®n extranjera?, extremo este que, seg¨²n el ayatollah, ?ser¨¢ el punto segundo del proceso de la revoluci¨®n isl¨¢mica?
Incidentes militares
Tras los incidentes de ayer en Ahwaz, un portavoz del Ej¨¦rcito declar¨® en Teher¨¢n que, tras la oraci¨®n matutina en los cuarteles de la ciudad, se produjeron una serie de incidentes cuando soldados y oficiales recorrieron las calles en busca de apoyo entre el medio mill¨®n de habitantes de la ciudad. Otro incidente similar se produjo en Arak cuando un capit¨¢n se lanz¨® contra un tanque, en un aparente suicidio, ?porque el sha hab¨ªa abandonado el pa¨ªs?.
El primer ministro, Shapur Bajtiar, jefe del Gobierno civil nombrado por el sha, convoc¨® una reuni¨®n urgente de la Conferencia de Seguridad Nacional para tratar el incidente de Ahwaz. El general Abbas Gharabaghi, jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito iran¨ª, se encontraba entre los presentes.
Estos acontecimientos representan las primeras pruebas de fuego del nuevo Gobierno, quien se esfuerza por mantener la ley y el orden en ausencia de Mohamed Reza Pahlevi, quien pasa ahora su primer d¨ªa de ?vacaciones? en Asu¨¢n (Egipto).
Acompa?aban al sha su esposa, la emperatriz Farah Diba, y el presidente de la Rep¨²blica Arabe de Egipto, Anuar el Sadat, su anfitri¨®n en el lujoso hotel tur¨ªstico de la isla del Elefante, con recuerdos fara¨®nicos en sus cercan¨ªas, y clausurada a todos los que sean ajenos a sus actuales hu¨¦spedes.
El sha y la emperatriz Farah llegaron el martes a la estaci¨®n de invierno, en el alto Egipto, procedentes de Teher¨¢n. Su destino definitivo, por ahora, parece que es Estados Unidos, donde, en el estado de California, la familia Pahlevi posee una finca r¨²stica de considerable extensi¨®n.
Por otro lado, y seg¨²n informa nuestro corresponsal en Ginebra, Alejandro Fush, en los medios financieros helv¨¦tico existe la opini¨®n de que es pr¨¢cticamente imposible que los bancos suizos revelen alg¨²n d¨ªa el monto de los capitales depositados en cuentas secretas por el sha de Ir¨¢n. Mucho m¨¢s dificil a¨²n es que pueda operar con ¨¦xito una petici¨®n de confiscaci¨®n de sus capitales, como lo solicit¨® el l¨ªder religioso Jomeini hace algunos d¨ªas.
Comenzando por lo m¨¢s simple o lo m¨¢s complicado -se?al¨® un director de banco-, los interesados tendr¨ªan, como primer paso, que probar que el sha tiene efectivamente grandes cantidades de dinero depositadas en Suiza, y posteriormente probar ante los tribunaVes de este pa¨ªs el origen delictivo de dichos fondos.
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