La Iglesia y la pol¨ªtica
Con sumo inter¨¦s leo el art¨ªculo en Tribuna Libre de cuatro profesores de la Universidad de Deusto sobre la Iglesia vasca. Lo que estos se?ores afirman y critican globalmente merece todo mi asentimiento y ya es hora que los cat¨®licos vayan levantando su voz -haciendo gala de su nombre- para sobreponer su fe universalista a fanatismos regionalistas. Digo ?fanatismos?, porque de ninguna manera pretendo condenar un sentimiento racional y natural hacia la patria chica, a su tradici¨®n, cultura y autonom¨ªa. Pero lo que me llama la atenci¨®n de este alegato es su tono de tirar piedras a tejados ajenos, es decir, a la Iglesia Vasca, con may¨²scula, cuando hubiera sido m¨¢s cristiano una confesi¨®n p¨²blica con golpes de pecho y tono de autocr¨ªtica.Desgraciadamente este silencio eclesial o eclesi¨¢stico frente a la violencia no es patrimonio de Euskadi, sino que salvo raras excepciones tanto en Irlanda como en L¨ªbano son pocas las condenas a organizaciones terroristas que con frecuencia hasta utilizan a la misma Iglesia o sus s¨ªmbolos para algo muy distinto que proclamar el Evangelio. Todos sabemos que en pleno franquismo tanto en Catalu?a como en Euskadi no pocos curas y frailes -sus iglesias y conventos- fueron focos de oposici¨®n al r¨¦gimen fascista y asilo de perseguidos. No recuerdo ning¨²n Montserrat vasco ni ning¨²n Escarr¨¦ con boina, pero en ambas regiones la ? utilizaci¨®n pol¨ªtica de los p¨²lpitos? fue y sigue siendo continua. Y yo dir¨ªa m¨¢s -en contra de las declaraciones oficiales de la Iglesia-:que el p¨²lpito ha sido, es y debe ser tambi¨¦n un lugar pol¨ªtico y no s¨®lo un lugar de ret¨®ricas y alienaciones. Pero si hacer pol¨ªtica es trabajar por la justicia, la convivencia y la libertad, entre otras cosas, dif¨ªcilmente podr¨¢ abstenerse la Iglesia y los cristianos. por m¨¢s curas que sean, de hacer pol¨ªtica. Lo que ha sucedido y sigue sucediendo es que s¨®lo se acusa a la Iglesia de ?hacer pol¨ªtica? cuando hace una pol¨ªtica contraria a la nuestra. As¨ª han tenido que pasar muchos a?os para calificar de pol¨ªtica en Espa?a la declaraci¨®n de Cruzada de los obispos en el 36, y los mismos que consideraron muy religioso que obispos y sacerdotes levantaran el brazo ahora tachan de pol¨ªtico el que otros levanten el pu?o o viceversa.
?Cu¨¢ndo se acabar¨¢n estas ambig¨¹edades y llamar¨¢ la Iglesia al pan, pan, y al vino, vino??Cu¨¢ndo aprender¨¢n los eclesi¨¢sticos a mojarse y tener conciencia de que se est¨¢n mojando? La pelota seguir¨¢ en el tejado, pero para la opini¨®n p¨²blica espa?ola la Iglesia vasca no aparece como un ?signo de reconciliaci¨®n? y en contra -caiga el que caiga- de su propia violencia.
Personalmente agradezco esta media verdad de los cuatro profesores de Deusto, pero todav¨ªa me extra?a que la instituci¨®n docente a la que pertenecen y la Compa?¨ªa de Jes¨²s que la regenta hayan guardado silencio tanto tiempo ante el asesinato organizado y ante esa aberraci¨®n ahora calificada de ?nacionalcatolicismo vasco?. Su actual general el P. Arrupe, m¨¢ximo responsable de la orden y vasco para m¨¢s detalles, parece incluirse en esa Iglesia vasca del silencio, ocupada m¨¢s bien en enterrar sus muertos, mientras algunos de sus paisanos vivos siguen matando.
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