Un asunto de Estado
Secretario de relaciones internacionales del PSOE
El acto de apertura formal de las negociaciones entre Espa?a y la CEE supone una etapa m¨¢s de la marcha de nuestro pa¨ªs hacia Europa y una ocasi¨®n oportuna para llevar a cabo una valoraci¨®n del tratamiento gubernamental del tema europeo. El PSOE tiene una larga lista de puntos negros a se?alar a la opini¨®n p¨²blica sobre la actuaci¨®n del ministro de Relaciones con la CEE, se?or Calvo Sotelo. Sin embargo, la postura de nuestro partido no se limita a tal funci¨®n de denuncia, sino que consciente de sus responsabilidades no duda en hacer p¨²blicas las grandes l¨ªneas de la posici¨®n y la estrategia que: mantendr¨¢ en el supuesto de ser llamado, como consecuencia de las pr¨®ximas elecciones legislativas, a conducir las negociaciones para la adhesi¨®n de Espa?a a las Comunidades Europeas.
Por lo que se refiere al primer punto, la actuaci¨®n del se?or Calvo Sotelo, como ministro sin cartera encargado de las relaciones con la CEE es valorada por el PSOE negativamente en base a las siguientes constataciones:
1. Incumplimiento de sus promesas pol¨ªticas hechas ante la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores del Senado el 15 de noviembre de 1978, cuando declar¨® que el Gobierno espa?ol consultar¨ªa a las Cortes mediante la presentaci¨®n de un esquema de la posici¨®n negociadora de Espa?a antes de comenzar las negociaciones para la adhesi¨®n. Tal incumplimiento puede ser revelador, adem¨¢s, de la inexistencia de una estrategia para la negociaci¨®n.
2. Origen, por sus actitudes y su egocentrismo negociador, de la desorganizaci¨®n gubernamental que impera en el tratamiento de la adhesi¨®n. Cada ministerio act¨²a de una forma descoordinada y sin una perspectiva global de la integraci¨®n, lo cual se ha reflejado en el fracaso de todas las negociaciones sectoriales que est¨¢n, teniendo lugar con la CEE en la actualidad. Cap¨ªtulo especial de esta desorganizaci¨®n gubernamental lo constituye las vicisitudes vividas por el Consejo Coordinador de la CEE, cuya l¨¢nguida existencia, pese a ser el m¨¢ximo organismo a nivel administrativo en el tema de la adhesi¨®n, es reveladora de la divergencia de criterios y de los enfrentamientos entre el se?or Calvo Sotelo y el se?or Oreja, ministro de Asuntos Exteriores.
3. Uso electoralista de la actuaci¨®n gubernamental del se?or Calvo Sotelo como ministro de relaciones con la CEE, debido a su absoluta incapacidad para comprender que la adhesi¨®n es un asunto de Estado en el que se encuentra comprometida la estabilidad econ¨®mica de nuestro pa¨ªs y, en definitiva, el futuro de 36 millones de ciudadanos. Tal uso electoralista se manifest¨® en las presiones ejercidas por el se?or Calvo Sotelo para que el dictamen de la Comisi¨®n de la CEE sobre la adhesi¨®n espa?ola fuese presentado antes de finalizar el a?o 1978, con la consecuencia l¨®gica de que tal dictamen adolezca de graves defectos conceptuales, y en su empe?o de mantener la fecha del 5 de febrero de 1979 (dos d¨ªas antes del inicio de la campa?a electoral) como la de apertura de las negociaciones, en contra incluso del parecer de diversos ministros de Asuntos Exteriores de pa¨ªses miembros de la CEE que se mostraron partidarios y aconsejaron, en base a una m¨ªnima prudencia pol¨ªtica, el posponer tal apertura oficial para despu¨¦s de la celebraci¨®n de las elecciones generales espa?olas.
4. Absoluto desprecio por los intereses econ¨®micos y humanos de algunos sectores seriamente comprometidos en la negociaci¨®n, como se desprende de sus declaraciones a la prensa del 20 de diciembre de 1978, en las que haciendo referencia al tema pesquero afirm¨® que el problema de tal sector est¨¢ excesivamente magnificado, que afecta s¨®lo a los armadores y que tiene muy poca incidencia social y menos a¨²n econ¨®mica. Tales declaraciones muestran la irresponsabilidad y la falta de conocimientos t¨¦cnicos del se?or ministro sobre un sector econ¨®mico de vital importancia para diversas regiones espa?olas. La pertenencia y sujeci¨®n del se?or Calvo Sotelo al c¨ªrculo de los grandes intereses financieros e industriales explican en buena l¨®gica su menosprecio por los leg¨ªtimos intereses de sectores econ¨®micos que la oligarqu¨ªa financiera considera como no apetecibles. Tal incomprensi¨®n y falta de altura en el tratamiento de la adhesi¨®n descalifican al se?or Calvo Sotelo para la direcci¨®n de la operaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica (la integraci¨®n en la CEE) m¨¢s delicada que debe afrontar nuestro pa¨ªs en los pr¨®ximos a?os y en la que se impone un respeto estricto de todos los intereses en juego, por muy modestos que sean.
5. Desprestigio en los medios de la Comisi¨®n de la CEE (lo cual debilita su postura negociadora) pese a las recientes declaraciones corteses del portavoz de dicha Comisi¨®n, las cuales se inscriben en la naturaleza normal de la diplomacia internacional, pero que en modo alguno desmienten el estado de opini¨®n que existe en medios comunitarios sobre los procedimientos de actuaci¨®n del se?or Calvo Sotelo, lo cual fue transmitido al PSOE y confirmado a la prensa espa?ola en Bruselas recientemente.
Por lo que se refiere a la posici¨®n y estrategia que el PSOE mantendr¨¢ en el tema de la adhesi¨®n, nuestro partido har¨¢ p¨²blicas en su d¨ªa tal posici¨®n y estrategia, que se basan en las siguientes grandes l¨ªneas:
1. La negociaci¨®n de adhesi¨®n debe considerarse como un tema prioritario a nivel nacional y en ning¨²n caso deber¨¢ estar condicionada por factores de orden pol¨ªtico partidista o electoral. Por ello es imprescindible contar con el per¨ªodo de negociaci¨®n necesario para mejor defender los intereses nacionales. Las posiciones de negociaci¨®n deber¨¢n adoptarse no de forma burocr¨¢tica, sino tras haber escuchado a los diferentes sectores de la vida econ¨®mica del pa¨ªs implicados en el proceso, y muy especialmente a las centrales sindicales y a las organizaciones empresariales y de haber analizado conjuntamente y a nivel global los procesos de adaptaci¨®n econ¨®mica necesarios y las consecuencias de la adhesi¨®n.
2. Con independencia de las negociaciones de adhesi¨®n, la pol¨ªtica econ¨®mica del pa¨ªs debe tomar en cuenta, como variable fundamental, el principio de aceptaci¨®n del r¨¦gimen comunitario. Evitar el aumento de las divergencias entre ambos sistemas y reducir, en la medida de lo posible, las actualmente existentes debe constituir un objetivo fundamental del Gobierno. No parece concebible llevar a cabo una pol¨ªtica, en este sector, independiente de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno.
3. Es imprescindible definir, a corto plazo, los sectores y las regiones que pueden verse m¨¢s perjudicados en cuanto se refiere al empleo. En ambos casos deber¨¢n arbitrarse las medidas necesarias, a nivel espa?ol y comunitario, que permitan que el proceso de adaptaci¨®n sea lo menos violento posible y que ofrezcan alternativas econ¨®micas v¨¢lidas para tales sectores o regiones.
4. La racionalizaci¨®n del sistema econ¨®mico interno debe iniciarse con anterioridad al propio momento de la adhesi¨®n en la medida en que se eviten parte de las disfunciones actuales y permita un m¨¢s f¨¢cil proceso de transici¨®n.
5. Ello no debe suponer, sin embargo, que se realicen esfuerzos desequilibrados y mayores por parte de Espa?a que por parte de la Comunidad, antes o durante el per¨ªodo transitorio. En este sentido el PSOE no comparte la tesis de la renegociaci¨®n del Acuerdo Comercial Preferencial de 1970, por considerar que tal acuerdo en modo alguno es favorable a nuestro pa¨ªs, y, en todo caso, supone la situaci¨®n de partida de la aproximaci¨®n econ¨®mica entre Espa?a y la CEE.
6. El principio expuesto en el dictamen de la Comisi¨®n sobre la concertaci¨®n entre ambas partes es inaceptable si se aplica tan s¨®lo en los sectores industriales en crisis en la Comunidad. Dicha pol¨ªtica de concertaci¨®n deber¨¢ ser global o no existir, dejando paso a acciones aut¨®nomas que cada parte deber¨¢ adoptar en inter¨¦s com¨²n.
7. En el marco general de consecuci¨®n de un mejor reparto de la riqueza a nivel comunitario el PSOE presta especial atenci¨®n a la salvaguardia de los intereses econ¨®micos, sociales y pol¨ªticos de nuestro pa¨ªs. El ¨¦xito de la ampliaci¨®n de la CEE a nivel global pasa por la puesta en pr¨¢ctica de la solidaridad de los pa¨ªses m¨¢s ricos de la Comunidad en favor de los pa¨ªses mediterr¨¢neos a trav¨¦s de una respuesta pol¨ªtica decisiva en materia regional y agr¨ªcola.
Las exigencias de los Gobiernos de los pa¨ªses del sur europeo deber¨¢n ser rotundas en esta v¨ªa, ya que de lo contrario las diferencias regionales se acrecentar¨¢n de forma inevitable, imposibilitando cualquier avance en la unidad europea. El PSOE establece como uno de los principios b¨¢sicos de la negociaci¨®n para la adhesi¨®n, en el supuesto de ser llamado a conducirla, el rechazo de toda pretensi¨®n comunitaria de acentuar el modelo econ¨®mico perif¨¦rico de nuestro pa¨ªs. En el supuesto de que tal eventualidad no se produzca, el PSOE velar¨¢ a lo largo de todo el proceso negociador por la salvaguardia de los intereses econ¨®micos de nuestro pa¨ªs, no descartando la posibilidad de una renegociaci¨®n, en su d¨ªa, del acuerdo de adhesi¨®n que se firme, si dicho acuerdo no satisface las leg¨ªtimas aspiraciones espa?olas y pone en peligro nuestra estabilidad e independencia econ¨®mica.
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