Un suspense divertido

Colin Higgins es el m¨¢s reciente escritor que se pasa al cine. Sus dos guiones de m¨¢s ¨¦xito -Harold y Maude y El expreso de Chicago- le han abierto las puertas de la realizaci¨®n, es decir: del control total de sus historias. Si Harold y Maude era un tanto efectista y buscaba antes que nada sorprender, El expreso de Chicago se apuntaba al dif¨ªcil enero de la comedia de suspense hitchcockiana. L¨¢stima que la realizaci¨®n de Ashby y la m¨²sica de Cat Stevens malograran la primera y la falta de imaginaci¨®n visual de Arthur Hiller la segunda.Juego peligroso sigue el camino de El expreso de Chicago, y donde aqu¨¦lla se evidenciaba descendiente directa de Con la muerte en los talones, ¨¦sta lo hace de El hombre que sab¨ªa demasiado. Pese a los a?os-luz de distancia que median entre el maestro y el disc¨ªpulo, Higgins se revela como un h¨¢bil recreador del estilo y los temas del cine de Hitchcock, as¨ª como un constructor de buenas y divertidas intrigas, algo que escasea cada vez m¨¢s en el cine moderno.

Juego peligroso arranca carcajadas y lograr un inquietante suspense; sin embargo, la forma en que Higgins resuelve su intriga en las escenas final es no est¨¢ a la altura del resto de la pel¨ªcula. El reparto, a pesar de que Goldie Hawn realiza su mejor trabajo, resulta descompensado, al estar la pareja protagonista muy por debajo de los secundarios. La realizaci¨®n resulta, en sus mejores momentos, un pastiche perfecto y la m¨²sica, de Charles Fox posee varios temas directamente inspirados por las composiciones de Bernard Herrmann para los filmes de Hitchcock.

Juego peligroso es una pel¨ªcula divertida y a defender que demuestra hasta qu¨¦ punto el cine de Hitckcock es imitable pero inigualable, del mismo modo que ?Qu¨¦ me pasa doctor? de Bogdanovich, mostraba la irrepetibilidad de las grandes comedidas de Hawks, y que confirma que el mejor cine actual est¨¢ claramente dividido en dos bloques: uno que mira hacia el cine pasado, otro que mira hacia el presente.