Balance de un sondeo
SofemasaLa encuesta de Sofemasa fue realizada durante los d¨ªas 19, 20 y 21 de febrero, entre cinco y ocho d¨ªas antes de ser publicada, y entre ocho y diez d¨ªas antes de la fecha en que se celebraron las elecciones generales. Los datos se refer¨ªan al estado de opini¨®n de los espa?oles en los d¨ªas en que se tom¨® la informaci¨®n y, por tanto, su valor predictivo era, seg¨²n puso EL PAIS de relieve, limitado. Los resultados de cualquier sondeo de opini¨®n solamente pueden tomarse como directrices orientadoras de las decisiones de los individuos, que al ser consultados en la encuesta manifiestan sus opiniones, pero no expresan formalmente su voluntad pol¨ªtica, que, obviamente, puede variar, entre otras cosas, como consecuencia de los resultados de la propia encuesta. Aunque la muestra era de una gran precisi¨®n representativa desde el punto de vista estad¨ªstico, ten¨ªa su correspondiente margen de error, al que luego se a?adi¨® el alto porcentaje de personas que a¨²n no hab¨ªan definido su postura.
Entre el ¨²ltimo d¨ªa de la toma de datos (21 de febrero) y el d¨ªa de la celebraci¨®n de los comicios (1 de marzo) tuvo lugar la ¨²ltima semana de la campa?a y ocurrieron una serie de circunstancias que, necesariamente, tuvieron que contribuir a modificar algunas opiniones y actitudes del electorado:
- La radicalizaci¨®n program¨¢tica de los partidos pol¨ªticos en los ¨²ltimos d¨ªas de la campa?a.
- La presencia de los l¨ªderes m¨¢s significativos de cada formaci¨®n pol¨ªtica en intervenciones directas (m¨ªtines, radio, TVE, etc¨¦tera) solicitando el voto para su partido.
- La p¨¦rdida de matices diferenciadores entre las distintas formaciones de los dos grandes bloques -derecha/ izquierda- y la polarizaci¨®n de sus programas. La imagen o percepci¨®n que el electorado tenga de los distintos partidos es un punto de vital importancia en el momento de la decisi¨®n de voto.
- Dentro del espectro pol¨ªtico espa?ol -derecha/ izquierda - se presentan varias formaciones pol¨ªticas de menor entidad que al recibir votos de sus partidarios restan electorado a otras grandes formaciones; esto tiene una extraordinaria importancia en el sistema electoral espa?ol, que aplica a los votos obtenidos por cada partido el reparto de los esca?os por el procedimiento de la ley D'Hont. favoreciendo a las formaciones mayoritarias. Esto aumenta de manera notable la imprecisi¨®n del c¨¢lculo en la adjudicaci¨®n de los ¨²ltimos esca?os, que en algunos casos se inclina en favor de uno u otro partido por un escas¨ªsimo margen de sufragios. Las propias elecciones lo ponen de relieve: ocho d¨ªas despu¨¦s todav¨ªa existen dudas sobre la distribuci¨®n de varios esca?os.
El sondeo Sofemasa, a escala nacional dio los resultados reflejados en el cuadro I.
La investigaci¨®n med¨ªa, en principio, ¨²nicamente la abstenci¨®n real. Es decir, el 11,4% de las personas entrevistadas, hab¨ªa decidido ya, a 8-10 d¨ªas de las elecciones, no participar en ellas por las distintas causas que se explicitaron en su momento (EL PAIS, 27-11-79, p¨¢gina veinte). A esta abstenci¨®n real, matizada por distintas razones, hay que a?adir alguna parte de los que a¨²n estaban indecisos a votar (y que finalmente no lo hicieron) y tambi¨¦n lo que sociol¨®gicamente se conoce como abstenci¨®n t¨¦cnica, es decir, aquellas personas que estando decididas a votar no pueden hacerlo por causas ajenas a su voluntad (errores censales, imposibilidad de voto por correo -caso de muchos emigrantes-, mal tiempo -temporal de nieve y lluvia en algunas provincias norte?as, que oblig¨® a aplazar la celebraci¨®n de las elecciones- y otras causas de ¨²ltima hora -enfermedades, accidentes, etc¨¦tera). Con los datos de la propia encuesta podr¨ªa deducirse, seg¨²n EL PAIS puso de relieve, que la abstenci¨®n ser¨ªa notablemente mayor, aunque no probablemente tan elevada como result¨®.
En el terreno de la intenci¨®n de voto a un partido concreto, los datos del sondeo eran los que refleja el cuadro II.
Parece que en el momento del voto el porcentaje dado a UCD por el sondeo se ha beneficiado de la mitad de los indecisos (aproximadamente el 7,5%), lo que coloca a UCD con un total de 35,7% de votos, que es exactamente la proporci¨®n que ha obtenido.
Se puede deducir que la otra mitad de los indecisos engrosaron las filas del abstencionismo y de los peque?os partidos regionales o minoritarios en todas las provincias.
En el sondeo exist¨ªa un 15,8% de encuestados que apareci¨® como indeciso de su opci¨®n electoral. Estas personas no hab¨ªan dado ning¨²n dato -ni de intenci¨®n de voto, ni de asimilaci¨®n de su tendencia pol¨ªtica- que facilitara la posibilidad de prever cu¨¢l ser¨ªa su conducta electoral el d¨ªa de la votaci¨®n.
Los datos hist¨®ricos espa?oles (a pesar de la gran dificultad que a¨²n existe de estructurar mapas pol¨ªticos de electores en nuestro pa¨ªs) permit¨ªan conjeturar que, por lo menos, la mitad de esos indecisos (en su mayor¨ªa electorado femenino y personas mayores, cuyo voto es tradicionalmente conservador) votar¨ªa por inercia al partido gubernamental, reparti¨¦ndose el resto de los indecisos las dem¨¢s opciones pol¨ªticas e, incluso, la abstenci¨®n. Pero preferimos mantener el rigor estad¨ªstico de nuestra investigaci¨®n, dejando los datos tal y como se presentaban, a aplicar una teor¨ªa sociol¨®gicamente v¨¢lida en el campo especulativo, pero no demostrable estad¨ªsticamente. No obstante, la realidad parece haber confirmado la bondad de la teor¨ªa sociol¨®gica.
As¨ª, resulta que en trece prov¨ªncias (Albacete, Alicante, Baleares, Castell¨®n, Ja¨¦n, Le¨®n, L¨¦rida, Logro?o, Lugo, M¨¢laga, Oviedo, Pontevedra y Ceuta) trece de los esca?os que en principio se adjudicaron al PSOE se repartieron del siguiente modo:
Ocho a UCD. Dos a PCE. Uno a CiU. Uno a CD. Uno a PSA.
En las provincias de Badajoz, Santa Cruz de Tenerife y Tarragona, tres esca?os que, en principio, se adjudicaron al PCE (PSUC) se reparten:
Uno al PSOE. Uno a UCD. Uno a CiU.
En las provincias de C¨¢diz, C¨®rdoba, Gerona, otros tres esca?os que en principio se adjudicaron a UCD, se reparten:
Uno a PSA. Uno a PSOE. Uno a CiU.
El an¨¢lisis de los resultados provisionales pone de relieve que hubo en el sondeo Sofemasa un pleno acierto en veintis¨¦is provincias; en otras diecinueve hubo el deslizamiento de un esca?o en favor de uno u otro partido; en siete provincias el error ha sido mayor, dado el mayor n¨²mero de diputados y/o partidos presentados a las elecciones (por ejemplo, Barcelona, 33 diputados; veintinueve coaliciones electorales).
En cualquier caso, las hip¨®tesis sobre el reparto de esca?os, aplicando la ley d'Hont, no pretend¨ªan dar m¨¢s que lo que el ordenador daba, sin ninguna modificaci¨®n (para que en todo momento se pudiera demostrar que no se hab¨ªa modificado nada); ese reparto era desfavorable para UCD (trece esca?os menos de los obtenidos) y favorable para el PSOE (dieciocho esca?os m¨¢s de los que iba a tener). La explicaci¨®n que puede darse es que estamos ante el fen¨®meno incierto resultante de la ley d'Hont; en efecto, el m¨¢ximo posible de esca?os de UCD corresponde al m¨ªnimo del PSOE, y viceversa, con lo que estamos para cada Partillo ante una horquilla (UCD, 153-167; PSOE, 142-122), y la oscilaci¨®n en numerosas provincias se resuelve por una pequena porci¨®n de votos.
Nuestra encuesta fue realizada con el m¨¢ximo rigor cient¨ªfico (sin olvidar que nuestra ciencia no es exacta, sino especulativa y se ayuda del c¨¢lculo de probabilidades y la ley de los grandes n¨²meros), y con una honestidad fuera de toda discusi¨®n. Los tratamientos estad¨ªsticos se llevaron a cabo sin introducir ninguna variable distorsionante, e invitamos a quien lo desee a repetir con nosotros el proceso y comprobar nuestro trabajo. Por ¨²ltimo, queremos declarar formalmente que EL PAIS, financiador de la encuesta, ha publicado los datos sin cambiar una coma, lo que tambi¨¦n es f¨¢cilmente comprobable. Quien p¨²blicamente ha declarado que Sofemasa o EL PAIS han falseado los datos en su perjuicio tendr¨¢ que estar en disposici¨®n de probarlo ante los tribunales; su declaraci¨®n, adem¨¢s de demostrar completa ignorancia sobre la ciencia de los sondeos, es difamatoria.
Adem¨¢s, al diario EL PAIS hay que agradecerle otra cosa m¨¢s: el impagable servicio de ofrecer una informaci¨®n al lector para que conozca la estructura de las fuerzas pol¨ªticas en la liza.
Algunos partidos minoritarios, que tanto han criticado nuestra encuesta y su publicaci¨®n, no han comprendido que erajustamente su ¨²nica oportunidad para ?conocerse as¨ª mismos? y medir sus propias fuerzas (siempre m¨¢s d¨¦biles de lo que sus l¨ªderes reconocen).
Por ¨²ltimo, queremos se?alar que, a la vez que se publicaba nuestra encuesta, apareci¨® otra en Diario 16, patrocinada por varias entidades financieras e industriales, para la defensa de sus intereses econ¨®micos. Hemos podido comprobar que la sociedad francesa que apareci¨® en el peri¨®dico como realizadora no existe en Francia, ni su domicilio, ni su tel¨¦fono, y tampoco est¨¢ inscrita ni reconocida en ninguna de las aseciaciones francesas o europeas que acogen a los institutos de sondeos. Es falsa totalmente la existencia de esta sociedad, como tambi¨¦n es falso que alg¨²n instituto espa?ol de sondeos haya colaborado con aqu¨¦lla para hacer el trabajo de campo.
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